La misión del Fondo Monetario que evaluará dentro de un mes y medio las cuentas públicas y el cumplimiento de las primeras metas trimestrales con las que se comprometió el Gobierno en el acuerdo encontrarán, según estiman analistas privados, que el Poder Ejecutivo logró alcanzar los objetivos que se planteó hasta finales de marzo sobre el déficit primario, emisión monetaria y acumulación de reservas.
Son, de todas formas, las metas más sencillas planteadas en un escenario internacional que disparó la inflación local y que forzará al Gobierno a un gasto mayor al previsto para subsidios energéticos. Por eso, además de monitorear si la Casa Rosada cumplió las primeras métricas consensuadas, también habrá una nueva negociación para recalibrar algunas de las proyecciones centrales del acuerdo.
La dinámica de evaluaciones trimestrales funcionará de forma tal que en mayo -la fecha inicial prevista era el 10 de junio- el FMI chequeará los números finales al 31 de marzo, cuando “vencieron” los primeros objetivos concretos de variables macro. En septiembre, cuando tendría lugar la segunda revisión, se observarán las cifras al 31 de junio, en diciembre las de septiembre y así sucesivamente.
En los despachos oficiales ligados a la política económica eligen no entrar en detalles sobre qué nivel de cumplimiento tendrá el Gobierno en la primera evaluación, pero aseguran que se trata de “objetivos cumplibles”. En los próximos días se conocerán algunos de datos oficiales que darán cuenta de esas metas, como el de ingresos y gastos del sector público en marzo y el cierre de los números oficiales del BCRA sobre financiamiento al Tesoro.
El Gobierno cumplirá las primera metas del acuerdo con el FMI, estiman analistas, pero son las más sencillas del programa y deberá recalibrar los números hacia adelante por el impacto de la guerra en Ucrania en la inflación y subsidios
Evitan en el Poder Ejecutivo, de igual forma, hablar más allá de esta primera instancia de revisión: los números para la segunda evaluación en septiembre podrían ser muy distintos a los actuales. Hay algunos que aparecen más accesibles, como la acumulación de reservas, ya que gran parte de esa meta anual (USD 4.800 millones) será cubierta con los desembolsos netos del FMI.
El programa económico con el Fondo incluye dos tipos de objetivos: las “metas indicativas” y los “criterios de desempeño”. En el primer grupo aparecen el piso de recaudación tributaria, el mínimo de gasto social y el tope al Banco Central para la intervención en el mercado de dólar futuro. En el segundo están los números más pesados: déficit primario, acumulación de reservas netas y financiamiento del déficit con emisión monetaria.
La diferencia central entre los dos grupos es que, a pesar de que se llaman “metas indicativas”, su incumplimiento eventual no requeriría de un “perdón” del FMI (lo que se conoce como waiver), mientras que los “criterios de desempeño” sí necesitarán de esa excepción del staff del organismo para habilitar el desembolso.
Metas al 31 de marzo: qué nivel de cumplimiento tendrán
Según estipula el acuerdo con el FMI, la cifra que actuará como referencia de “piso” para el caso del déficit primario de la administración nacional será de $222.300 millones. Asimismo, solo permitirá un valor de 535.900 millones de pesos como deuda “flotante”, es decir pagos atrasados del ejercicio anterior. Este último número se mantiene fijo a lo largo de 2022.
Para Claudio Caprarulo, economista de Analytica, “el piso del deficit fiscal primario se cumplió impulsado por la muy buena recaudación durante el primer trimestre donde las retenciones fueron determinantes. Eso ayudo a que el financiamiento del BCRA al Tesoro esté por debajo del techo que impuso el acuerdo”, mencionó en diálogo con Infobae. También estimó un cumplimiento del objetivo de deuda flotante.
Por su lado, Pedro Martínez Gerber, de la consultora PxQ, dijo: “En los primeros dos meses del año el déficit acumulado es de $92.982 millones y el target del primer trimestre es de $222.300 millones. Debería haber una sorpresa por el lado del gasto para que no se cumpla este objetivo”, consideró.
Un informe reciente de esa consultora había apuntado que “dada la dinámica de ingresos y gastos, aún incorporando la actualización de las jubilaciones y pensiones correspondientes a marzo, parece poco probable que se supere la meta trimestral”.
Una razón que hace pensar en un cumplimiento de la meta de déficit primario es el avance sostenido de la recaudación tributaria. Así lo cree un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), que dirige Nadin Argañaraz.
“Contando con información de la recaudación transcurrido el primer cuarto del año, puede realizarse una proyección de cuál puede ser el nivel de la recaudación anual si se sostiene la estacionalidad de cada uno de los tributos”, mencionó el informe al que tuvo acceso Infobae. “Claramente este escenario plantea que no se verifican cambios sustanciales de precios relativos en lo que resta del año ni otros movimientos extraordinarios de las variables económicas clave”.
La recaudación tributaria más alta de lo previsto ayudará al Gobierno a cumplir la primera meta de reducción de déficit primario, que hacia finales de marzo debería haber sido de, como mucho, $222.300 millones
Hecha esa aclaración, Iaraf calcula que “en caso de que el crecimiento de los ingresos sea del 5% mencionado en el año, y dado el crecimiento económico esperado para 2022 (se espera un crecimiento del 3%), se tendría una recaudación total que superaría a la de 2021 en 0,4% del PBI”, explicó ese centro de estudios.
“Cabe recordar que la meta anual involucra una corrección del déficit primario del 0,5% del PBI. De acuerdo a las proyecciones, entonces, el aumento previsto de la recaudación que queda en poder del Sector Público Nacional (0,4% del PBI) es un elemento clave hacia la búsqueda del logro de la meta fiscal acordada en el acuerdo con el FMI, ya que sólo con este elemento y aún sin recurrir a modificaciones en el gasto primario se lograría cumplir el 80% de la meta”, estimó.
En ese sentido, como se dijo, el acuerdo también prevé metas indicativas para recaudación y gasto social. En el primer aspecto, el Gobierno debería tener un ingreso real 2,417 billones de pesos entre los primeros tres meses del año. Además, habrá erogaciones en programas de asistencia social que tendrán un cupo mínimo de casi $152.000 millones. Según la definición acordada, estarán incluidas la Asignación Universal por Hijo, Asignación por Embarazo, y Ayuda Escolar Anual, la Tarjeta Alimentar y el plan Progresar.
Sobre las metas monetarias, ligadas a la gestión del BCRA, habrá dos criterios de ejecución y una meta cuantitativa. En el primer grupo se listan el piso de variación reservas internacionales netas del Banco Central y el tope del financiamiento monetario desde la autoridad monetaria hacia el Tesoro. Hacia finales de marzo, las reservas deberían haber aumentado USD 1.200 millones en forma neta, mientras que la monetización del déficit tendrá como techo una suma de $236.800 millones. La última meta que deberá cumplir el BCRA es la de la intervención en el mercado de futuros, en el que habrá un tope de USD 6.000 millones como saldo.
Las dos metas, creen los analistas consultados, no corren riesgo. Para Caprarulo (Analytica) “estimamos que la Argentina cumplió con la acumulación de reservas gracias al desembolso que hizo el FMI”. Es decir, el primer desembolso de poco menos de USD 9.700 millones que hizo el organismo cuando aprobó oficialmente el programa económico le sirvió al BCRA para cumplir la primera meta de acumulación de reservas netas. Resulta que unos USD 4.400 millones del nuevo crédito será financiamiento neto, es decir, por fuera del calendario de vencimientos pendiente del Stand By de 2018.
Para PxQ, “en cuanto al target de financiamiento monetario, con datos al 23 de marzo el BCRA acumula adelantos transitorios al Tesoro por $122.000 millones con lo cual se mantiene por debajo de la meta de $236.800 millones. A su vez, el Tesoro logró un ratio de refinanciamiento de los vencimientos de deuda en moneda local de 142% promedio mensual en el el primer trimestre, lo cual ayuda a reducir el financiamiento monetario”.
La meta de reservas se alcanzó por el primer desembolso del FMI y la de emisión monetaria contó con la ayuda de licitaciones de deuda en el mercado local más robustas
En definitiva, consideró Caprarulo, el cumplimiento de las metas de marzo “son buenas noticias”, pero afirma que lo importante será el grado de recalibración que tendrán los números del acuerdo recién nacido por el cambio en las condiciones externas, la mayor inflación y una eventual mayor demanda de subisidios.
“Lo más importante en la próxima visita del FMI es la actualización de los objetivos de acuerdo al cambio en el contexto internacional. El grueso de la discusión debería pasar por rediscutir las metas del acuerdo, la guerra en Ucrania y Rusia cambió el escenario”, dijo el economista de Analytica.
“La próxima revisión va a ser en septiembre y se va a evaluar el cumplimiento de las metas a junio. Esta revisión ya va a incorporar la recalibración que se va a realizar en mayo así que tampoco debería haber problemas para cumplir”, anticipó Martínez Gerber.
Las cifras que había acordado el Gobierno en una primera instancia con el FMI para la segunda revisión eran: el déficit primario debería ser cercano a $566.800 millones, los ingresos del Estado acumulados de 4,7 billones de pesos, un gasto social que sea como mínimo de $318.000 millones, las reservas deberían haberse incrementado 4.100 millones de dólares en forma neta y la monetización del déficit no podrá superar los $438.000 millones. Todos esos números, de todas formas, podrían sufrir cambios en las próximas semanas.
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