Se profundiza el faltante de gasoil en diferentes lugares del país, como consecuencia del desfase entre el precio de venta y el de importación, lo que lleva a las petroleras a racionar las entregas a las estaciones de servicio, que a su vez aplican cupos de venta de hasta 15 litros por vehículo. Una problemática que afecta, especialmente, al sector de la producción, los contratistas rurales y los transportistas.
Las alertas de todos los sectores mencionados se encendieron teniendo en cuenta que el campo está arrancando la cosecha de los cultivos de verano, como soja y maíz, pero también se intensifican las tareas de preparar los suelos para la próxima siembra de trigo y cebada. Si bien la situación se podría agravar en los próximos días, trascendió hoy que el Gobierno habría recibido una propuesta del sector privado para aumentar el corte de uso de biodiésel, y que eso permita hacer frente al faltante de gasoil.
Mientras tanto, los transportistas volvieron a expresar su preocupación por el impacto del faltante en sus respectivas actividades, y advirtieron que el mismo se siente de modo particular en las provincias fronterizas, dado que las estaciones de servicio dan prioridad de carga a camiones de Bolivia -en Jujuy y Salta-, de Paraguay -en Chaco, Corrientes y Misiones-, de Uruguay –en Entre Ríos-, de Brasil en todo el corredor de la Ruta 14, y de Chile, en Mendoza, “por el hecho de que pagan más que la tarifa oficial y en dólares”.
Anibal Goichik es transportista en Misiones y Director del Departamento Técnico de la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (FADEEAC). En diálogo con este medio narró lo que sucede en su provincia con el ingreso y salida de camiones de Brasil, que utilizan a la Argentina como destino final de la mercadería que transportan o bien como un país de tránsito.
“Los camiones de Brasil llegan a la Argentina con sus tanques vacíos y acá los llenan a un precio que es un 50% más barato que en su país. Es decir, se aprovechan de la devaluación de nuestro peso y del diferencial cambiario”, señaló Goichik, quien definió como “crítico” el panorama de Misiones por el faltante de gasoil, a lo que agregó: “El gasoil que conseguimos se comercializa con el sistema de cupos y a un mayor precio en los abastecimientos a granel, que es la posibilidad que tenemos los transportistas de comprar al por mayor pero que hoy es más caro que en los surtidores”.
Además, Goichik comentó que ese mayor precio que hay que pagar por el gasoil está provocando un aumento en la estructura de costos de los transportistas, que al momento de trasladarlo a las tarifas de flete “el cliente muchas veces no convalida eso y ahí nuestra actividad empieza a complicarse”. A raíz de esto, desde otros sectores de los transportistas de carga, solicitaron a las autoridades nacionales que se realice una actualización de la tarifa de flete.
Más problemas en la frontera
Una problemática similar, planteó Daniel Gallart, presidente de la Asociación Propietarios de Camiones de Mendoza (APROCAM). “La situación es crítica. Nos venden gasoil de a 150, 200 y hasta 300 litros, y con eso no podemos completar los tanques de los camiones. A modo de ejemplo, para un viaje de Mendoza a Buenos Aires se consumen unos 800 litros ida y vuelta. Además, el precio es de entre 115 y 125 pesos por litro, y entre 10 y 12 pesos superiores a los valores del surtidor. Y ese es el problema, porque ese valor de surtidor es el que se releva como valor oficial”.
A todo esto, planteó que el impacto inmediato en el desarrollo de la actividad es una demora en su entrega, con precios más altos: “Todo esto provoca aumentos en los costos y las tarifas, porque se nos hace difícil trasladar esos aumentos. También se nos empieza a complicar el cumplir en tiempo y forma con las entregas de la mercadería.
Por último, Gallart habló sobre lo que sucede del otro lado de la cordillera de los Andes: “En Chile no hay faltante de combustible, lo que pasa es que los precios son otros. Un litro de gasoil cuesta 220/230 pesos argentinos. Por su parte el transporte chileno viene y carga en la Argentina a un precio de 115 pesos, y luego siguen con su viaje a Brasil, Uruguay, Buenos Aires, o Bahía Blanca, entre otros destinos. Si los precios estuvieran dentro de la racionalidad económica, no pasaría todo esto”.
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