La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, afirmó que el mayor riesgo para la Argentina es su alta inflación.
En una conferencia de prensa virtual desde Washington, la funcionaria sostuvo que “tenemos un objetivo común con el nuevo programa que pueda ser implementado en forma exitosa para ayudar a la gente de Argentina y el mayor desafío es implementarlo. Y en ese sentido la implementación debe incluir un recálculo que tome en cuenta el impacto de los cambios globales sobre la Argentina porque es un exportador de materias primas”.
Ante una pregunta de La Nacion, sobre cuál es el mayor desafío para la Argentina, dijo: “El gran riesgo es la inflación que también ha sido empujado por factores exógenos y por lo tanto una gran parte de la atención será colocada en tratar de bajar la inflación a un punto en el que la gente en la Argentina tenga confianza para ahorrar en su propia moneda”.
“Respecto de la primera revisión, se ha adelantado, así que pronto habrá noticias del staff técnico tras dialogar con las autoridades argentinas acerca de su progreso”, indicó Georgieva, en relación a los contactos entre el Departamento del Hemisferio Occidental y el equipo del ministro Martín Guzmán que comenzaron ayer en la capital norteamericana.
En una conferencia de prensa que dio inicio formal a la asamblea de la primavera boreal del FMI, Georgieva advirtió que la invasión rusa a Ucrania es la mayor amenaza para la estabilidad global desde la finalización de los últimos 75 años, desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
Tal como lo reflejó ayer el informe de perspectivas económicas (WEO, según su sigla en inglés), el FMI prevé una reducción del crecimiento mundial, aunque aumentó en un punto porcentual la perspectiva para la Argentina desde enero: del 3 al 4 por ciento para este año.
Georgieva dijo que habrá “menos crecimiento y más inflación por la guerra, que generó la división política más fuerte que la de los últimos 75 años. Por lo tanto, el fin de la guerra tendrá el mejor efecto de ayudar a la recuperación de la economía global”.
“Ya ayudamos a Ucrania con USD 1400 millones y habrá más recursos para la reconstrucción de Ucrania y a algunos vecinos afectados, por la gran llegada de refugiados”, enfatizó Georgieva, antes de elogiar la tarea del equipo económico del presidente Zelensky.
“Hay tres formas de controlar la inflación: ajustar la política monetaria de los bancos centrales; segundo, ante el creciente riesgo alimentario, hace falta una acción global; y, tercero, ante el aumento de la deuda por el aumento de las tasas de los bancos centrales, los gobiernos necesitan medidas para reforzar sus balances fiscales con medidas tributarias más equilibradas”, explicó.
Además, recordó que el FMI aprobó la emisión de USD 750.000 millones en derechos especiales de giro (DEGs) para mejorar la situación global luego de la pandemia -de los cuales la Argentina recibió USD 4400 millones- y aclaró que “habrá más cuando comience a funcionar el fondo de resiliencia y sostenibilidad”, aprobado la semana pasada, de los cuales a la Argentina le corresponderían cerca de USD 1300 millones que podrían llegar antes de fin de año para fortalecer las reservas del Banco Central.
La agenda global
“Nos reunimos en un momento trascendental para el mundo, ante una crisis sobre crisis. La guerra encima de la pandemia. Es como ser golpeado por otra tormenta antes de que nos hayamos recuperado de la última. El resultado es un enorme revés para la recuperación mundial. Ayer, redujimos nuestra previsión de crecimiento mundial al 3,6% tanto para este año como para 2023″, admitió la economista búlgara.
“Esto se debe en gran medida a la invasión de Rusia en Ucrania y las ondas de choque, que ha enviado a todo el mundo. Lo primero y más importante, por supuesto, es el terrible sufrimiento humano que ha causado al pueblo ucraniano. Nuestros corazones están con ellos”, indicó.
“Otra consecuencia es la aceleración de la inflación, que se ha convertido en un peligro claro y presente para muchos países: el aumento de los precios de los alimentos y el combustible. El aumento de los precios de los alimentos y del combustible está poniendo a prueba los presupuestos de las familias”, advirtió.
“La restricción financiera, el elevado endeudamiento y los frecuentes y amplios cierres en China -que provoca nuevos cuellos de botella en las cadenas de suministro mundiales- son otros nubarrones que pesan sobre la economía mundial”.
“Y veo que hay una más en el aire: el riesgo de fragmentación geopolítica de la fragmentación geopolítica, que podría poner en peligro los logros del desarrollo de los últimos 75 años y dejarnos incapaces de abordar otros desafíos globales urgentes, como el cambio climático”, indicó.
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