El doble dilema del Banco Central: qué hacer con el dólar y las tasas de interés frente a la disparada de los precios

El elevado índice de inflación de marzo pone al BCRA frente a un escenario en que todas las decisiones pueden tener costados negativos ¿Cuáles son?

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El Banco Central tendrá que
El Banco Central tendrá que decidir si sube las tasas 24 horas después de conocerse el índice inflacionario de marzo

El próximo miércoles el Indec informará el índice de inflación de marzo, que los analistas del relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) pronosticaron en un 5,5%. Veinticuatro horas después, el directorio del Banco Central tendrá su habitual reunión semanal en la que podría decidirse una suba de la tasa de interés de referencia, tal como ya ocurrió, sucesivamente, en los tres primeros meses de marzo.

El dilema que enfrenta el BCRA para decidir un cambio en la tasa corre en paralelo con otra decisión que toma todos los días: acelerar o no la devaluación del peso a través de su intervención en el mercado de cambios. Ambos indicadores impactan de lleno en la inflación y según algunos analistas el resultado, en todos los casos, mezclan ventajas efectos negativos, por lo que su elección podría apuntar a inclinarse por el mal menor.

Si el BCRA se inclina por subir las tasas facilitará la absorción de pesos en la economía e incentivará a que los actores económicos “se queden en pesos”, en particular los exportadores que liquiden sus ventas. A la vez, si lo hace hará aún más abultada la cuenta de los intereses por su deuda: los pasivos remunerados del Central en manos de los bancos (Leliq y pases) ya superan los 5 billones (con “b”) de pesos y parecen haber llegado a un límite.

La elección final del BCRA podría apuntar a inclinarse por el mal menor

En paralelo, si el BCRA acelera la suba de la paridad cambiaria oficial a un ritmo más cercano a la inflación, tal como hizo en las últimas semanas, incentivará la liquidación de los agroexportadores para recomponer sus reservas (un requerimiento expreso del FMI) y evitará el atraso cambiario que acumuló en los últimos dos años.

Pero al mismo tiempo, al hacerlo le quitará el último y debilitado freno a la inflación; una aceleración del dólar oficial inevitablemente, tendrá un impacto en los precios al consumo.

Este doble dilema atraviesa por esta horas el Banco Central y resolverlo con precisión es clave para sostener el recién nacido acuerdo con el Fondo Monetario. Y la inflación apremia los tiempos. “Con la aceleración de esta semana del ritmo de devaluación del tipo de cambio en alrededor de 20 puntos porcentuales (de 40% a 60% al año) y la inminente convocatoria a revisión de tarifas, la economía perderá las últimas dos anclas nominales que le quedaban”, destaca un informe de Consultatio.

“La falta de un plan antiinflacionario en el acuerdo con el FMI que permita contener expectativas es hoy más cara que nunca para la economía”, agrega el informe. Para Consultatio, el gobierno está “levantando anclas cuando arranca la tormenta”, es decir, cuando la inflación está en su punto más crítico.

La falta de un plan antiinflacionario en el acuerdo con el FMI que permita contener expectativas es hoy más cara que nunca para la economía (Consultatio)

El reporte destaca otro punto que no será obviado por el BCRA: la inflación elevada “permite contener los desequilibrios” no resueltos por el acuerdo con el FMI. ¿Por qué? La disparada inflacionaria ayuda a mitigar el déficit fiscal, (porque los ingresos indexan por la inflación presente y parte de los gastos, por la pasada) y licúan la deuda en pesos. El 80% de la deuda pública en moneda local, además, se ajusta por CER.

Un informe de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) dio cuenta de que la “inflación de las y los trabajadores se disparó al 6,8% en marzo” y que se extiende al 9% en el caso de los alimentos. “Se trata de una cifra que no se veía desde el salto devaluatorio de agosto de 2018 (6,5% en septiembre de ese año)”, agregó el reporte.

Consultatio espera que la inflación de marzo se ubique en el podio de las más altas de los últimos 30 años y destaca, en la misma línea: “Lo verdaderamente especial del dato es que se trata de un registro cualitativamente distinto a cualquiera de sus tristemente célebres precedentes: no surge como el efecto de un shock cambiario”.

Ante un índice inflacionario tan excepcional y para que la nueva velocidad de la suba del dólar pueda continuar, otros analistas ven inevitable que el BCRA conducido por Miguel Pesce disponga una nueva suba de tasas el próximo jueves. Un informe de la consultora Equilibra dio cuenta de que el tipo de cambio oficial subió esta semana a un ritmo anualizado superior al 50% desde el 25% registrado en enero. Una medición diaria mensualizada lo ubica en 3,9%, por encima del 3,6% que pagan los plazos fijos minoristas.

Esta dinámica nos da indicios de que debería aproximarse una nueva ronda de subas de tasas de interés en pesos, tanto para garantizar un tipo de cambio real que no desincentive las liquidaciones de exportaciones y posibilite la acumulación de reservas internacionales netas, como para sostener la demanda de pesos de ahorristas privados y evitar turbulencias en los mercados de cambio oficial y financieros”, apuntó Equilibra.

Una decisión de suba de tasas desde el BCRA, por otra parte, siempre encontrará rechazos desde la política por el encarecimiento del crédito. Cualquier medida que pueda entorpecer la recuperación, aún en un escenario de escasa actividad crediticia, recibirá críticas, lo que suma otro capítulo al doble dilema que enfrenta el Central.

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