Si se mantiene el actual esquema de restricciones para las importaciones, desde distintos sectores alertan que en los próximos meses se pueden incrementar los faltantes de productos. Desde el año pasado, se comenzaron a registrar faltantes o poca oferta en productos como automóviles, neumáticos, computadoras, productos para la construcción y también insumos para la producción de vino, prendas de vestir o capelladas para el calzado.
En este contexto, la Cámara de Importadores (CIRA) expresó preocupación por el impacto negativo de la incertidumbre en las operaciones de comercio exterior, en el corto y mediano plazo, sobre los planes de las empresas, la producción, la actividad económica.
La Cámara de Importadores (CIRA) expresó preocupación por el impacto negativo de la incertidumbre en las operaciones de comercio exterior sobre los planes de las empresas, la producción y la actividad económica
Fuentes del sector industrial aseguraron que con la recuperación y el crecimiento de la actividad y el aumento de los precios internacionales, la presión en la demanda de mayores importaciones se mantendrá durante 2022, aunque aun no hay una situación de paradas en las fábricas por falta de insumos. “La brecha cambiaria hace que las empresas adelanten las importaciones para destinar sus pesos a insumos. Con una brecha entre 80% y 100%, todos quieren adelantar importaciones. Si perdura el esquema actual, puede haber problemas”, estimaron.
La situación es generalizada en todos los sectores: entre ellos, la industria química y petroquímica, y con todos los derivados del plástico; materiales de construcción; el sector textil, que importa materias primas como poliéster; o la importación de café, que también tuvo aumentos en los precios. “Muchas empresas tienen un cupo muy bajo porque vienen con una base baja del año pasado o importan productos cuyo precios internacional subió mucho”, destacaron.
El Banco Central dispuso, en los primeros días del mes de marzo, una limitación para el acceso al mercado de cambios con hasta 5% por encima del valor de 2021. “Tal como está planteada la normativa, un crecimiento económico superior al esperado generaría una mayor demanda de importaciones y el límite impuesto terminaría impactando más temprana y negativamente en la producción y en el consumo”, señaló la Cámara de Importadores (CIRA) en un comunicado.
Los datos del sector muestran que el 41% de las importaciones son bienes intermedios, el 35% bienes de capital y sus partes, el 9% combustibles y el 14% bienes de consumo. Según el promedio de los últimos seis meses, el rubro de bienes intermedios se incrementó 52% anual, seguido por piezas y accesorios para bienes de capital (46%) y bienes de capital (33%).
El 41% de las importaciones son bienes intermedios, el 35% bienes de capital y sus partes, el 9% combustibles y el 14% bienes de consumo
“En este escenario, limitando el acceso al mercado de cambios con hasta 5% por encima del valor de 2021, con un crecimiento del PBI esperado en torno al 3% y con precios de los insumos aumentando fuertemente debido a los hechos en Ucrania, es de esperar que se observe un impacto en la producción ya que los insumos intermedios y los bienes de capital son los primeros rubros que alcanzarían los límites”, explicaron desde CIRA.
En los dos primeros meses del año, se patentaron 9,7% autos menos que en el mismo período de 2021 y desde el sector aseguran que la caída se debe a la falta de autos disponibles para la venta. Por eso, hay también más demanda de producción nacional (el mercado pasó de 30% local a 50% local), pero las empresas se enfrentan también a la falta de autopartes.
El año pasado hubo un déficit de 40.000 autos entre lo que se preveía importar y lo que se importó, detalló una fuente del sector. “Las autopartistas locales que demandan insumos importados no tienen espalda para aguantar 180 días hasta poder realizar los pagos. Sus proveedores priorizan entonces otros mercados. Todavía no hay problemas en las plantas fabriles, pero puede haberlos si la situación sigue. Es una señal de alarma”, dijo.
En el rubro de electrónica, los faltantes es productos clave como notebooks también son un problema. “En productos terminados, los mayoristas traen lo que pueden. Desde 2018, en notebooks están ingresando equipos viejos, de uno o dos años de fabricación que son saldos de otros países. Hay una regularidad muy baja en la oferta. Hay una demanda de 4 millones de notebooks anuales y estuvieron ingresando 2,5 millones; esa demanda queda insatisfecha”, dijo Carlos Scimone, presidente de la Cámara Argentina de Máquinas de Oficinas, Comerciales y Afines (Camoca).
Hay una demanda de 4 millones de notebooks anuales y estuvieron ingresando 2,5 millones
Antes, cada marca importaba entre 5.000 y 6.000 máquinas de cada modelo. Hoy esa cifra se redujo a entre 500 y 800. “Hay más modelos pero menos cantidades. El negocio se maneja con lo que se puede”, dijo Scimone.
En el rubro textil, hubo dificultades para importar algunos insumos y en locales comerciales —especialmente de primeras marcas, ropa deportiva y zapatillas— hace meses que la variedad de productos es muy limitada. Sin embargo, desde el sector aseguran que no hubo fábricas que frenaran la producción. En el caso de las empresas que importan ropa terminada, reconocen que no “fluye” como en años anteriores y que hay productos que no pueden reemplazarse con producción local, como las camperas impermeables, por ejemplo.
Algunas de estas compañías importadoras presentaron amparos en la Aduana para poder recibir más productos. “Las restricciones del Banco Central tienen que ver con la capacidad de financiamiento de las empresas y el objetivo es que no se stockeen por la escasez de divisas. La producción local tampoco da abasto por un tema de falta de mano de obra. No encontrás personal capacitado”, destacó Alicia Hernández, gerente de la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI).
Al contexto local, se sumó en el último mes el contexto global por la guerra en Ucrania que generó una suba de cotizaciones de commodities, como petróleo, gas y fertilizantes, que tienen impacto sobre todos los precios de los bienes comerciados a nivel global. Y los costos de los fletes internacionales, que vienen aumentando desde 2021.
Fuentes del sector importador también reconocen que el tema de la falta de divisas es estructural y que no tienen una solución rápida. Pero que el Gobierno puede buscar otras alternativas, aunque tienen costos políticos y fiscales. Los tributos aduaneros, por ejemplo, se pagan sobre el valor de la mercadería y del transporte (valor del flete), que pasó de USD 1.000 a USD 15.000 en algunos casos. “El empresario define sus precios por el costo de reposición que hoy es difícil de calcular”, indicó.
Desde la Fundación Protejer señalaron que el volumen importado de la cadena textil e indumentaria cerró el 2021 con un 20% de aumento interanual. Registrando, a su vez, un pico desde al menos el año 2015. Las importaciones de hilados aumentaron un 38% en 2021 en relación con 2015 mientras que tejidos 33%. Esta tendencia continuó en los primeros dos meses del 2022, con importaciones de tejidos que aumentaron un 86% interanual en volumen.
“Cuando miramos artículos finales, vemos que en 2021 las importaciones de confecciones, principalmente las vinculadas al Covid, crecieron mientras que las importaciones de prendas todavía no alcanzaron los niveles de 2019″, detallaron. “El cambio de composición en las importaciones también implicó una mayor transformación local de los insumos, mayor agregación de valor, mayores inversiones y fundamentalmente, mayor generación de empleo en todo el país”, concluyeron.
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