Por qué la aceleración de la devaluación obligará al Banco Central a subir aún más las tasas de interés

El dólar oficial está subiendo a un ritmo superior al 4% mensual. Mientras está comenzando la etapa de mayor liquidación de divisas, aparece el riesgo de que los exportadores prefieran financiarse en pesos y esperar

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Foto de archivo: Un hombre
Foto de archivo: Un hombre observa una pantalla que muestra el índice S&P Merval de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires (BCBA), Argentina. Sep 26, 2018. REUTERS/Marcos Brindicci

Esta vez los mercados de la Argentina conectaron con el mundo. Las decisiones de la Reserva Federal afectaron a todos los activos argentinos, menos al dólar que continuó en baja. Ayer se conocieron las minutas de la Reserva Federal, es decir el resumen del acta de la reunión del 15 y 16 de marzo pasado, donde se estuvo a punto de decidir la suba de la tasa de interés en medio punto, en lugar de un cuarto, como finalmente ocurrió. El acta no dejó dudas de que en la reunión del 4 y 5 de mayo próximo esa suba se elevará a medio punto, con lo que las tasas de referencia quedarán entre 0,25% y 0,50 por ciento.

La Fed soñaba en marzo con volver en mediano plazo a una inflación de 2% anual, pero los conflictos le dijeron que este mes podría llegar a 8% interanual. Por eso, inauguró una política monetaria más estricta que considera, además de subir las tasas, en vender a un ritmo más acelerado su tenencia de bonos del Tesoro y de títulos hipotecarios que compró durante la pandemia para aliviar la crisis económica.

La mayor oferta que sobrevendrá hizo bajar los bonos a 10 años que elevaron su rendimiento de 2,56% a 2,61%, el mayor desde marzo de 2019. En este nivel y con perspectivas de seguir aumentando, las tasas del bono que es refugio de los inversores del mundo en tiempos de crisis, se convirtió en una aspiradora de dólares que demolió a todos los activos de riesgo del mundo incluyendo a los bonos y acciones de la Argentina que comenzaron la rueda con bajas de hasta 3% que parecían irremontables.

La caída de los bonos de la deuda con ley extranjera se atenuó con el correr de la rueda. Al cierre, algunos bonos quedaron 2% abajo y otros recuperaron casi toda la caída inicial

Las Bolsas de Nueva York se desplomaron. El Nasdaq, la Bolsa de las acciones tecnológicas, perdió 2,22% y dejó a papeles de precios inalcanzables, en oportunidad de compra. También cayeron las Bolsas de Europa. El Euro Stoxx, que refleja las 50 acciones más representativas del continente, bajó 2,38%. Las Bolsas de Oriente, cerraron en leve baja porque el huso horario no permitió que los inversores se enteraran de las intenciones de la Fed, algo que ocurrirá hoy y puede arrastrar a la baja a las acciones de ese continente.

La caída de los bonos de la deuda con ley extranjera se atenuó con el correr de la rueda. Al cierre, algunos bonos quedaron 2% abajo y otros recuperaron casi toda la caída inicial. En el primer momento se creyó que, ante el derrumbe de 3% de los títulos públicos, aumentaría el precio del dólar contado con liquidación, pero esa posibilidad se truncó.

El riesgo país redujo su aumento inicial a 29 unidades (+1,7%) y cerró en 1.739 puntos básicos. Hace tres ruedas el riesgo estaba por debajo de los 1.700 puntos.

A la región no le fue bien. Los índices que miden bonos y acciones (ETF’s) tuvieron una respuesta negativa. El de países emergentes (EEM) retrocedió 1,3% y el EWZ de Brasil, 1,7%.

Si el petróleo no hubiera bajado, al igual que el resto de las materias primas a excepción del gas que subió más de 5%, el resultado hubiera sido más fatídico.

En estas circunstancias, la Bolsa local operó $ 1.149 millones, 20% menos que el día anterior. El S&P Merval, el índice de las acciones líderes, cedió 0,91% en pesos y 0,71% en dólares. YPF (-2,71%) fue la más afectada por la caída del petróleo en el mundo.

Los ADR’s -certificados de tenencias de acciones que cotizan en las Bolsas de Nueva York- terminaron negativos con negocios de apenas $ 2.558 millones. Mercado Libre (-4,4%) seguido de Globant (-4,2%) fueron los más afectados. Son papeles de empresas argentinas, pero no cotizan en la Bolsa local. Ambos certificados se vieron arrastradas por el aluvión de ventas que tuvieron los papeles del sector tecnológico en Nueva York. Entre los que cotizan en ambas Bolsas, los más afectados fueron Pampa Energía (-2,6%) e YPF (-2,3%).

El dólar tuvo otra rueda de calma. Si bien continuó la sorprendente brecha de precios entre el MEP y el contado con liquidación, se redujo a 50 centavos, porque el MEP bajó 0,95 centavos a $ 189,22, mientras el contado con liquidación resignó 42 centavos y terminó en $ 189,58.

Que el “contado con liqui”, como lo llaman los operadores, sea más barato que el MEP es igual a que a un particular le pagaran por girar dólares al exterior. El ingreso de divisas continuó. El “blue” fue el más equilibrado y se mantuvo en $ 196 después de haber bajado $ 3 el martes.

El dólar solidario o dólar tarjeta, sigue siendo el más caro del sistema. Cotizó a $193,50 pero si se suma el impuesto a las tarjetas de crédito de 1,2%, el costo es de $195,82. Tanto el que compra el cupo mensual de USD 200 como el que viaja al exterior solo se benefician si reducen el 30% que este dólar tiene de recargo como adelanto del Impuesto a las Ganancias. La deducción no es inmediata, por lo que dos factores lo hacen incierto: la inflación, que reducirá considerablemente el monto reintegrado, y el valor del dólar en el futuro.

El que plantea un problema es el dólar mayorista. La suba de 13 centavos a $117,31 indica que la devaluación se aceleró por encima de 4% mensual. Por supuesto, la respuesta del mercado fue la misma que la de inicios de abril: mayor demanda de bonos atados al precio del dólar mayorista (dollar linked) que subieron hasta 0,26%. Llegaron a estar 0,50% arriba, pero aparecieron manos vendedoras y recortó las ganancias.

La aceleración de la devaluación pone al Banco Central en la obligación de subir las tasas de interés, porque si el ritmo devaluatorio es mayor que la tasa, los exportadores se financiarán en pesos y demorarán las liquidaciones”, advirtió Nicolás Rivas, de Buenos Aires Valores SA (BAVSA).

Por eso, la gran expectativa de los próximos días es el anuncio de la inflación de marzo porque hay grandes diferencias entre los cálculos de las distintas consultoras. La única verdad es que ninguna proyección baja de 5% y abril no viene mejor.

La única buena noticia fue la baja del petróleo en el mundo y el aumento de las reservas en USD 40 millones a USD 43.181 millones, porque el Banco Central logró comprar USD 25 millones en la plaza mayorista.

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