Una situación macroeconómica doméstica inestable y un contexto complejo por la invasión rusa a Ucrania y la persistencia de focos de pandemia de Covid-19 en el mundo terminan de configurar un año en el que la economía tendrá bastantes dificultades para crecer, según un informe que circula entre los empresarios locales.
Así lo revela un informe de la consultora Abeceb que advierte que los “sectores productivos están entrampados en las lógicas de corto plazo, con mayores tensiones esperadas para 2022 en un entorno internacional que aumenta los riesgos y la incertidumbre”.
Además, la consultora fundada por Dante Sica, ex ministro de Producción y Trabajo, cuestionó la decisión de imponer más “controles de importaciones al ritmo de la disponibilidad de dólares”, en un contexto de menor crecimiento económico.
Los sectores con semáforo verde son la industria de servicios del conocimiento, electrodomésticos, laboratorios y minería; del otro lado se ubicaron energía eléctrica, petróleo y gas y agroindustria, con algunas luces en amarillo y otras en rojo.
En este sentido, consideró el estudio sectorial que existen dificultades en las cadenas globales de suministro -por el arrastre de la pandemia de Covid-19 y la invasión rusa- que, junto con los controles de precios locales, provocan “dificultades de trasladar a precios el aumento en costos, lo que erosiona los márgenes de ganancias”.
La suba en los costos logísticos y la reducción en el poder de compra por la alta inflación local generan problemas para cerrar líneas de productos
A su vez, la suba en los costos logísticos y la reducción en el poder de compra por la alta inflación local generan problemas “para cerrar líneas de productos”.
En tanto, las restricciones a las importaciones y la incertidumbre cambiaria -apaciguada en el corto plazo por el acuerdo con el FMI y por la temporada alta de liquidación de divisas- “genera dificultades para importar y definir estrategias de corto plazo”.
Respecto del control a las importaciones, Abeceb alertó que “se seguirá privilegiando el ingreso al país de bienes de uso intermedio por sobre la de bienes finales para fomentar la sustitución de por producción nacional”.
En este sentido, el informe advirtió que seguirá la estrategia oficial de “empresa por empresa” para acceder en forma “fluida al mercado cambiario”, con el objetivo explícito de mantener la baja del uso de reservas, ya que, pese a la suba en la liquidación de divisas y al acuerdo con el FMI, la acumulación del Banco Central es muy lenta.
Seguirá la estrategia oficial de “empresa por empresa” para acceder en forma fluida al mercado cambiario
“Hasta mitad de año un MULC -mercado único y libre de cambios- superavitario permitirá al BCRA acumulas reservas, aunque más adelante se tonará más difícil y habrá más tensiones a las esperadas, lo que derivará en un mayor uso de la fiscalización y de normas vigentes no exploradas, entre el Banco Central y la AFIP”, sostiene el estudio.
Los tres factores que sostienen la actividad
En este sentido, la economista Natacha Izquierdo de Abeceb dijo a Infobae que “el alza esperada en la actividad se explica por:
1) El 2021 dejó un piso de crecimiento alto por una normalización productiva más veloz a la esperada inicialmente, determinó un arrastre estadístico de poco más de 3 puntos porcentuales al comparar los niveles de PBI de diciembre vs el promedio de ese año″.
2) “La mejora en los precios internacionales de las materias primas compensa en parte la estrechez de dólares que significaba la sequía. Las exportaciones agrícolas podrían incluso ser mayores en dólares que las de 2021″. “Esto tiene dos impactos: primero mejora la demanda de insumos como maquinaria agrícola, semillas, y fertilizantes, aunque estos últimos muy impactados por el conflicto entre Rusia y Ucrania en términos de disponibilidad y precio, junto con la construcción y sus insumos; y segundo, deja un aire (al menos en el primer semestre) a la necesidad de profundizar los controles de importaciones y avanzar sobre los insumos”, explicó.
3) “La normalización de las actividades recreativas y de servicios con el rol del consumo de revancha que ya pudimos observar en la temporada estival, de la mano de Previaje y los buenos números de los destinos nacionales tradicionales”.
Sin embargo, aclaró Izquierdo, “a excepción del empuje que dejó el año previo, se observa poco espacio para mejorar los niveles de producción por encima de diciembre: el aumento de los precios internacionales de las materias primas también implica aumentos en los costos para la industria alimenticia, además de los controles de precios y la caída del poder de compra por el lado de la demanda, ajustando los márgenes, junto al mayor costo de la energía incidirán en forma directa sobre las empresas, al crecer el peso de los costos energéticos y la incertidumbre en el abastecimiento”.
“La guerra entre Rusia y Ucrania impulsa al alza precios de commodities: el trigo alcanzó los USD 400 por tonelada y el maíz los 290 USD/Tn a principios de marzo. Ambos países representan cerca de 30% de las exportaciones totales de trigo y 19% de maíz. La suba generó un arrastre también sobre la soja, la cual alcanzó los 620 USD/Tn, impactada también por la sequía en Sudamérica”, detalló la analista.
Se espera que el fortalecimiento del dólar por retiro de estímulos de la FED y el comienzo del ciclo 2022/23, actúen como factores bajistas de precios de las materias primas (Izquierdo)
“En el caso del trigo, el esquema de volúmenes de equilibrio pone un límite a la exportación de 14,5 millones de toneladas, que se encuentran prácticamente todas compradas, limitando la posibilidad de aprovechar la ventana de exportación que abre el conflicto. Hacia los próximos meses, se espera que el fortalecimiento del dólar por retiro de estímulos de la FED y el comienzo del ciclo 2022/23, actúen como factores bajistas de precios. No obstante, la tendencia de precios internacionales de las materias primas dependerá de la evolución de los actuales conflictos geopolíticos”, concluyó.
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