Luego del pico de inflación de 6,7% del mes de marzo, las consultoras y analistas económicos proyectan que el índice mensual para abril será más bajo, pero de todas formas se mantendrá en niveles altos, en torno al 5%, más alto que el de los primeros meses del año.
Con todo, los pronósticos coinciden que los próximos meses la inflación debería mostrar un leve descenso aunque no encuentran hoy motivos para estimar que se ubique en promedio debajo del 4% mensual.
Los pronósticos coinciden que los próximos meses la inflación debería mostrar un leve descenso aunque no encuentran hoy motivos para estimar que se ubique en promedio debajo del 4% mensual
La consultora Analytica estima que la inflación de este mes será del 5%. “Nosotros proyectamos una reducción de la inflación en abril aunque en porcentajes muy altos, alrededor del 5%. La manera más rápida de observar el deterioro que generan niveles de inflación tan altos es la dinámica de los salarios reales. Para los trabajadores registrados, los más favorecidos, desde junio de 2018 recién en diciembre pasado su salario le pudo ganar a la inflación durante más de un mes”, explicó Claudio Caprarulo, director de la consultora.
Por su parte, la consultora Abeceb proyecta 4,4% para abril; 4,2% para mayo y entre 3,8% y 4% para junio. “Los números están sorprendiendo siempre el alza. Lo que suele pasar cuando hay fogonazos es que terminan siendo más altos de lo previsto. Las proyecciones del REM (relevamiento de expectatias que realiza en Banco Central) de fin de marzo daba una mediana de 5,5% que terminaba en 6%. Si el REM tiene 4% y pico para abril puede ir para arriba porque esa es la tendencia”, explicaron.
El economista Martin Vauthier, de la consultora Anker Latinoamérica, detalló que en marzo se vio el impacto pleno del shock de precios iternacionales vinculado a la guerra en Ucrania y que, además, es un mes estacionalmente alto por aumentos en indumentaria, educación y, en este caso, precios regulados. “Esos tres factores —el impacto pleno de la guerra, precios regulados y la alta estacionalidad— hicieron que marzo diera este número tan alto de 6,7%. Abril, al ser un mes de menor estacionalidad y donde probablemente no tengamos ese efecto pleno de la guerra y menos movimiento en precios regulados haga que abril sea más bajo, aunque también alto”, señaló.
Los economistas hablan del “arrastre” que pone un piso alto para la inflación de este mes. “Abril va a seguir siendo un número alto, va a tener un piso elevado. La gran incógnita es hacia adelante. La economía ya venía con una inercia inflacionaria muy significativa en la zona de 3,9% mensual en diciembre y enero. Quedará por ver si este shock de precios se termina traduciendo en efectos de segunda ronda que hagan que hacia adelante la inflación termine capturando parte de los componentes del shock, que terminen siendo permanentes y no transitorios; y terminemos viendo un piso de inflación a partir de mayo más alto que lo que se venía viendo en diciembre y enero”, agregó Vauthier.
Otra alerta es que las anclas de inflación más tradicionales, que eran el tipo de cambio oficial, las tarifas y los salarios, comenzarán a moverse más rápido
Otra alerta es que las anclas de inflación más tradicionales, que eran el tipo de cambio oficial, las tarifas y los salarios, comenzarán a moverse más rápido. “El tipo de cambio ya se está moviendo al 4% mensual y probablemente volvamos a tener otro aumento de tarifas en junio. Mientras los salarios empiezan a tener reapertura de paritarias”, detalló.
Lorenzo Sigaut Gravina, director de Análisis Macroeconómico de la Consultora Equilibra, también anticipó una inflación más baja que en marzo, pero más alta que en febrero, cuando fue de 4,7%. “Con una inflación de más de 25% anual tiene efectos nocivos y es difícil encontrar países que crezcan o que no se resienta su capacidad de expandirse. Con una inflación anual de más de 50% la economía no funciona, no crece o crece menos que el resto de la región o países similares”, destacó.
Las tasas altas de inflación a la que están acostumbrados los argentinos desde hace años generan una caída del salario real, menos capacidad de ahorro y aumento de la pobreza. “En el caso del consumo, en los niveles socioeconómicos más bajos todo el cambio fuerte ya lo tuvieron que hacer hace muchos años. Esto es sacrificar consumos e incluso consumir peor, una menor calidad de comida, por ejemplo. Los niveles medio-bajos se ven afectados porque empiezan a caer a niveles más bajos, son los que cambian de colegio a sus hijos, tienen segundas marcas como consumo habitual, achican compras y vacaciones. Y deja de consumir todo lo que tiene que ver con el ocio y entretenimiento”, señaló Facundo Aragón, especialista en consumo y socio de la consultora Compass LA Business Analytics.
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