En la segunda rueda de vigencia efectiva del acuerdo con el FMI, los inversores comenzaron a deshacerse de los dólares cobertura que acumularon creyendo que esta negociación iba a ser más extensa. Los importadores encabezaron el listado porque dejaron de ser demandantes en esta plaza, porque creen que el Banco Central les proveerá los dólares al cambio oficial. Muchos de los que tenían guardados dólares para estas contingencias, decidieron bajar el stock y ser vendedores. Por eso la oferta de dólares financieros fue abrumadora e hizo bajar hasta 3% al contado con liquidación y al MEP.
Pero, además, saben que a corto plazo abundarán los dólares por las liquidaciones de exportadores. Al ver este horizonte con escasas turbulencias para el dólar, decidieron pasarse a pesos y continuar con el “carry trade”, esto es vender los dólares y colocarse con los pesos en bonos indexados o fondos de “money market” que son los que ofrecen los bancos donde se paga una tasa de interés similar a los de plazo fijo y el dinero se puede retirar cuando el inversor lo desea.
Fue tan resonante la caída del dólar MEP o dólar Bolsa, que mientras el S&P Merval, el índice de las acciones líderes perdía 1,44% en pesos, medido en dólares subía 0,20%.De esta manera, el contado con liquidación que abrió con una baja mínima terminó el día con una caída de $ 3,33 a $ 197,16 y el MEP con otra de $ 4,08 a $ 196,27. El costo del “cable” quedó en 0,5%. Este es el porcentaje que se debe pagar para colocar dólares MEP en el exterior.
Otra conclusión que dejan los precios es que han ingresado dólares de ahorristas del exterior para aprovechar el “carry trade” porque esperan tasas más altas para la licitación hoy de bonos del Tesoro y porque hay apetito por las Letras CER (LECER) que tienen el atractivo de ajustar por la inflación. Una canasta que combina Lecer que vencen en 2022 y 2023, es lo más atractivo del menú que ofrecerá la Secretaría de Finanzas. En la licitación esperan recaudar algo más de $ 360.000 millones para cubrir los vencimientos de la semana.
El “blue” también se acopló a la tendencia vendedora y bajó $ 2 a $ 200. La avidez por colocaciones en pesos llevó a que los depósitos UVA, que ajustan por el costo de vida, aumenten casi 10% en tres semanas, el doble de lo que crecieron en ese lapso los plazos fijos tradicionales.
En la plaza mayorista, el Banco Central compró USD 10 millones, por la merma de la demanda de los importadores que creen que el cepo que se impuso de hecho va a desaparecer. Antes del acuerdo con el FMI, había una elevada demanda de dólares MEP con la que se cubrían para pagar importaciones imprescindibles, por si el Banco Central no suministraba divisas al tipo de cambio oficial. Por supuesto, esas importaciones más caras se trasladaban a precios y fueron uno de los motores de la inflación.
Las reservas, a todo esto, cayeron USD 75 millones por el derrumbe del oro ante la caída del oro de casi 1% y de las divisas que integran las reservas (euro, libra esterlina y yenes, entre otros). De esta manera, quedaron en USD 43.246 millones.
La caída de más de 5% del petróleo fue decisiva en la reacción de las Bolsas. El impacto del covid-19 en China, que hará que Shanghai la ciudad más poblada y con el mayor puerto del planeta, cierre dos semanas fue fundamental para cambiar el humor de los inversores. La ciudad más importante de China tendrá un asilamiento de manera alternada: 5 días en el lado este y otros 5 en el oeste. Pero hay que incluir los feriados. Esto implica una caída en la actividad de la economía mundial y los precios de la energía y alimentos fueron los más afectados.
La tasa de los bonos del Tesoro de Estados Unidos tuvo una leve caída de 0,02 puntos a 2,48% anual. El riesgo país de la Argentina se benefició de este escenario. Los bonos de la deuda con ley extranjera como el GD35 que subieron 2,98% impulsaron la caída de 52 unidades (-3%) del riesgo país a 1.746 puntos básicas.
El mejor clima de negocios hizo exaltar la imaginación de los legisladores que presentaron un proyecto para dolarizar la economía que no tiene muestras de aprobarse. La misma suerte puede seguir el de imponer un impuesto de 20% hasta pagar la deuda con el FMI a los ahorros en divisas no declarados que estén en cuentas de cualquier parte del mundo. Lo irónico es que, al anunciar esta medida con anticipación, los tenedores de esos ahorros (personas y empresas) ya le estarán buscando destino más seguro y alguno hasta cambiará su domicilio fiscal para que esta disposición no lo alcance. De todas maneras, a pesar de que el proyecto nació del kirchnerismo puro y la gran impulsora es la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, tiene pocas chances de ser aprobado.
La licitación de hoy reflejará el cambio de humor del mercado. Mientras se mantenga la certeza de que no faltarán divisas, el dólar no se inmutará, salvo que surjan otras formas compulsivas de querer apoderarse de la renta de los privados.
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