Los nuevos cierres decretados por la pandemia del coronavirus en Shanghai, la ciudad más grande de China con 25 millones de habitantes, tienen inevitablemente un fuerte impacto en el comercio internacional y vuelven a causar problemas en las exportaciones, sobre todo por la menor oferta en algunos productos, como los semiconductores.
El país trata de erradicar la variante Ómicron, en particular en Shanghái, donde confinó a todos sus habitantes e hizo que la industria de la ciudad prácticamente quedara paralizada. Ante este escenario, las compañías nacionales y extranjeras alertaron sobre las consecuencias de los controles estrictos por el Covid-19 en China.
“El cierre del puerto de Shanghai implica una paralización de exportaciones que representan el 20% PBI chino”, remarcó este martes Andrei Serbin Pont, analista internacional y director de la Coordinadora Regional de Investigaciones Económicas y Sociales (CRIES) a través de un posteo en su cuenta de Twitter.
El 46% de la producción china de semiconductores está en esa ciudad, “así como equipamiento industrial esencial para sectores productivos alrededor del mundo. Agárrense”, advirtió.
Cabe mencionar que el puerto de Shanghai es uno de los más grandes e importantes del transporte marítimo y tiene una gran relevancia para el comercio internacional. Es un punto de distribución de bienes como prendas de vestir, materias primas manufactureras y materias primas energéticas, entre las que se encuentran los gases licuados del petróleo, por ejemplo.
Luego de que diversos grupos expresaran su preocupación por las interrupciones vinculadas al coronavirus, en una reunión realizada el lunes, el ministro de Comercio de China le aseguró a las cámaras de comercio extranjeras que tomarán medidas a fin de proteger a las cadenas de suministro y a las empresas.
En ese sentido, las autoridades de China se encuentran trabajando en la implementación de nuevas normas destinadas a reforzar las cadenas de suministro que fueron golpeadas como producto de las normas de bloqueo. Entre ellas, se encuentra la elaboración de “listas blancas” de compañías que pueden reanudar la producción y las operaciones.
En concreto, los funcionarios de China elegirán a compañías de diferentes sectores que se consideren estratégicamente relevantes para la economía y la sociedad y las eximirá de ciertas restricciones de cierre.
La Comisión de Economía y Tecnología de la Información de Shanghái (autoridad de desarrollo industrial de dicha ciudad) anunció que seleccionó a 666 empresas; principalmente en las industrias de automóviles, semiconductores y energía, para reanudar la producción.
La ciudad cuenta con aproximadamente 50.000 empresas industriales registradas, según precisó el portal South China Morning Post. Las firmas que se encuentran en la lista incluyen al fabricante de automóviles estatal de la ciudad, SAIC Motor Corp, al fabricante de chips más grande de China, Semiconductor Manufacturing International Corporation, y a la mega fábrica de automóviles eléctricos Tesla, entre otras.
El sistema de lista blanca que ya llevan adelante de manera informal varias autoridades locales fue respaldado el lunes por una reunión del gobierno. Así, con el propósito de reducir el impacto de las estrictas medidas de bloqueo, China busca permitir que los principales productores funcionen con la mayor normalidad posible.
El lunes pasado, fabricantes como Tesla comenzaron a preparar la reapertura de sus plantas en Shanghai. No obstante, la mayoría de los trabajadores aún tendrá que vivir en el lugar y las fábricas deberán hacerle frente a la interrupción de las líneas de suministro y el acceso a los mercados, con cierres ordenados por las autoridades en otras ciudades y problemas portuarios y de transporte por carretera.
Confinamiento
Shanghai está en cuarentena desde marzo con el peor brote de Covid-19 en el país desde el inicio de la pandemia. El centro empresarial reportó ayer 22.248 nuevos contagios locales, de los cuales 2.417 eran sintomáticos; y anunció la muerte de tres ancianos contagiados (los tres primeros decesos desde que la megaciudad china inició en el mes pasado el prolongado confinamiento).
El número de casos es relativamente bajo comparado con otros brotes en el mundo, sin embargo refleja una tendencia de las últimas semanas, con decenas de miles de contagios diarios (en su mayoría asintomáticos). Aun así, las autoridades insistieron en mantener la política de cero tolerancia ante la pandemia; con restricciones de movilización y aislamiento de las personas contagiadas, incluso si no presentan síntomas.
En este marco, los pobladores de una de las ciudades más ricas y cosmopolitas de China protestan a diario por las consecuencias del confinamiento; como la falta de alimento, las condiciones inadecuadas en los centros de cuarentena y la drástica aplicación de las medidas.
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