El Gobierno busca retomar desde este lunes el contacto con los empresarios tras anunciar que avanzará en la creación de un mecanismo tributario para gravar la renta inesperada para un grupo de compañías. El Poder Ejecutivo había prometido que la puesta en marcha de esa alícuota especial para las ganancias consideradas “extraordinarias” llegaría tras una ronda de discusión con el sector privado.
Esa ronda comenzaría entonces en las próximas horas. Según fuentes de la Unión Industrial Argentina (UIA) y del Gobierno nacional la reunión con la plana mayor de la principal entidad fabril será este lunes por la tarde. No será, como en encuentros anteriores, un cónclave tripartido con la CGT por la coordinación de precios y salarios que buscaba el Poder Ejecutivo en el marco de la aceleración inflacionaria.
La convocatoria a los empresarios estará enmarcada, además, en la iniciativa que anunció de manera oficial el Gobierno el lunes pasado de crear un mecanismo tributario para poder recaudar parte de la renta inesperada que hayan obtenido las empresas, entendido como aquellas ganancias “extraordinarias” que no responden a un incremento de la inversión sino al efecto del shock internacional de precios que provocó la guerra en Ucrania.
El Poder Ejecutivo había prometido que la puesta en marcha de esa alícuota especial para las ganancias consideradas “extraordinarias” llegaría tras una ronda de discusión con el sector privado. Esa ronda comenzaría entonces en las próximas horas
La Unión Industrial Argentina fue una de las entidades que nuclean a ejecutivas que cuestionaron de forma abierta esa posibilidad. En una reunión de la Junta Directiva de la entidad el martes pasado, los integrantes de la central fabril analizaron “cómo afectará a la inversión un nuevo incremento en la presión tributaria sobre el sector formal de la economía y el impacto negativo que tendrá en la actividad y el empleo”. La convocatoria a la UIA, de hecho, se dio horas después de ese comunicado.
En los próximos días, adelantaron además desde la UIA, el departamento de Política Tributaria y el CEU estudiarán los alcances de la medida y su repercusión en los diferentes sectores productivos. Por otra parte, afirmaron que continuarán en contacto con el Banco Central para “dinamizar el acceso a divisas para adquirir insumos clave del proceso productivo”.
La UIA no es la primera entidad empresarial que salió a cuestionar la iniciativa oficial. Tras los anuncios, la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro Exportador de Cereales (Ciara-CEC) expresaron su preocupación por la nueva medida. Desde su cuenta de Twitter expresaron: “La Argentina no necesita más impuestos. Al contrario, lo que hace falta es sacar el freno de mano a la producción y a la inversión para que haya más trabajo. Estaremos abiertos a trabajar en una propuesta de esta naturaleza, si el Gobierno nos convoca”.
La Asociación Empresaria Argentina (AEA), en tanto, cuestionó: “La Argentina debe volver a retomar la senda del desarrollo económico y social sostenible. Para ello resulta esencial generar las condiciones para que las pequeñas, medianas y grandes empresas puedan concretar inversiones que generen empleo y hagan crecer la producción y las exportaciones. La creación de nuevos impuestos va en la dirección opuesta a lo señalado”.
El ministro de Economía Martín Guzmán decidió poner en pausa la implementación inmediata de una medida tributaria de esa naturaleza y buscar algún tipo de consenso entre el sector privado y también con la oposición, considerando que la iniciativa deberá pasar por el Congreso.
En términos generales, se trataría de una alícuota sobre la renta que no se corresponda con incrementos en la inversión sino que tenga como explicación el salto de precios internacional. “Es un un conjunto de empresas que tienen ganancias netas imponibles altas en términos absolutos”, explicó el ministro Guzmán. Esas ganancias deberían ser superiores a los $1.000 millones en el año.
Según el jefe del Palacio de Hacienda, se trata de una “fracción muy pequeña”, de empresas. Para ejemplificar, mencionó que el año pasado el 3,2% de las compañías lograron tener un balance con un número de esa magnitud.
La UIA fue una de las entidades que cuestionaron de forma abierta el impuesto a la renta inesperada. En una reunión de la Junta Directiva analizaron “cómo afectará a la inversión un nuevo incremento en la presión tributaria sobre el sector formal de la economía y el impacto negativo que tendrá en la actividad y el empleo”
Además, Guzmán aseguró que “la ganancia neta imponible real tiene que haber aumentado de forma significativa en 2022 en realción con 2021″ y que “el resultado ordinario (el margen de ganancia) también tiene que ser anormalmente elevado en 2022″, para que las empresas sean consideradas dentro del impuesto. Por otra parte, dijo que “se incluirá un criterio en que si la renta inesperada se canaliza hacia la reinversión el monto de la contribución será menor”.
Desde Washington, en diálogo con Infobae y otros medios, Guzmán habló sobre el nuevo impuesto. “Tenemos que llegar a una solución colectiva y por eso convocamos al diálogo. Trazamos una base sobre la que dialogaremos con todos los sectores. Apuntamos a capturar una parte de esa renta extraordinaria inesperada, que no es producto de inversión sino de la guerra, para ayudar al Estado a ayudar a la gente y también fomentar la inversión: si esa renta inesperada se reinvierte, la contribución será menor”, mencionó.
“Hay muchos detalles por definir y por eso vamos a fomentar un diálogo constructivo. No será sectorial, será de criterios generales: renta inesperada y ganancias altas. Menos del 1% de las empresas tuvo ese tipo de ganancias el año pasado”, dijo Guzmán y aseguró que será “por única vez”.
La marcha de las paritarias
Por otra parte, el presidente Alberto Fernández había anticipado a comienzos de semana además que habría una cuarta cumbre tripartita entre la UIA y la CGT en los próximos días. Uno de los objetivos que tendrá ese encuentro será monitorear uno de los compromisos firmados entre las tres partes en reuniones anteriores. El Poder Ejecutivo, los sindicatos y la cámara fabril acordó hacer un llamado a acelerar las negociaciones salariales de una veintena de sectores laborales decisivos que sirven como referencia para otras pujas paritarias.
La intención detrás esa convocatoria a apurar acuerdos salariales entre las cámaras y los sindicatos fue evitar que el salto inflacionario de los últimos tres meses implique un desplome del poder de compra de los ingresos de los trabajadores registrados. A cambio, el Gobierno desactivó la posibilidad de decretar un bono para empleados en relación de dependencia, una opción que ya había utilizado en el pasado.
Alberto Fernández anticipó que habría una cuarta cumbre tripartita entre la UIA y la CGT en los próximos días. Uno de los objetivos que tendrá ese encuentro será monitorear la marcha de las paritarias
Una suma extra compulsiva para todas las dotaciones de personal era rechazado por los empresarios e incluso por algunos gremios, que argumentaban que como herramienta para evitar una caída del poder adquisitivo las negociaciones paritarias eran más efectivas. La marcha de esos acuerdos entre cámaras y gremios será uno de los temas a conversar. Desde el Ministerio de Trabajo aseguran que actualmente no hay paritarias en ngoeciación que estén firmando reajustes de salarios que no recuperen el terreno perdido en estos meses por la aceleración de precios.
Desde la cartera laboral enumeran sectores laborales que ya alcanzaron consensos: comercio (casi 60%), industria del vestido (53,4%), mosaistas (51%), gráficos y papel cartón (50% con revisión en la segunda mitad del año), estaciones de servicios y actores (48% en cada caso y en tres tramos), estaciones de servicio (48% en cuatro tramos) y panaderos y remises (45% cada uno).
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