El economista Martín Redrado, expresidente del Banco Central, anticipó que en marzo la inflación va a alcanzar un porcentaje de 6%. “Va a llegar un momento en que la gente no va a poder comprar”, agregó en diálogo con María Laura Santillán en “La mañana de CNN” por CNN Radio.
“No va a poder convalidar; va a llegar a la góndola y el salario va ir siempre corriendo detrás de la inflación y va a tener que elegir comprar fideos, manteca o leche. Cuando tenés un salario fijo, cada vez que suben los precios te va a quitando capacidad de compra y eso hace que tengas que elegir entre alimento, transporte, esparcimiento”, agregó.
La piel de los argentinos está muy finita, en términos de irritación. Lo notás en la calle el nivel de agresividad (Redrado)
“La piel de los argentinos está muy finita, en términos de irritación. Lo notás en la calle el nivel de agresividad”, dijo Redrado.
Sobre las declaraciones del presidente Alberto Fernández, que habló sobre “inflación autoconstruída” y “diablos” que suben los precios señaló que son manifestaciones lejos de la realidad. “No van al supermercado, no ven cuánto sale comprar un sachet de leche, un kilo de pan”, detalló.
También alertó que el Gobierno no tiene una política antiinflacionaria que ancle las expectativas y que marque un sendero creíble para toda la población de reducción de la tasa de inflación. “El año pasado, teníamos dos anclas distorsivas. El dólar se devaluaba al 1% mensual y las tarifas estaban congeladas. Eran anclas distorsivas y nos llevaron a una inflación de más de 50%”, recordó.
“Ahora se sacaron esas anclas y la inflación anda como un barrilete. Los comerciantes no saben qué precios poner la semana que viene. No hay una política antiinflacionaria clara, creíble y medible. El riesgo es que los precios sigan subiendo y creer que con declaraciones públicas los precios van a bajar”, advirtió.
Como el salario queda desfasado con respecto a la tasa de inflación, Redrado anticipó que esta situación impactará en una reducción del consumo y del crecimiento del producto, de los ingresos de la Argentina para este año. “Vamos a entrar un proceso de estancamiento económico, de crecimiento muy magro con altísima inflación, que viene subiendo. El año pasado de 50% y este año estará probando el escalón del 60%”, señaló.
Vamos a entrar un proceso de estancamiento económico, de crecimiento muy magro con altísima inflación, que viene subiendo
Redrado estimó una inflación mensual para marzo de 6% y una inflación anual de 63,5% de acuerdo a los datos de la consultora Fundación Capital. ¿Hay un techo para la inflación? “Lamentablemente, el techo es por las malas razones. Va a llegar un momento en que la gente no va a poder comprar. LA economía va a entrar en recesión, con una caída del nivel de actividad y, por lo tanto, los ingresos de todos los argentinos no van a poder convalidar precios”, aseguró.
“Todo depende del resto de la política económica; como sigue la política cambiaria; la falta de dólares sobre todo en inverno para importar gas, que es un tema central cuando se analiza la economía de este año. Si no tenemos ningún sobresalto, el propio parate del nivel de actividad le van a poner un techo a la inflación”, agregó.
En la opinión del economista, el plan para bajar la inflación tiene que ser un plan de shock en términos de leyes aprobadas por el congreso. “Hoy no hay credibilidad, no hay confianza. Con el mejor programa, el mejor equipo económico, sin respaldo político, las dudas comienzan en dos horas. Se necesitan cinco leyes aprobadas en el Congreso por mayoría especial”, propuso.
En esas leyes se definiría un sendere monetario y un sendero fiscal que tome como idea la “desindexación” de la Argentina, sobre todo del gasto público con una regla monetaria que marque independencia del Banco Central, un límite al financiamiento. “En 2011 hubo una reforma que le da un viva la pepa al BCRA para emitir y generar un descalabro monetario”, remarcó.
Luego, señaló que todo plan de estabilización se debe complementar con un plan de crecimiento y de modernización impositiva que amplíe la base de tributación y baje retenciones al que aumenta las exportaciones, en cantidades. Y por último, una ley de infraestructutra que marque las obras publicas que necesita el país para bajar los costos de transporte y logística.
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