El ministro de Economía, Martín Guzmán, postergó para la noche de hoy el viaje a Washington que lo llevará a participar de las reuniones de primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI). El funcionario estuvo buena parte del fin de semana de Pascuas en Chapadmalal, en la costa bonaerense, intentando terminar de delinear su plan para crear un nuevo esquema impositivo que capte la “renta inesperada” que generó quejas en algunos sectores. Financiar una suerte de IFE que busca transferir recursos a sectores vulnerables es el objetivo del esquema.
El ministro de Economía será protagonista estos días de una serie de reuniones en el marco de la Asamblea del FMI y el Banco Mundial. Además, sostendrá una serie de encuentros bilaterales del G20, seguramente con el foco puesto en el impacto de la invasión de Rusia a Ucrania en la economía global. Más hacia la mitad de la semana llegará a Washington el secretario de Asuntos Estratégicos de la Presidencia, Gustavo Beliz. El presidente del Banco Central, Miguel Pesce, optó a último momento por la virtualidad y se quedó en Buenos Aires.
Pero más allá del viaje obligado, la prioridad en las últimas horas parece haber sido otra para el funcionario permanentemente cuestionado dentro de la coalición oficialista y confirmado una y otra vez por el presidente Alberto Fernández. El fin de semana largo en la costa, Guzmán siguió con su agenda de distribución del ingreso y cobrar por “renta inesperada”, algo que generó críticas en el campo y otros sectores, para pagar algún tipo de ayuda social, al estilo IFE.
La postergación del viaje a los Estados Unidos muestra el apuro por delinear el esquema de recaudación y redistribución que tiene en mente el Ministro. Tanto que disparó especulaciones respecto a un anuncio que tendría lugar hoy mismo, algo que sin embargo se encontró con desmentidas de fuentes de diferentes ramas del Gobierno Nacional. La elaboración del nuevo impuesto o aporte extraordinario no es sencilla, explican fuentes oficiales, por lo que no tendría chances de estar terminada tan rápido.
El IFE que se contempla sería una versión reducida del mismo. Los tres que se pagaron en plenas restricciones por la pandemia de Covid-19 alcanzaron a cerca de 9 millones de personas. Esta versión probablemente no sólo tenga nuevo nombre sino que, además, debería llegar a un número más pequeño de beneficiarios.
No es lo único en lo que trabaja el titular del Palacio de Hacienda. Guzmán además dio un paso adelante en un tema clave la semana pasada, la realización de la Audiencia Pública sobre tarifas, convocada por el secretario de Energía, Darío Martínez. En definitiva, Guzmán está decidido a aplicar rajatabla lo que dijo en una entrevista por TV: “gestionaremos con la gente que esté alineada con este rumbo económico”.
Días atrás, Roberto Feletti, secretario de Comercio, le echó la culpa de la inflación a Guzmán y advirtió que “esto se va a poner feo”. El ministro le respondió diciendo que Fernández gestionará con los que estén alineados al programa económico. Desde entonces recrudecieron los rumores sobre recambios en el gabinete.
Lo cierto es que, más allá de su reciente viaje a Brasil y de la convocatoria a audiencias públicas, desde Economía no hubo otros anuncios energéticos. Tampoco vinculados al control de la inflación. Además de Feletti, otro que se le “animó” a Guzmán es un funcionario nuevo, el secretario de Agricultura, quien asumió recién en enero pasado. Guzmán reconoció que está en estudio la puesta en marcha de un mecanismo para “redistribuir la renta inesperada” y Matías Lestani lo cruzó diciendo que “el sector agrícola no pudo capitalizar el concepto de renta inesperada”. Hoy, el jefe de Lestani también defendió al campo.
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