La calurosa San Pablo será el destino de una negociación clave para el Gobierno de cara a llegada del invierno: la provisión de gas para abastecer hogares e industrias de todo el país y evitar faltantes en el abastecimiento en el marco de una escalada de precios internacionales de la energía que hace mucho más caro de lo esperado el suministro necesario de ese insumo clave para la producción y la calefacción.
Será, esperan en el Poder Ejecutivo, la última parada de una negociación a tres puntas que se inició hace algunas semanas y se intensificó en estos días. Primero fue la visita del presidente chileno Gabriel Boric y su comitiva, entre la que se incluyó el equipo encargado de la política energética del gabinete trasandino. Ayer hubo un segundo capítulo con una reunión y acuerdo con el mandatario boliviano Luis Arce, que asegurará al país un flujo mayor al del año pasado del gas desde los gasoductos del altiplano.
Y la tercera escala tiene lugar este viernes en el centro financiero de la economía más grande de América Latina. La misión es encabezada por el ministro de Economía, Martín Guzmán, y por el embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli. Será un viaje relámpago que incluirá un desayuno con 200 empresarios locales de diversos rubros y dos reuniones bilaterales: con el ministro de Energía y Minas Bento Albuquerque y, por la tarde, con su par Paulo Guedes.
El corazón del acuerdo que buscan Guzmán y Scioli es, entonces, conseguir que Bolivia pueda “redireccionar” 2 millones de metros cúbicos que destinaría a Brasil hacia las provincias del norte argentino vía gasoducto
La misión del jefe del Palacio de Hacienda y el representante diplomático en el país que es principal socio comercial será redondear este viernes las negociaciones a tres puntas que encaró la Casa Rosada ante la cercanía de los meses de mayor demanda de energía. El capítulo brasileño de esa conversación implica, según la expectativa oficial, que el país que preside Jair Bolsonaro pueda “prescindir” de una parte del suministro que importa desde Bolivia.
Ayudaría, se estima, que Brasil podría tener un mayor abastecimiento propio a través de fuentes hidroeléctricas, que representan dos tercios del origen de su energía total. El corazón del acuerdo que buscan Guzmán y Scioli es, entonces, conseguir que Bolivia pueda “redireccionar” un parte de los metros cúbicos que destinaría a Brasil hacia las provincias del norte argentino vía gasoducto. En términos prácticos, se trataría de unos 2 millones de metros cúbicos desde Bolivia hacia la Argentina.
La agenda energética, en el contexto en que la Casa Rosada busca asegurarse el gas necesario para no tener que implementar racionamientos a la industria durante los meses de mayor demanda, fue uno de los puntos centrales en el diálogo entre Fernández y Arce
La letra final de ese acuerdo es el que tratará de cerrar en las próximas horas Guzmán. El ministro de Economía, pasado el capítulo de la negociación de la deuda tras el acuerdo definitivo con el FMI, se embarcó por orden del presidente Alberto Fernández en gestiones para contar con suministro suficiente de energía para un invierno que será, en términos de costo de abastecimiento, mucho más caro que el de 2021.
No será el único objetivo de la visita. El ministro de Economía se reunirá esta mañana con el presidente de la Federación de Industrias del Estado de San Pablo (Fiesp), Josué Christiano Gomes da Silva y el resto de las autoridades de la entidad industrial.
Luego de un desayuno inicial, el jefe del Palacio de Hacienda disertará en un seminario que llevará como nombre “Escenario macroeconómico y oportunidades de negocios en la Argentina” y que se desarrollará en la sede de la poderosa federación fabril paulista. Habrá unos 200 empresarios en la sede del Fiesp, estima Economía.
El acuerdo con Bolivia: cuánto obtiene y cuánto pagará la Argentina
El Gobierno nacional anunció este jueves un acuerdo con Bolivia que le asegurará un suministro de gas diario de 14 millones de metros cúbicos y un compromiso para que, hacia adelante, la Argentina tenga prioridad para importar excedentes en la producción de las cuencas bolivianas.
El entendimiento fue anticipado por los presidentes Alberto Fernández y Luis Arce, de visita oficial en Buenos Aires. La agenda energética, en el contexto en que la Casa Rosada busca asegurarse el gas necesario para no tener que implementar racionamientos a la industria durante los meses de mayor demanda, fue uno de los puntos centrales en el diálogo bilateral entre los dos mandatarios.
Según comunicó el Ministerio de Economía, la declaración conjunta entre las dos naciones implicará “avanzar en la consolidación de la agenda energética bilateral, la cual conlleva, entre otros puntos, garantizar el suministro de gas en volúmenes significativos para la presente gestión”. En ese sentido, explicaron que “se desarrollarán mecanismos específicos entre YPFB e IEASA que permitan conciliar saldos en beneficio de ambos países”.
Por otra parte, Argentina y Bolivia coincidieron en “la importancia de realizar acciones concurrentes para que el Contrato de Compra Venta de Gas Natural entre YPFB e IEASA, refleje un nuevo régimen de entrega garantizado de 14 MMmcd (millones de metros cúbicos diarios) y priorizando en función de la disponibilidad volúmenes adicionales en el período de invierno, y el cese de derechos y obligaciones antes de la gestión 2025, a cuyo efecto encargaron a los Ministerios y entidades responsables concretizar los documentos correspondientes”, explicó el Palacio de Hacienda.
El suministro que envíe Bolivia tendrá dos precios, uno de “emergencia” que se pagará a razón de 9 dólares por millón de BTU (unidad de medida del gas). Ese valor será pagado por el Gobierno argentino para, del flujo total, los primeros 10 millones de metros cúbicos que envíe el país vecino. El resto se pagará el doble: 18 dólares por BTU.
SEGUIR LEYENDO: