Este lunes Elon Musk se convirtió en el nuevo dueño de Twitter por 44.000 millones de dólares, en una transacción que le dará el control de la red social del pajarito a la persona más rica del mundo.
Así, el fundador de Tesla y SpaceX se convierte en el propietario de la plataforma a la que él mismo definió como “la plaza pública digital donde se debaten los temas vitales para el futuro de la humanidad”.
“La libertad de expresión es la base de una democracia funcional, y Twitter es la plaza pública digital donde se debaten asuntos vitales para el futuro de la humanidad” (Musk)
La historia de Musk es larga y no poco controversial, desde militar la colonización de Marte a desafiar a una pelea cuerpo a cuerpo al presidente de Rusia, Vladimir Putin, por Ucrania.
“Por la presente desafío a Vladimir Putin a un combate (cuerpo a cuerpo). El premio es Ucrania”, escribió a mediados de marzo. “¿Acepta esta pelea?”, preguntó Musk en otro mensaje en ruso, arrobando a la cuenta oficial en inglés del Kremlin.
Según una enumeración que destacó The Independent: usó la red social para manipular el precio de las acciones de Tesla, inflar el valor de algunas criptomonedas, discutir con su exesposa y música, Grimes, y acusar de pedofilia sin fundamentos a Vernon Unsworth, uno de los rescatistas de los 12 niños atrapados en una cueva en Tailandia en 2018.
Em enero del año pasado y solo para recordar una seguidilla de “escándalos” online, tuiteó dos palabras y provocó una confusión. “Usen Signal” escribió en medio del debate por la privacidad y el uso de mensajeros móviles, como WhatsApp. La recomendación generó una gran confusión bursátil: la acción de una casi desconocida empresa de ingeniería saltó 526% en un sólo día gracias a un tuit del ingeniero supremo de Tesla y SpaceX. Se trata de Signal Advance, una empresa de ingeniería de Houston que no tiene nada que ver con la Signal del mensajero, pero que cotiza con el símbolo SIGL.
Ese mismo mes se subió a la ola de Gamespot. En medio del rally alcista, e hizo disparar la cotización por la que muchos grandes fondos de inversión, que apostaban en su contar, perdieron millones. Días después infló la cotización de Dogecoin, una cripto meme que es una de sus favoritas y también la de Bitcoin solamente poniendo un sumó un hashtag y un ícono, el de la cripto estrella, en su biografía tuitera. En febrero de ese año anunció que se iba de la rede social... duró dos días.
Amor-odio con Bitcoin
A comienzos de mayo de 2021, el hombre más rico del mundo twitteo en su cuenta personal de la red “Tesla ha suspendido las compras de vehículos con Bitcoin. Nos preocupa el rápido aumento del uso de combustibles fósiles para la minería y transacciones de bitcoins, especialmente el carbón, que tiene las peores emisiones de cualquier combustible”.
Ese simple posteo hizo que las acciones de Bitcoin se desplomaran más del 14% de su valor en tan sólo dos horas, si bien la intención de Musk en aquella ocasión no fue la de perjudicar a la criptomoneda, su influencia en el mercado se vio reflejada de inmediato.
Días después, se supo también por Twitter que Tesla había comenzado a desprenderse de sus propiedades en Bitcoin, esto había sido descripto por la cuenta @CryptoWhale quien había señalado que los partidarios de bitcoin (“bitcoiners”) se iban “a abofetear a sí mismos el próximo trimestre cuando se enteren de que Tesla se desprendió del resto de sus tenencias de bitcoin”. Y terminó su comentario arrobando a @elonmusk, y diciendo “con la cantidad de odio que está atrayendo, no lo culparía”.
Aludido por este tweet, Musk respondió con un más que ambiguo “de hecho” (Indeed), como aprobando el comentario. La ambigüedad consiste en que la aprobación bien podría referirse al hecho de que Tesla está vendiendo sus tenencias de bitcoin o a que hay muchos tenedores de la criptomoneda muy enojados con el multimillonario. O a ambos.
El siguiente episodio tuvo lugar a comienzos de junio de 2021, cuando Musk twitteó un meme que, si bien también era un tanto ambiguo, fue interpretado por la comunidad como la ruptura del magante con el Bitcoin. Si bien el mensaje no estaba claro, el posteo había sido acompañado de el emoji de la criptomoneda junto a un corazón roto, en clara señal de “separación”.
Lo cierto es que este meme, bien haya sido fríamente calculado o simplemente una muestra del humor de Musk, hizo que las acciones de Bitcoin cayeran más del 7%, haciendo que llegue en aquel entonces a ubicarse un 40% debajo de su máximo histórico de abril de 2021, de 64.895,22 dólares.
Tras aquel episodio, en diciembre del año pasado, Musk dijo que Tesla aceptaría Dogecoin, la criptomoneda meme, como medio de pago a modo de prueba. “Tesla podrá aceptar el pago de algunos productos con Doge y veremos cómo resulta”, dijo el magnate en Twitter. ¿El resultado? Una suba del 24% del precio de dicho criptoactivo.
Es claro que la influencia que tiene Elon Musk sobre el mercado de criptomonedas y sobre el sistema financiero mundial es enorme, y que sólo con un posteo en Twitter desde su celular puede hacer que los precios de las acciones de cualquier empresa tambaleen o suban estrepitosamente.
Ahora se convirtió en el dueño de la red social en sí, a la que el mismo considera como el nicho de la libertad de expresión moderna, hasta el punto que dijo que espera que hasta sus “peores detractores” sigan en Twitter, porque eso es lo que significa la libertad de expresión para él.
Con más de 82 millones de seguidores en Twitter, una fortuna estimada por Forbes de 269.000 millones de dólares y con empresas de tecnología de punta tales como SpaceX y Tesla, Elon Musk se acaba de convertir en el dueño de una de las redes sociales más importantes, utilizada por muchos líderes mundiales así como competidores directos de él.
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