Inflación: planes de urgencia, ordenamiento macro o tirar “anclas”, en qué piensa el Gobierno para bajarla

El Poder Ejecutivo trabaja en medidas de emergencia y afina algunas variables para incidir a mediano plazo en el ritmo de precios. Qué esperan los economistas independientes

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El Poder Ejecutivo trabaja en medidas de emergencia y afina algunas variables para incidir a mediano plazo en el ritmo de precios

El dato alarmante de inflación de marzo obligó al Gobierno a poner sobre la mesa todas las opciones posibles para intentar contener de manera urgente la escalada de precios, evitar que el salario no sufra una poda de su poder de compra difícil de remontar más adelante en el año y no desviarse de los compromisos de política económica acordados con el Fondo Monetario.

Para eso, el Poder Ejecutivo trabaja desde hace algunas semanas, a sabiendas de que el índice de precios de marzo iba a ser mucho más alto del ya crítico febrero. En ese sentido, el Ministerio de Economía que comanda Martín Guzmán se atiene a un plan que tiene dos planos de análisis: uno de emergencia con medidas más rápidas para frenar la estampida de precios, otras para recomponer ingresos y evitar una caída masiva del poder adquisitivo. Otro, más atento al mediano plazo, incluye afinar algunas variables de la macroeconomía que tienen influencia en la inflación, aunque no un efecto inmediato.

Entre las medidas de urgencia hay algunas que ya se cristalizaron y otras tienen alguna demora. En este grupo de decisiones están incluidas, por ejemplo, algunas que están bajo el ala de la Secretaría de Comercio Interior de Roberto Feletti, un funcionario que tuvo alguna controversia pública con Guzmán en las últimas semanas. Apuntan estas medidas a poner una barrera que frene que la inercia al alza para abril y los meses siguientes.

Apuntan a medidas destinadas a poner una barrera que frene que la inercia al alza para abril y los meses siguientes

Hay varias medidas ya concretadas: la continuidad de Precios Cuidados, nuevas canastas de cercanía, cortes a precio popular para la carne y un grupo de verduras y frutas con valores de referencia. El propio Feletti admite que se tratan de paliativos, ya que un descenso sostenido del ritmo de inflación requerirá un conjunto de variables macro que estén en sintonía, algo que, dijo en público, lo excede.

Hay, de todas formas, otras determinaciones que corresponden a Comercio Interior y que implican un impacto más claro en los precios como la anulación de incrementos en 1.700 productos y el subsidio al precio de la harina para bajar los de fideos y pan. Estas dos aún no fueron completadas y todavía tienen un trecho pendiente en negociación con el sector privado.

El Gobierno busca frenar la
El Gobierno busca frenar la estampida de precios con más acuerdos con el sector privado (Reuters)

Como medidas para intentar que los salarios no queden tan atrás frente a los precios en este momento de salto pronunciado, en los despachos oficiales enumeran dos medidas como la convocatoria a acelerar las negociaciones paritarias para un puñado de sindicatos que fijan porcentajes de referencia en la puja salarial y otra como el bono a las jubilaciones que comenzará a pagarse desde la semana próxima, como ejemplos. Queda una deuda pendiente, aceptan en Gobierno, con un sector hacia el que le cuesta mucho más llegar: los trabajadores informales.

Más allá de algunos trascendidos por declaraciones de Martín Guzmán sobre un proyecto para poder recaudar parte de la “renta inesperada” de un sector como el campo por el shock de precios internacionales, aún no está claro el alcance de una medida salarial para este sector de la población que pudiera poner en marcha el Poder Ejecutivo ante un escenario fiscal estrecho por el acuerdo firmado con el Fondo Monetario.

Lo micro en lo urgente, lo macro en el mediano y largo plazo. Así piensan en los despachos oficiales ligados a la política económica. Esas decisiones macro, en gran parte, están explicitadas en el programa acordado con el Fondo Monetario. Son tres pilares -además de las políticas de precios como las que lleva adelante Roberto Feletti- que incluyen la política fiscal, la monetaria y la de reservas internacionales.

Lo micro en lo urgente, lo macro en el mediano y largo plazo. Así piensan en los despachos oficiales ligados a la política económica

El jefe del Palacio de Hacienda mencionó en reuniones recientes que el Gobierno mantiene su idea de reducir de manera sostenida el déficit fiscal primario, porque, aseguró, “eso va a fortalecer la moneda”. En el plano monetario, aseguran desde Economía que el Tesoro pidió en los primeros tres meses del año financiamiento al Banco Central por el equivalente a 0,15% del PBI, un tercio de lo que solicitó en 2021 y siete veces menos de lo que pidió en 2020.

El sendero de acumulación de reservas, que para el ministro y para Roberto Feletti, representa el objetivo con el FMI más importante para anclar expectativas, tuvo un alivio en marzo con el primer envío de USD 9.600 millones desde Washington.

Pasos a seguir: qué piensan los consultores de la city

El menú de opciones sobre la mesa del Gobierno para afrontar un contexto de aceleración inflacionaria como este es, coinciden los analistas consultados por Infobae, muy limitado, con un alcance y efectividad cada vez menor y, por sobre todo, que carecen de un apoyo político decidido de la fuerza gobernante. Algo que, para planes anti inflacionarios como los que se necesitarían, es un elemento central y hoy el Ejecutivo está lejos de tenerlo.

El propio Martín Guzmán, en su reaparición pública del lunes pasado tras las versiones de recambio ministerial que lo incluían, salió a pedir públicamente el respaldo más decidido de Frente de Todos para incrementar las posibilidades de efectividad de la política económica.

Para Santiago Bulat, consultor y economista jefe de IDEA, “lo fundamental es tratar de desindexar la economía lo antes posible. Hoy está todo indexado: alquileres, movilidad, salarios, deuda atada al índice CER. Lo esencial es bajar la nominalidad. Creo que lo primero que hay que tratar de hacer es alargas plazos. En economías de alta inflación algo típico es que los contratos se acortan, y eso te recarga de inflación”, mencionó.

También consideró que, como pasos a seguir, las licitaciones de deuda en pesos deberían “pagar algo más de tasa pero ir descargando instrumentos CER de corto plazo y aumentar el financiamiento externo para bajar la deuda local”, dijo. Además, sugirió que las negociaciones paritarias puedan ser “alargadas por un año con cláusula gatillo, en vez de acuerdos por 6 meses”.

Según Florencia Fares, economista de la Universidad de San Martín (Unsam), las anclas clásicas para los precios como las que se adoptaron en otro momento como retrasar el dólar o las tarifas “pueden generar un problema”. “Si pisás el dólar, entonces perdés competitividad y estimulás la compra de bienes importados. Tarde o temprano, se generan expectativas de devaluación, ampliando la brecha con las cotizaciones alternativas del dólar. Esto te lleva indefectiblemente a un problema en el frente externo”, advirtió.

Lo fundamental es tratar de desindexar la economía lo antes posible (Bulat)

“Por otro lado, pisar tarifas podría ser una opción, pero el gobierno tiene en agenda una segmentación en AMBA, con lo cual chocan dos objetivos de política, sobre los cuales se acordó con el Fondo. Si se quiere reducir el déficit fiscal, mejorando la recaudación a partir de la quita de subsidios, pisar tarifas no podría ser una opción tampoco”, apuntó Fares.

En definitiva, la economista de la Unsam afirmó que “parte del ordenamiento del esquema macro debe considerar como prioridad mantener la competitividad del tipo de cambio, pero sabemos que esto impacta en la inflación. Estamos en una encrucijada”.

Martín Kalos, economista de Epyca, asegura que “no hay soluciones mágicas en el corto plazo”. “Puede desacelerar pero a niveles de 3 o 4 por ciento”, advirtió. Entre las alternativas urgentes con las que cuenta el Gobierno mencionó “continuar con aumentos escalonados de precios regulados, no sumar nuevos aumentos en lo inmediato o hacerlo de manera muy gradual. Eso contribuye a que se amesete, aunque implique aumentos mayores más adelante”.

Santiago Bulat sugirió que las
Santiago Bulat sugirió que las negociaciones paritarias puedan ser “alargadas por un año con cláusula gatillo, en vez de acuerdos por 6 meses”

“Y un manejo del tipo de cambio, que continúe levemente por debajo de la tasa de inflación. El otro punto son los salarios. Hoy pesan cada vez menos en la estructura de costos, es una señal a la hora de la coordinación macro los aumentos de paritarias que se cierre en las próximas semanas”, continuó Kalos.

Vuelve, como tópico recurrente entre los economistas, la necesidad de una señal política. “Lo importante es tener medidas que se puedan sostener en el mediano plazo. Hace falta planificar la política anti inflacionaria y que se sostenga en el tiempo. Hubo indicios de eso pero fueron malogrados porque no se planteó una política económica en el pasado se ejecute ahora. No hay un discurso claro por parte del Gobierno más allá de elementos aislados que no solucionan el problema por si solo como los acuerdos de precios que tienen patas cortas”, dice Kalos.

No hay un discurso claro por parte del Gobierno más allá de elementos aislados que no solucionan el problema por si solo como los acuerdos de precios (Kalos)

En ese sentido coincide María Castiglioni Cotter (C&T Asesores Económicos): “El Gobierno está en un grave problema en su lucha contra la inflación. No alcanzó el acuerdo con el FMI que implica reducción del déficit y de la emisión. No cambiaron las expectativas de los decisores, sino todo lo contrario”, alertó.

“No hay confianza sobre que estas medidas se apliquen al 100%. Hay demoras con algunas de esas medidas y sobre si lo van a sostener a lo largo del tiempo. El Gobierno entero debería alinearse y dar señales monetarias y fiscales, incluso sobreactuar, para mostrar un compromiso de que va a cambiar las condiciones que generaron la inflación. La política sola no resuelve la inflación, pero sin la convicción de los que gobiernan no se puede encarar el problema en un momento que requiere señales muy claras”, aseveró la economista en diálogo con Infobae.

"El Gobierno entero debería alinearse
"El Gobierno entero debería alinearse y dar señales monetarias y fiscales, incluso sobreactuar, para mostrar un compromiso de que va a cambiar las condiciones que generaron la inflación", dijo María Castiglioni Cotter

Una pregunta que sobrevuela es si las condiciones de inflación actuales preanuncian un escenario general de suba de precios mucho más alto, que alcance eventualmente un ritmo anual de tres dígitos. Para Bulat (IDEA), en realidad “ya estábamos en un régimen de alta inflación”. “Porque no es lo mismo la inflación del 2020 en el mundo que la de los 90. Pero sí tenemos una inflación que se acelera sin ajuste de precios relativos. No hay programa de desinflación posible si no hay previamente ajuste de precios relativos. De 2016 a 2017 bajó la inflación porque hubo un programa sobre la mesa y antes se corrigieron tarifas y dólar. No hay ahora nada de eso”, concluyó.

Florencia Fares asegura que es “difícil saber” la dinámica que puede llegar a cobrar la inflación en lo que resta del año. “Si el conflicto bélico continua, y la inflación mundial sigue en el registro actual es probable que Argentina se quede sin margen de maniobra. La dinámica interna por si sola es complicada, ya que parece que la norma a la que opera la economía ronda el 50% de inflación anual. Salvo algunos meses del 2020, producto de la pandemia, desde 2018 parece que el registro de la inflación anual subió un escalón, al ubicarse en el rango 50%-60% anual”, apuntó.

La dinámica interna por si sola es complicada, ya que parece que la norma a la que opera la economía ronda el 50% de inflación anual (Fares)

“La evidencia empírica muestra que cuanto mayor es la inflación, es más probable que el aumento de precios se acelere. Si nos encontramos en un régimen de alta inflación, el riesgo de una hiperinflación aumenta considerablemente. Hoy no es ésta la situación, todavía se puede revertir. No parece que 2022 cierre con tres dígitos de inflación. Para que esto ocurra la inflación mensual en lo que resta del año tiene que estar por encima de 6,2% mensual. Sin embargo, es evidente que va a superar las expectativas del mercado”, completó Fares.

Martín Kalos, por su parte, consideró que “hoy la inflación tiene un nivel de 60% pero no es un riesgo inminente de una aceleración a tres dígitos”. “Hay muchos estadios previos y puede no darse. La pregunta es más bien si vamos a tener políticas que desaceleren esa inflación. No se descarta ese riesgo a futuro si no existen esas políticas. Este es un momento clave para desacelerar porque tenías una inercia en torno al 50% y ahora trepó a un nivel de 60 por ciento. Si eso continúa subiendo o se toma como un techo, es tarea de la política económica”.

En tanto, María Castiglioni Cotter, advirtió que “la economía esta en un contexto complicado. En un contexto de un cepo, controles de precios múltiples, de retenciones, de trabas. Es mucho más grave este número en comparación con números del pasado. Eso lo hace más complicado”, aseguró.

Su conclusión es poco alentadora. “Ingresar en una inflación de tres dígitos tiene lugar cuando más allá de la cantidad de pesos en la economía, cae mucho la demanda de dinero y la gente se quiere sacar de encima los pesos enseguida. Volver con las mismas recetas tiene cada vez peores resultados y menos impacto. Antes por lo menos había un efecto en el corto plazo, ahora ni siquiera, porque ya no hay credibilidad”, cerró.

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