Sobre un óptimo de 100 puntos, el Índice de Confianza del Consumidor que Poliarquía Consultores prepara para el Centro de Investigación en Finanzas de la Universidad Torcuato Di Tella cayó en marzo a 36,91 unidades, el nivel más bajo de los últimos 9 meses, con una disminución de 6,4% en el mes y 9,8% desde el inicio de la presidencia de Alberto Fernández.
Se trató de la segunda caída consecutiva, luego de la inesperada recuperación en enero, porque venía de tres meses previos en franco declive.
Diversos factores se conjugaron para provocar el deterioro del humor de las familias, entre los que se destacan:
1) La aceleración de la tasa de inflación, no sólo por la flexibilización de algunos precios regulados por el Gobierno, como tarifas, combustibles, cuotas escolares; a los que se agregaron los estacionales y los derivados de la invasión de Rusia a Ucrania sobre las cotizaciones de las materias primas que más exporta la Argentina, junto a la ausencia de señales concretas del Gobierno para encarar un plan de estabilización;
2) La brusca desaceleración del ritmo de actividad económica en general, de una tasa de dos dígitos en diciembre, pasó a 5,4% en enero y se espera que por el faltante de diversos insumos importados por falta de divisas se aproxime a cero o incluso ingrese en la senda negativa en los próximos meses. Ese fenómeno se observó no sólo en las góndolas de los supermercados y comercios de cercanía, sino también en los talleres de servicio de reparaciones y repuestos de cualquier bien durable -electrónicos, grandes artefactos domésticos, y automotores-, e incluso en la industria y la construcción;
3) La devaluación al extremo del acuerdo del Gobierno con el FMI, al punto que en el día de su anuncio formal el 25 de marzo por parte del organismo la directora gerente, Kristalina Georgieva, alertó: “El programa está sujeto a riesgos excepcionalmente altos. Reconocieron la vulnerabilidad de Argentina a los shocks externos y las dificultades de implementación dada la compleja situación social y política”. Si bien el sondeo de opinión de Poliarquía para la UTDT se hizo entre el 3 y 15 de marzo, ya se percibía en los mercados el creciente desánimo de la población.
4) La baja de los tipos de cambio alternativos al oficial, porque encareció los bienes dolarizados que no sólo siguieron subiendo fuerte en pesos, sino también en su equivalente en moneda extranjera; y
5) Las pobres expectativas de generación de empleos, en particular los asalariados en el ámbito formal privado que se caracterizan por remuneraciones muy superiores a las que se pueden obtener como monotributista y en particular en los puestos no registrados, que junto con la administración pública fueron los que más se recuperaron de la drástica caída del año previo.
“Todos los subíndices del ICC mostraron caídas mensuales, Situación Personal cayó 3%, Situación Macroeconómica 8,1% y Bienes Durables e Inmuebles 8,6%, siempre con respecto al mes pasado”, destaca el informe mensual del CIF de la UTDT. En los dos primeros casos acumularon sendas disminuciones de 8,8% y 40,9% desde el cambio de gobierno, mientras que en el segundo, por el contrario aumentó 79,8% sobre la base de un mínimo histórico, y se mantiene entre los peores niveles desagregados, apenas 30,7 puntos.
En el caso del subíndice Situación Macroeconómica cayó 8,1%, acusó la mayor caída mensual desde noviembre del 2019, pese a que el Gobierno se mostró convencido durante todo el mes que “lo peor ya había pasado”, los efectos de la crisis sanitaria habían quedado atrás y había asegurado un ventajoso acuerdo con el FMI que contribuiría a retomar la senda del crecimiento sostenido.
El subíndice de Situación Macroeconómica se ubicó en marzo 40,9% por debajo del nivel heredado Alberto Fernández de la presidencia de Mauricio Macri
Se ubicó 40,9% por debajo del nivel que había heredado de la presidencia de Mauricio Macri.
Concluye el informe de la casa de altos estudios: “Se advierten variaciones negativas para el índice en todas las regiones. El ICC cayó 7% en el Gran Buenos Aires, 6,8% en Capital Federal y 5,1% en el Interior, siempre con respecto a febrero. Por nivel de ingresos del individuo, la confianza bajó 9,1% en el grupo de consumidores de ingresos más altos, y cayó 3,2% en los consumidores con nivel de ingresos mas bajos”.
Y las expectativas para abril no lucen mejores, habida cuenta no sólo de la persistencia de elevadísimos niveles de inflación, los cuales se movieron en marzo a un ritmo promedio superior a 90% anualizado, y se proyectan con un piso de 65%, muy lejos de la meta máxima comprometida por el ministro Martín Guzmán con el FMI, sino también del malestar empresario para sostener el ritmo de actividad, porque afectará la intensidad laboral con recorte de horas extras y posibles suspensiones de personal.
“En marzo a nivel nacional, las percepciones de los consumidores respecto a las Condiciones Presentes mostraron una baja de 7,2%, mientras que el componente que mide las Expectativas Futuras de los encuestados cayó 5,7%, siempre con respecto al mes anterior”, finaliza el informe del CIF.
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