El presidente de la Bolsa de Comercio de Córdoba, Manuel Tagle, sostuvo que “están dadas las condiciones para que se espiralice la inflación” con tres dígitos si el Gobierno no maneja el problema en forma inteligente y mantiene las disputas internas.
En una entrevista con Infobae, Tagle consideró que, por el contrario, el Gobierno debe sincerar los valores para que no se extiendan situaciones críticas como el desabastecimiento de combustibles y “asumir los costos en caso de una explosión en los precios”.
¿Cómo observa la situación del país tras el acuerdo con el FMI?
-Apoyamos la firma del acuerdo; aunque es insuficiente, es el acuerdo posible para un contexto político como el que tiene la Argentina, cuyo gobierno no tiene convicciones para introducir reformas como las que se requieren en un acuerdo con el Fondo. La firma ha sido positiva porque frenó la posibilidad de un default, que hubiera significado un desequilibrio muy preocupante, estabiliza un poco las variables y otorga cierta previsibilidad. Ahora, el mercado espera a ver qué decisiones toma el gobierno para reformar la macro, pero el presidente dijo que el gobierno no había claudicado ante el FMI porque no habría ajustes ni reformas, así que da la sensación de que está firmando un acuerdo que no está dispuesto a cumplir. Eso es preocupante porque hay un consenso generalizado de que si queremos salir de esta situación difícil, hay que poner en práctica y rápido estas reformas para reconstruir la confianza, integrarnos al mundo y aplicar una economía más de libre mercado. La sociedad a la vez se ha dado cuenta que se necesitará una pequeña dosis de sacrificio y por eso es importante que haya un presidente y un ministro que inspiren confianza.
Da la sensación de que el presidente está firmando un acuerdo con el FMI que no está dispuesto a cumplir
-¿Se puede lograr ese objetivo después de cómo le fue a Macri?
-Sï, porque las economías que progresan son las que sea integran al mundo y que eliminan el déficit; el gobierno del presidente Macri tuvo un rumbo correcto pero el contexto era diferente, había una sensación de que no había una crisis en 2015, o que era asintomática para la sociedad, porque no sentían que era necesario un sacrificio como un elemento indispensable. Ahora habrá que hacer correcciones con más firmeza, explicando mejor y que la sociedad las asimile mejor.
-¿Eso requiere una coalición con una parte del peronismo?
-Si, si no se sacrifican los objetivos primordiales. Aquellos que se quieran sumar a este rumbo es positivo. De todos modos, es posible que, dado el deterioro actual, es posible que la oposición gane cómoda y con mayoría en las 2 cámaras; si el PJ federal o republicano se suman, será bueno.
-¿Hay riesgos de que se espiralice la inflación?
-Sí, porque la inflación actual está reprimida, con muchos controles: cepo cambiario que convalida un dólar a 116 contra uno libre a 200 y los controles de precios que operan para que no aflore la inflación en forma plena; así que hay una serie de factores distorsivos que pueden aflorar con mayor virulencia. Por ejemplo, no hay dólares para exportar y eso genera una insuficiencia de divisas.
-¿Se puede ir a una inflación de 3 dígitos?
-Es posible; la emisión monetaria del 2020 fue muy fuerte, casi 80% de la base monetaria en un año, luego llegó el Plan Platita en 2021 y eso ha sido esterilizado en parte por las Leliqs, que están generando otros trastornos y una gran parte de la moneda circulante sigue ahí; todo esto puede aflorar por la disputa entre el presidente y la vicepresidenta. La suma de la inestabilidad económica y la inestabilidad política pueden ser preocupantes.
-Varios economistas han advertido la posibilidad de que este cuadro pueda derivar en un Rodrigazo o una hiperinflación si se liberan los cepos...
-Hay un cuadro de situación que está horadando las bases económicas; están dadas las condiciones para que se espiralice la inflación. La política debe contener este problema, sobre todo dentro del gobierno, con uniformidad de criterios y no con 2 facciones enfrentadas.
Están dadas las condiciones para que se espiralice la inflación. La política debe contener este problema, sobre todo dentro del gobierno, con uniformidad de criterios y no con 2 facciones enfrentadas
-¿Qué opinan del blanqueo que propuso el oficialismo?
-Es un poco disparatado porque, aunque aparenta tener un objetivo loable como cobrarle a los que evadieron para pagar la deuda, ya hay instituciones que pueden detectar a esas personas y podemos cometer el error de estar apañando un plan para personas que cometieron delitos de narcotráfico y corrupción. No me gusta, estamos entrando en un terreno sinuoso.
-¿Cómo observa el debate en torno de la dolarización?
-No es factible; debería haber una convergencia entre la base monetaria y las reservas, que es muy difícil porque las reservas son muy bajas y entonces no se podría hacer una conversión razonable. Creo que es engañarse, porque los planes ortodoxos que han funcionado en otras partes del mundo buscan atacar las causas con una reducción del déficit, eliminación de la emisión y hacer por supuesto las reformas estructurales; de lo contrario, no podría funcionar. El excesivo tamaño del Estado es el problema y eso es lo que hay que solucionar.
-¿Qué está ocurriendo con la falta de combustible en las provincias para la producción?
-Es muy preocupante y forma parte de los desequilibrios de la economía. Es sabido que el gasoil cuesta importarlo: 110 dólares el barril, pero se les reconoce 58 dólares a las petroleras acá, y así no pueden sortear el problema del congelamiento paralelo de las naftas; todo eso generó una insuficiencia de oferta. Viene un aumento de la demanda en el campo por la cosecha y estamos viendo una situación de escasez, que se corrige con mayor libertad de precio. Si no lo hacemos de manera racional e inteligente, lo hará el mercado de manera torpe. El 2021 terminó con un desequilibrio de 5000 millones en la balanza energética cuando en 2019 había terminado en forma equilibrada.
-¿Qué pasará en el corto plazo con este problema?
-Creo que el Gobierno intentará importar y subsidiar algo con YPF y controlando el consumo en forma selectiva, lo que sería lamentable, pero sería el menor de los perjuicios con un proceso de cortes, sin que afecte el gas domiciliario, pero sí las industrias. Pero va a ser un trastorno, porque habrá falencias para mover el aparato productivo y en algún momento habrá que reconocer mayores precios. Eso es inexorable: el mercado es el que fija las reglas. Lo otro es inviable y ha fracasado en todo el mundo; si eso implica una explosión en los precios, el Gobierno lo deberá asumir. Quiero remarcar que los empresarios no somos responsables de la inflación, preferimos ganar menos dinero a cambio de invertir más y pensar en el mediano plazo.
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