En el mercado de cambios aún no se percibe un aumento sustancial del volumen de negocios, acorde a un período en el que las liquidaciones de exportaciones se ven reforzadas por la actividad del agro. Por ese motivo, el Banco Central debió retomar las ventas en la plaza, para abastecer una demanda privada sostenida.
Este miércoles, el monto operado en el segmento de contado (spot) fue de unos USD 257,6 millones y según estimaciones privadas, la entidad monetaria debió desprenderse de unos USD 35 millones, que se sumaron a otros USD 40 millones vendidos el martes.
La entidad monetaria sostiene un saldo a favor por su intervención cambiaria del orden de los USD 352 millones en lo que va de marzo, tras cuatro meses con ventas netas por unos 1.700 millones de dólares.
“A partir del próximo mes y hasta agosto se concentra el período de mayor liquidación de divisas del sector agroexportador. Disipada la expectativa de un salto brusco en el tipo de cambio oficial y considerando los altos precios de las commodities, se esperan buenos ingresos, aún a pesar de la sequía”, señaló el agente de liquidación y compensación Neix.
Tras haber sondeado un piso desde diciembre de 2016 en los USD 37.000 millones la semana pasada, los activos internacionales del Banco Central volvieron a superar el viernes 25 los USD 43.000 millones después de seis meses, activado un desembolso del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Tras el visto bueno del board del Fondo sobre el acuerdo, se adelantó el primer desembolso de USD 9.650 millones de forma inmediata (equivalentes a 7.000 millones en Derechos Especiales de Giro-DEG) y Argentina pudo cancelar con parte de esos fondos un vencimiento con el mismo organismo de USD 2.800 millones. El remanente, más de USD 6.000 millones equivalentes en DEG del organismo, se integraron a los activos internacionales.
El ministro de Economía, Martín Guzmán, expresó el domingo que el reciente acuerdo podría requerir ajustes ante el contexto económico global derivado de la invasión rusa a Ucrania.
El acuerdo con el FMI implicó un giro por parte del organismo que elevó a las reservas por encima de los USD 43.000 millones
Rodolfo Santangelo, director de la consultora Macroview, dijo a FM Milenium que el acuerdo con el FMI “es el precio que hay que pagar para tener la economía financiera un poquitito menos desordenada de lo que la tenemos y, obviamente, no solo no vamos a seguir con el crecimiento de las variables reales como fue el año pasado porque cambia el punto de partida”.
Tras el acuerdo con el FMI “la cesación de pagos inmediata se evitó, pero el equilibrio de las finanzas públicas requeriría una disminución de erogaciones difícil de implementar políticamente”, estimó la consultora VatNet Research.
“El gobierno apunta a financiar gran parte del déficit de este año mediante colocación de deuda local (2% del PBI), con una creciente participación de la deuda indexada, lo que permitió extender los plazos de colocación durante marzo”, reportó la consultora Delphos Investment.
“La situación argentina es frágil y será un gran desafío llegar a diciembre cumpliendo las metas (del FMI) relacionadas a la inflación, el déficit y la acumulación de reservas porque el contexto internacional hoy puede ser un arma de doble filo”, afirmó a Reuters Florencia Fares, economista de la Universidad de San Martín.
SEGUIR LEYENDO: