En 2022, la estrategia de financiamiento del Gobierno se enfoca en la colocación de títulos atados a la inflación, para atraer a inversores que buscan cobertura frente a la escalada de precios, en un marco de escasas vías de fondeo disponibles para el Tesoro nacional. Además, las exigencias del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) de ir reduciendo el financiamiento público con emisión de pesos del Banco Central obliga a los funcionarios del Palacio de Hacienda a procurarse de recursos a través de la colocación de deuda soberana.
Por eso, el mes pasado, el 80% de la deuda en pesos colocada por el Ministerio de Economía fue en títulos ajustados por CER, una deuda imposible de licuar a través de los mecanismos habituales en las épocas de crisis: la inflación y la devaluación, esta última por su colateral efecto inflacionario.
La deuda atada al índice CER, que sigue a la inflación, es la principal herramienta de financiamiento de mercado con la que cuenta el ministro Martín Guzmán. Medido a tipo de cambio oficial, el stock de deuda en Letras y Bonos indexados por CER llegaba a casi 70.000 millones de dólares.
La deuda atada al índice CER, que sigue a la inflación, es la principal herramienta de financiamiento de mercado con la que cuenta el ministro Guzmán
Desde que Alberto Fernández llegó a la Presidencia, en diciembre de 2019, el stock de deuda indexada medido en dólares pasó de representar el equivalente a USD 23.800 millones, según datos de la Secretaría de Finanzas, a alcanzar ahora a unos USD 70.000 millones, un crecimiento equivalente a la deuda refinanciada con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por unos 45.000 millones de dólares.
Esto implica que desde que asumió Alberto Fernández, el stock de bonos que ajustan por inflación creció del 7% del total de la deuda pública (USD 323.000 millones en diciembre de 2019) al 19% del total (USD 368.000 millones estimados a marzo último). Todo el universo de deuda en pesos representa poco más del 30% de la deuda pública total.
Por lo tanto, es cada vez mayor el stock de deuda en pesos ajustado por el índice de precios, debido a la preocupación de los inversores por cubrirse de una inflación que se espiraliza.
Se trata, insisten desde el Gobierno, de deuda muy diferente a la emitida en dólares. Es financiamiento en moneda que emite la Argentina. A favor, tiene que no se dispara su peso respecto al PBI como la deuda en dólares en caso de una devaluación. Porque dado que los ingresos y gastos del Tesoro tienden a ir a la par a los precios, sin aumento de endeudamiento la relación deuda/PBI tiende a mantenerse estable.
La particularidad de la deuda CER es que, a diferencia de la “bola” de Leliq del Banco Central -que se mantiene a una tasa por debajo de la inflación- esta deuda requiere replicar el incremento de los precios para ser renovada. De lo contrario, los pesos liberados no solo privarían al Gobierno del imprescindible rollover para financiar el déficit, sino que podrían volcarse peligrosamente a la demanda de dólares a través de los diversos carriles financieros.
“Hace poco menos de un año que venimos alertando que nos encontramos en un nuevo régimen inflacionario cuyas dimensiones todavía son desconocidas. La inercia actual se ve afectada por componentes estructurales que hacen del problema uno muy difícil de encarar, con buena parte del gasto y la deuda pública en pesos indexada a dicha medición”, indicó Consultatio Plus en un informe, donde estimaron que los títulos indexados por inflación “devengando un carry del 71,7% de Tasa Efectiva Anual”, es decir, el interés compuesto de estas colocaciones al renovarse mes a mes los vencimientos durante un año.
Esta tasa es positiva en unos 12 puntos porcentuales, si se toma en cuenta que según el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) de marzo, la encuesta entre analistas económicos efectuada por el BCRA, la inflación general para este año podría alcanzar el 59,2 por ciento.
Lucas Yatche ,Head of Strategy and Investments de Liebre Capital, señaló que “el crawling peg arrancó abril sin respiro devaluando a una Tasa Nominal Anual cercana al 45% en un contexto donde el BCRA no logra acumular reservas. En este marco, los bonos dólar linked mejoran su performance y avanzan a un ritmo más veloz. De este modo, apuntamos a que cierta aceleración en la devaluación generará aún más presión en el IPC por el pass through”.
“Seguimos apuntando a los bonos CER como los títulos de mayor cobertura de cara a la coyuntura macroeconómica actual y con mejores perspectivas hacia adelante. Recordemos que el índice CER con la inflación de febrero viene ajustando a una tasa efectiva superior al 70%, y podría acelerarse aún más el próximo mes con el dato de marzo, donde la inflación se proyecta en torno al 5.5%. Como posicionarse dentro de la curva dependerá de la aversión al riesgo del inversor, donde recomendamos diversificación entre activos como LECER largas, TX24 y DICP”, subrayó Lucas Yatche.
El Tesoro reduce la oferta de bonos CER
El Ministerio de Economía enfrenta este martes 12 de abril la primera licitación del mes utilizando un menú de alternativas muy peculiares cuyo rasgo distintivo es la falta de LECER, los títulos atados a inflación de plazo más corto.
El Ministerio de Economía licitará este martes Letras y Bonos en pesos por un mínimo de 265.000 millones de pesos, pero además realizará un canje del bono dollar linked TV22 que vence al 29 del corriente mes, por una canasta compuesta por un 20% del bono dollar linked con vencimiento el 28 de abril de 2023 (TV23) y un 80% del bono dollar linked con vencimiento el 30 de abril de 2024 (TV24).
Desde la última licitación (hasta la fecha de liquidación del 18 de abril) los pagos del Tesoro en pesos acumulan alrededor de $295.000 millones, teniendo en cuenta el vencimiento del BOCAN22 (AA22) y la LECER de abril (X18A2). Esta última Letra representa el 68% del vencimiento.
Cerca del 80% de los bonos colocados indexa por el índice de precios, condición que impide una fácil licuación de pasivos en caso de una devaluación abrupta
Gracias a los bonos atados a la inflación, en el primer trimestre del año, el Tesoro acumuló un financiamiento neto positivo de $617.853 millones, lo que implicó una tasa de refinanciamiento del 149% de los vencimientos.
Los analistas de Portfolio Personal Inversiones indicaron que el Gobierno atraviesa una “semana intensa dentro del mercado en pesos con una nueva licitación del Tesoro, previo a la publicación del dato de inflación de marzo“ del miércoles 13. “A diferencia de licitaciones anteriores, llama la atención la ausencia de Letras cortas que ajustan por CER obligando a extender duration a quienes busquen cobertura de precios. En tanto, seguimos monitoreando el ritmo de devaluación del tipo de cambio oficial tras la aceleración que observamos durante la primera semana de abril”, apuntaron desde Portfolio Personal.
Para Alfredo Romano, director de la diplomatura de Mercado de Capitales de la Universidad Austral, “la Argentina transita un nuevo camino muy delicado, donde las posibilidades de un proceso hiperinflacionario se tornan cada día más altas. El peligroso circulo vicioso de mayor emisión para pagar un mayor costo monetario de la deuda en pesos, sumado al fallido plan del Gobierno para controlar el gasto fiscal, genera las condiciones para que en algún momento se genere una escala cambiaria similar a la del gobierno anterior, pero bajo condiciones inflacionarias estructurales muchísimo más deterioradas”.
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