Buenos Aires es la ciudad de América del Sur que más propone entre sus postales urbanas una gran similitud con otros rincones de Europa. En la capital argentina se encuentran todos los estilos y escuelas arquitectónicas que fueron protagonistas en el siglo XX.
Dentro de las opciones que ofrece el mercado inmobiliario, actualmente se comercializa un petit hotel, fiel reflejo de la Belle Epoque, que data de principios de 1900 en la calle Montevideo al 800, en el barrio de Recoleta.
Al recorrer la zona se destaca la fachada de estilo francés y señorial, obra del arquitecto Alejandro Christophersen. De origen noruego y fallecido en Buenos Aires en 1946, Christophersen era hijo del cónsul de ese país escandinavo, que entre otras obras de gran relieve hizo el Café Tortoni y el Palacio San Martín, una de las sedes de la Cancillería.
Actualmente, al lado del petit hotel funciona la histórica Ortopedia Alemana, que tiene más de 80 años de trayectoria en su rubro. El dueño de toda la propiedad era el ortopedista Carlos Samaria, fallecido en 2020. Actualmente, sus descendientes decidieron poner en venta la lujosa construcción lindera al local de la ortopedia, que no está incluida en la oferta.
Según se supo, su familia con tanto dolor como orgullo, pone fin a una etapa. “Es increíble como hizo don Carlos Samaria para mantener ese difícil equilibrio entre la suntuosidad del petit hotel -que supo restaurar pieza por pieza desde toda la cristalería vitraux, convocando a especialistas para ese fin a la majestuosidad de sus arañas- con la producción y las oficinas de la ortopedia. Jamás permitió que la empresa le ganará al petit hotel, y hasta su muerte puedo asegurar que lo logró”, dijo Hernán Iradi, CEO de Auge Propiedades, la comercializadora del inmueble en conjunto con el colega Guillermo Bielli.
Cómo es la propiedad
Este petit hotel de más de 115 años está distribuido en 4 niveles con 1.385 metros cuadrados, con una valuación de USD 1.800.000, y por su distribución puede ser ideal tanto para una familia grande, una embajada o una institución educativa. Está próxima a zonas de facultades como las sedes de Medicina de la Universidad del Salvador y la Universidad de Buenos Aires (UBA).
Iradi, amplió: “En tiempos donde pareciera que la demanda privilegia los edificios denominados inteligentes o tech (tecnológicos), hay un replanteo u otra perspectiva de lo que llamamos inteligente, pues este tipo de construcciones sólidas de materiales invaluables desde su nobleza y de una belleza cautivante trascienden épocas y vuelven a captar cada vez más la atención. Para quien opte por estas residencias que conservan toda su vigencia en las grandes capitales como París, Londres o Madrid, parece ser una decisión acertada”.
“En tiempos donde pareciera que la demanda privilegia edificios denominados tech, hay otra perspectiva de lo que llamamos inteligente, pues este tipo de construcciones trascienden épocas y vuelven a captar la atención” (Iradi)
El inmueble está en perfecto estado. Desde su ingreso se aprecian las escaleras de mármol, hierros en baranda y herrajes finos muy bien conservados en puertas y ventanas. Por dentro los revestimientos son de piedra París (un revoque usual de 1900 que también puede apreciarse en las culminaciones del Colegio Nacional de Buenos Aires, entre otras edificaciones), y la chimenea revestida de mármol.
Entre sus niveles posee 4 dormitorios, cuatro baños y un toilette, con balcones. Dispone de sótano, planta baja, primer piso y segundo piso donde está la terraza y la conexión con el exterior, algo que se privilegia mucho en el presente.
En uno de los niveles hay un vitraux en el techo, donde cuelga una araña que otorga calidez y brillo al ambiente. Pero además hay otros vitraux distribuidos en varios sectores de la propiedad.
Iradi detalló que “los pisos son de roble de Eslavonia, algo muy utilizado por las familias de alto poder adquisitivo que podían edificar inmuebles con materiales importados. Hay ascensores antiguos, boiseries en toda la construcción y molduras con dorado que le dan una culminación de calidad premium”.
Mercado
Estas edificaciones, también llamadas casonas de lujo, pueden encontrarse en Retiro, Recoleta o Monserrat. Con la llegada de la pandemia entraron en crisis ya que muchas estaban destinadas a hoteles boutique, alojamiento para turistas, gimnasios, universidades privadas, entre otras posibilidades, todas actividades duramente golpeadas. Hoy el panorama comenzó a revertirse.
Iradi señaló que “en la Argentina hablamos de su presencia a partir del 1900. Los propietarios, que mayormente eran del ámbito agropecuario, las utilizaban cuando venían por alguna de sus obligaciones laborales o sociales. Durante el resto del año, residían en sus haciendas o estancias”.
Una particularidad de los petit hoteles es que cuando están desarrollados sobre un lote propio, no pagan expensas.
“Hoy resurgieron como una gran oportunidad, dado que este tipo de mansiones pueden llegar a adquirirse en menos de USD 2.000 el m2, un precio que hasta hace poco era impensado que sus propietarios aceptaran”, concluyó.
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