Las promesas del Gobierno a los industriales respecto del abastecimiento de gas en el invierno calmaron en parte las expectativas negras que el empresariado avizoraba, de cara al invierno, en materia energética. El nuevo contrato con Bolivia, la mayor producción en Vaca Muerta y el mejor nivel de agua en las represas son tres factores que ayudarán, según las autoridades de la Secretaría de Energía, a cubrir la demanda, pero el persistente conflicto bélico entre Rusia y Ucrania sumado a la incertidumbre climática y la falta de la infraestructura adecuada no despejan el escenario y mantienen al sector privado en alerta respecto de posibles complicaciones en la producción.
El referente del área de Energía, Darío Martínez, citó este miércoles a directivos de la UIA y de todas las petroleras para analizar la oferta y la demanda de gas, y garantizarles que no habrá problemas con el abastecimiento. La inquietud de los industriales era doble: por un lado, necesitaban saber si habrá disponibilidad de gas durante el invierno y, eventualmente, qué plan de contingencia estaba preparando el Gobierno; y por otro, si están los dólares disponibles para pagar el mayor costo que demandará este año la importación de gas. Ambas preguntas fueron respondidas con optimismo por parte de Martínez. Habrá gas y están las divisas, les dijo.
Pero las dudas persisten. El acuerdo firmado con Bolivia durante la primera semana de abril contempla el suministro de 14 millones de metros cúbicos diarios durante los meses de invierno, pero nadie garantiza que el país cumpla con el pacto, ya que el año pasado no lo hizo. Por otro lado, todas las empresas petroleras incrementaron la producción de gas respecto del año pasado (8 a 9 millones de metros cúbicos), y así fue comunicado en la reunión de ayer, pero no será suficiente si el clima es muy frío y hay un fuerte crecimiento de la demanda. Porque, por otro lado, falta infraestructura como para transportar ese gas incremental que pueda generarse.
El gasoducto Néstor Kirchner, cuya primera etapa de la obra será lanzada hoy en Neuquén por el presidente Alberto Fernández, demorará un año en poder estar operativo, según las estimaciones oficiales. Según les anticipó Martínez a los empresarios, desde su cartera están preparando una nueva ronda del Plan Gas para los nuevos volúmenes que permitirá transportar el gasoducto.
“La demanda todavía está alta. Es verdad que hay más oferta. Lo de Bolivia y Vaca Muerta anda bien, pero hay que ver si no se requieren más barcos y si pueden conseguirlos. Dependerá del clima y de cómo cumpla Bolivia. Si se combinan escenarios negativos, puede venir un problema”, dijo un referente de la UIA al ser consultado sobre los riesgos que se avizoran.
Otro industrial añadió: “Bajó la expectativa de que haya mucho lío, pero uno nunca está tranquilo porque no sabemos si, de ser necesario, habrá más barcos. Hay 8 que ya tienen comprados y van a venir, pero si se requieren más no sabemos si estarán disponibles por la demanda de Europa, que no recibe de Rusia”. El titular de la Unión Industrial de Córdoba (UIC), Marcelo Uribarren, fue contundente: “Nosotros necesitamos el gas boliviano. La matriz gasífera de nuestra provincia se nutre 75% del norte y 25% de Buenos Aires. Salvo que se termine ese gasoducto nuevo, por más que se compren barcos, necesitamos el gas boliviano”.
Sobre la disponibilidad de divisas, el Gobierno les dijo que eso está asegurado. Aunque reconocieron que las demoras en que el nuevo gasoducto esté activo podría ocasionar algunos inconvenientes si la demanda es muy alta y se requiere más gas del que puede ser transportado.
Ante estos riesgos latentes, durante el encuentro se resolvió la conformación de una mesa de trabajo que tendrá como objetivo ir analizando el escenario semana a semana y poder actuar con antelación, con cortes programados, en el caso de que sea necesario. Para ello, la UIA ya comenzó un trabajo de recopilación de información de todas las empresas de las diferentes regiones y sectores para conocer qué posibilidades tiene cada una de disminuir, o frenar por unos días, el consumo de gas. Con este trabajo realizado, llegado el caso de tener que activar un plan de contingencia, el Gobierno dispondrá de toda la información para actuar más rápido y con la menor afectación posible en el sector productivo.
“Esa es la tarea que tenemos que hacer. La UIA está preparando todo eso y vamos a tener una reunión con el Ministerio de Desarrollo Productivo y las petroleras. Ellas tienen que decirnos qué problemas pueden llegar a tener cada semana. Tenemos que ir monitoreándolo. Hay empresas que no son esenciales y a las que sí les podés cortar, adelantando vacaciones por ejemplo, y otras que no. Pero el Gobierno es el que debe arbitrar eso”, dijo otro empresario.
¿Empresas sin contrato?
Durante la reunión con el Gobierno, también surgió la preocupación por las empresas que aún no habían firmado contratos de abastecimiento de gas y que hoy se encuentran con dificultades para hacerlo. Una fuente que participó del encuentro afirmó que algunas petroleras plantearon que ciertos comercializadores vendieron más gas del que tenían comprado y hoy no pueden cumplir. “Aquellas firmas que compraron el gas anticipadamente no tienen problema, pero las que quieren hacerlo ahora, puede ser que no consigan”, dijo la fuente. A su vez, las que sí lo logran deben pagar precios elevados. Según se comentó en el encuentro, los nuevos contratos se están realizando por hasta USD 13 el millón de BTU, dos o tres veces más de lo que se pagó el gas en los contratos previos.
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