En pleno desarrollo de su negociación paritaria, la Asociación Bancaria ratificó hoy un paro general para este jueves 28 de abril por considerar “una propuesta inadmisible” la oferta recibida por parte de las cámaras bancarias en la audiencia paritaria llevada a cabo hoy en el ministerio de Trabajo. Al respecto, se fijó una nueva audiencia para el próximo jueves 5 de mayo.
“Se desconoce el mandato del Presidente de la Nación, quien claramente manifestó que los sueldos deben superar a la inflación, las cámaras bancarias siguen sin oír a los trabajadores y trabajadoras y ante esta provocación nuestra respuesta es ratificar el paro nacional para el próximo jueves 28 de abril de 2022″, dijo la entidad gremial en un comunicado.
La Bancaria agregó que el paro “se hará efectivo de manera presencial, con quite de tareas y posterior movilización, así como también con desconexión total de los compañeros y compañeras que están en la modalidad de teletrabajo”.
“Invitamos a las cámaras empresariales, especialmente a las privadas, a reflexionar urgentemente, ya que, empecinadamente, siguen mirando solo su conveniencia, producto de su avaricia y sus rentabilidades de manera mezquina, sin importarles avasallar nuestros derechos”, concluyó el comunicado.
Los bancos ofrecieron un aumento salarial del 55% en tramos hasta noviembre, con una revisión dentro del último trimestre del año o antes en caso de que cambien las condiciones macroeconómicas del país, la que fue rechazado por el gremio
Según consta en el acta de la reunión paritaria celebrada en el ministerio de Trabajo, la representación gremial se retiró de la mesa de negociación tras haber rechazado la oferta de las cámaras bancarias. “Hemos propuesto un aumento salarial del 55% en tramos, hasta el mes de noviembre del corriente, con una revisión dentro del último trimestre del año o antes en caso de que cambien las condiciones macroeconómicas del país, la cual no fue aceptada por la parte sindical”, afirmó el sector empresarial según quedó plasmado en el documento de la reunión paritaria, que fue presidida por Gabriela Marcello, directora nacional de Relaciones y Regulaciones del Trabajo.
La formalización de la propuesta fue asentada cuando los representantes de la Bancaria ya se había retirado de la reunión, según se desprende del acta suscripta por los representantes de los bancos extranjeros (ABA, Asociación de Bancos de la Argentina), de los privados de capital local (ADEBA, Asociación de Bancos Argentinos) y de las entidades estatales (Abappra, Asociación de Bancos Públicos y Privados).
Fuentes del sector bancario explicaron que la oferta del 55% está abierta a ser más elevada si la inflación crece por encima de ese nivel. El primer tramo ofrecido es del 15% para enero, febrero y marzo y el segundo para abril de otro 12%, llegando a noviembre con un acumulado del 55%. Recordaron que los bancos siempre compensaron la inflación y en esta oportunidad se repitió el compromiso. Ese retroactivo podría haberse pagado en los próximos días, con los salarios de abril. “La intransigencia del gremio impidió que los bancarios cobren con un aumento del 15% retroactivo a enero y un 27% a partir de abril, llegando a noviembre con un 55%”, dijeron las fuentes.
Desde una de las cámaras bancarias señalaron que el rechazo gremial tiene un contenido político. “No es un tema de números, llegaron a la reunión con una decisión tomada de no acordar nada”, señalaron, en referencia al interés del líder de la Bancaria, Sergio Palazzo, de “romper el techo del 55%” deslizado por el Gobierno. En los bancos consideran que el sindicalista, diputado nacional del Frente de Todos y afín a la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner, endureció su postura en las paritarias para validar su posicionamiento en la interna que atraviesa el Gobierno y, al mismo tiempo, mostrarse fuerte frente a otros pares sindicales.
Desde una de las cámaras bancarias señalaron que el rechazo gremial tiene un contenido político: “No es un tema de números, llegaron a la reunión con una decisión tomada de no acordar nada”
Pocos días antes de iniciarse la negociación paritaria, Palazzo había enviado un mensaje claro a Martín Guzmán: “Seguramente haya una pauta fijada por el ministerio de Economía entre el 39% y el 45%; si es así, sepan que vamos a terminar en un conflicto”. Aunque la oferta fue superior, el conflicto llegó de todas maneras.
Las cámaras bancarias, según había informado Infobae, le habían asegurado a la representación gremial la semana pasada que los aumentos iban a equipar la pérdida por la inflación. Asimismo, aseguraron que en el primer trimestre ya se otorgaron aumentos a cuenta en ese sentido.
“Siempre les garantizamos que van a estar por encima de la inflación y no van a perder poder adquisitivo, tal como ocurrió en los últimos tres años”, explicaron a Infobae en una cámara bancaria que participa de la negociación. “Hay compromiso de reparar la inflación pasada, pero no se puede aumentar en base a la inflación futura. Eso contribuiría a elevar las expectativas, con el impacto macro que nadie desea”, agregaron.
Sobre la tarde del miércoles, las cámaras bancarias emitieron un comunicado conjunto para fijar su postura: “Las Asociaciones de Bancos consideran prioritario mantener el poder adquisitivo del salario de los empleados del sector. En esta línea, y en el marco de las negociaciones salariales iniciadas, ofrecieron en el día de la fecha un aumento de 55% en tramos a convenir, con el compromiso de reunirse a revisarlo en el último trimestre del año o antes si la evolución del índice de precios superara dicho aumento.”
“Las entidades y la representación sindical acordaron los últimos años aumentos que reconocen integralmente la inflación, preservando así los ingresos de los empleados bancarios. Así, por ejemplo, en 2019 y 2020 incrementaron los salarios bancarios en igual variación que la inflación anual (53,8% y 36,1%, respectivamente) y en 2021 crecieron un 51%”, explicaron.
Ante el rechazo gremial a la propuesta, los bancos señalaron que “reafirman su compromiso para mantener el diálogo abierto a fin de alcanzar un acuerdo favorable y evitar afectar el uso de los servicios bancarios a nuestros usuarios”.
Teletrabajo
Un punto relevante para el sindicato en el mediano plazo, lejos de la urgencia del aumento salarial y de la audiencia del próximo jueves 5, es el del teletrabajo. En el comunicado que anunció el paro de mañana, la Bancaria mencionó como una de sus demandas sin respuesta a “la regulación de la ley de teletrabajo”. Pocas actividades se verán tan impactadas por la reglamentación de la norma que sancionó el Congreso en 2020. Los bancos avanzan con firmeza en la expansión de los canales de atención digitales, atentos a la competencia con las fintech. Al mismo tiempo, el usuario de todos los niveles económicos y sociales cada vez está más familiarizado con operar vía teléfono celular y la computadora.
Esa migración invita a fomentar el teletrabajo y a tener menos empleados en las sucursales, algo que el gremio rechaza. De hecho, tanto la banca pública como la privada apuestan a la atención electrónica y no tienen planes de abrir nuevas filiales. Algunos, incluso, piensan en cerrarlas y volcar esos recursos a la tecnología. Eso no significa una menor cantidad de empleados bancarios pero si una organización diferente, donde no es tan fácil parar el funcionamiento de una sucursal a través de una asamblea, por citar un ejemplo.
En los bancos deslizan que el gremio tiene como prioridad esta preocupación y que, con discreción, pide que la regulación ponga un límite a la cantidad de empleados que pueden hacer teletrabajo, ya sea en cada banco o en cada sucursal. Esa intención de la Bancaria podría ser antipática para sus afiliados, ya que muchos de ellos se acostumbraron a trabajar sin salir de su casa o, al menos, hacerlo en forma alternada con la oficina. Lo mismo que les pasó a sus clientes.
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