Un país cruzado por la pobreza: 2021 terminó con menos pobres, pero se espera que la cifra vuelva a subir por la inflación

Esta semana el Indec informará el número final del año pasado de personas que no cubren la canasta de necesidades básicas e indigentes. Qué necesita la economía argentina para mejorar sostenidamente los índices sociales, según los expertos

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Esta semana el Indec informará
Esta semana el Indec informará el número final de pobres e indigentes del año pasado

El miércoles próximo el Gobierno dará a conocer la cifra final de pobreza e indigencia de 2021, que según los expertos estará en un rango de entre el 38%, en un escenario optimista, y el 40 por ciento. La recuperación del empleo alivió la situación de muchos hogares durante el año pasado, en que la economía creció más de 10%, aunque estiman que una aceleración fuerte de la inflación podría hacer revertir la tendencia de mejora.

El miércoles pasado el Indec dio a conocer que la Argentina logró la menor desocupación desde 2016 y mostró un fuerte avance -de 3,5%- en la tasa de empleo, que creció de 40,1% a 43,6 por ciento. En el cuarto trimestre de 2021, la tasa de empleo alcanzó el 43,6% de la población. Desde el inicio de la serie en 2016, no había logrado superar el 43%. Asimismo, la tasa de desocupación cayó al 7% de la Población Económicamente Activa, y así se ubicó en su nivel más bajo desde 2016.

Según los expertos estará en un rango de entre el 38%, en un escenario optimista, y el 40 por ciento. La recuperación del empleo alivió la situación de muchos hogares durante el año pasado, en que la economía creció más de 10 por ciento

Hay algunos asteriscos en la mejora de los indicadores laborales: por un lado, según datos anteriores de Indec, la tendencia de recuperación privilegia a los empleados más precarios e informales, que fueron los que más se perdieron como consecuencia de la pandemia.

Además, según remarca Luis Campos, director del Observatorio del Derecho Social de la CTA Autónoma, “quedarse con el número de desocupación es mirar una pequeña parte de la historia. El 17,4% de los ocupados buscan activamente otro puesto de trabajo y la presión sobre el mercado de trabajo es del 30,5% (en 2017 era del 27,2 por ciento)”.

Según la opinión de los analistas, la situación del empleo, aunque se trata de los empleos más precarizados, puede ser una explicación que justifique que el miércoles próximo la cifra final de pobreza e indigencia de 2021 termine siendo más baja en comparación con 2020, cuando finalizaron en 42% y 10,5%, respectivamente, y también mejor que en el primer semestre de 2021, con indicadores que alcanzaron el 40,6% y 10,7%, para cada caso.

Pobreza e indigencia: qué número se espera

Para el econometrista Martín González Rozada (Universidad Torcuato di Tella) “para el segundo semestre de 2021 esperaría una tasa de pobreza que estuviera alrededor del 40% y una tasa de indigencia que estuviera alrededor del 9%”, mencionó en diálogo con Infobae. En ese caso, representaría tanto una situación levemente mejor que un año antes y que en el primer semestre de 2021.

Por su parte, Leopoldo Tornarolli (Cedlas), consideró que “en base a la información de otras fuentes que conocemos (caída de la pobreza en CABA, mejora fuerte del PBI, mejora del empleo y desaceleración de la inflación en la canasta alimentaria y la canasta básica total en el segundo semestre) espero una caída en la tasa de pobreza de aproximadamente 2 puntos, o tal vez un poco más, respecto al semestre anterior. Lo mismo para la indigencia”, afirmó ante este medio.

Desde que comenzó la pandemia
Desde que comenzó la pandemia la Argentina encontró un nuevo promedio de pobreza que ronda el 40%. Como referencia, hacia fines de 2017 apenas superaba el 25%. REUTERS/Magali Druscovich

“Creo que la tasa de pobreza que informará la próxima semana es probable que se ubique en algún valor cercano al 38%-38,5%, mientras que la tasa de indigencia es probable que sea cercana al 8,5%”, proyectó Tornarolli.

Por último, el director del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), Agustín Salvia, anticipó que la estimación propia que hace ese organismo fue de “43% en el tercer trimestre, con tendencia a la baja”. “Si analiza la proyección de los últimos meses, había una recuperación del empleo, muchos de ellos precarios pero con familias que pudieron reintegrarse” al mercado laboral, indicó.

Respecto a los índices oficiales, anticipó que “la tendencia estaría por debajo del 40% para el segundo semestre en promedio” lo que estará explicado por “un proceso que mejoró, no porque la inflación haya bajado sino porque el empleo y la inversión pública mejoró. Recuperó empleo perdido, aunque haya sido informal y precario”, consideró.

“Con un sistema de ayuda social extendido, esta situación de mejora relativa hace que las tasas de pobreza hayan bajado sobre todo en el cuarto trimestre”, aseguró Salvia.

Cómo cambió la situación social por la pandemia

Para Tornarolli, “en términos de producto y empleo, la economía ya se encontraba a finales de 2021 a niveles similares a los de pre pandemia, pero con una tasa de pobreza algo así como 3 puntos más altas a lo que teníamos antes de la pandemia. No es extraño, las caídas bruscas del producto suelen provocar situaciones como esta, donde el piso de pobreza se vuelve un poco más alto al anterior a la caída. En este caso, la explicación es la caída en el poder adquisitivo de los ingresos (y no una menor cantidad de ocupados)”, apuntó.

“El impacto mayor de la pandemia se dio en el segundo trimestre de 2020 con un fuerte aumento en la tasa de pobreza, principalmente explicado por la caída en el empleo (mayormente informal) producto de la imposición de las restricciones sanitarias. Las aperturas en el tercer trimestre de 2020, combinadas con las ayudas como el IFE que aún se entregaban, hicieron que los resultados de pobreza del tercer trimestre de 2020 mostraran una recuperación relativamente rápida”, continuó.

“Creo que la tasa de pobreza que informará la próxima semana es probable que se ubique en algún valor cercano al 38% - 38,5%, mientras que la tasa de indigencia es probable que sea cercana al 8,5%” (Tornarolli)

“Sin embargo, la aceleración inflacionaria comenzada en el último trimestre de 2020 impidió seguir mejorando en dicho trimestre y en el primero de 2021, por lo que el primer semestre de 2021 mostró una tasa de pobreza prácticamente idéntica a la de un año atrás (40,6% versus 40,9%)”, dijo. ”Las mejoras en el PBI, empleo, desaceleración en los valores de la canasta alimentaria y la total explican la mejora que es probable que observemos en el reporte de la semana próxima”, mencionó Tornarolli.

La recuperación del empleo, aunque
La recuperación del empleo, aunque mayormente informal, alivió la situación para muchas familias, lo que haría bajar levemente la pobreza. EFE/ Juan Ignacio Roncoroni/Archivo

Según Salvia, por su parte, “el shock más importante tuvo que ver con la primera cuarentena, cuando la pobreza superó el 48% pero después tendió a descender aunque a estabilizarse por arriba del 40 por ciento. La novedad del 2021 fue que pudo estar por debajo de ese número pero de una manera relativamente ‘ficticia’ por ayudas sociales o algunos empleos con fuerte componente informal”, analizó. En ese sentido, anticipó que para el primer trimestre de este año la mejora relativa podría desandarse: “El escenario para el primer trimestre estaría revirtiendose porque aumenta la inflación y el shock de empleo ya se dio”, aseguró Salvia.

Por su lado, González Rozada consideró que el primer ASPO “produjo una caída de casi 10 puntos porcentuales en el empleo, sobre todo en el empleo informal y un aumento del desempleo y la inactividad durante el segundo trimestre de 2020″, dijo. “Estos efectos sobre el mercado de trabajo hicieron caer los ingresos de los hogares. Como resultado la tasa de pobreza del primer semestre de 2020 subió un poco más de 5 puntos porcentuales, comparada con la incidencia en el año anterior, ubicándose en 40,9%”, apuntó.

“A partir de ese momento y a pesar de cierta normalización del mercado de trabajo, la tasa de pobreza se mantuvo alrededor del 40% hasta el primer semestre de 2021, que es la última medición oficial de Indec”, concluyó al respecto.

¿Un nuevo núcleo duro de pobreza más alto?

La incidencia de la pobreza inició un proceso de aumento sostenido en los últimos años. La causa principal fue, desde mediados de 2018, las sucesivas crisis cambiarias y aceleración de la inflación que sufrió la economía argentina y que deterioró fuertemente el poder de compra de los salarios. Algunos expertos acuñaron el término “núcleo duro” de pobreza, para analizar un piso de pobreza o indigencia que la economía no puede perforar incluso ante escenarios de crecimiento económico. Durante muchos años se consideró que ese umbral era del 30%, pero los últimos años pusieron en la mesa el debate de si ese “mínimo” de pobreza no pasó a un cifra más alta, de entre 35 y 40 por ciento.

Durante muchos años se consideró que ese umbral era del 30%, pero los últimos años pusieron en la mesa el debate de si ese “mínimo” de pobreza no pasó a un cifra más alta, de entre 35 y 40 por ciento

González Rozada (UTDT) duda de si llamar como nuevo “núcleo” al 40% promedio que quedó establecida para la pobreza en los últimos dos años, pero sí considera “difícil que en el corto plazo la pobreza baje mucho desde ese 40%”, afirmó.

En tanto que Salvia (UCA) consideró que “más allá de que haya bajas por debajo del 40%, estamos llegando a una nuevo piso y techo de pobreza que ronda el 40 por ciento”, dijo. “Si el gobierno de Cristina Kirchner había dejado 29 o 30% de pobres, y durante macrismo trepó a 35 o 38%, ahora estamos en una situación en que el piso es 38% y el techo, 45%”, afirmó Salvia. “Sabemos que el 35% de los hogares nunca dejaron de ser pobres desde 2019 hasta el momento, por lo que encontramos un nuevo núcleo de pobreza crónica en la Argentina, que es muy fuerte”.

La pobreza rondó el 40%
La pobreza rondó el 40% hacia fines de 2021. (Franco Fafasuli)

Tornarolli (Cedlas) disiente con la idea de pobreza núcleo en un nivel tan alto. “El porcentaje de personas en situación de pobreza que no mejorarían su situación antes mejoras en la actividad económica es con seguridad bastante más bajo que eso, yo diría por debajo del 20 por ciento. En gran medida, las personas pobres en Argentina lo son por falta de crecimiento económico, si la economía lograra crecer durante algunos años la tasa de pobreza bajaría seguramente valores parecidos a los que tenía antes de las sucesivas crisis que comenzaron en 2018″, explicó.

“Sí es probable que estos últimos 3 años de problemas económicos hayan empujado a más población a ese grupo, que no saldría de la pobreza ni ante mejoras fuertes en la actividad económica, lo que algunos llaman el núcleo duro”, concluyó.

Qué necesita la Argentina para bajar la pobreza

Hacia adelante, ¿qué necesitaría hacer este Gobierno y los que vengan para poder mantener un sendero sostenido de reducción de pobreza? ¿Cuánto debería crecer la economía para lograrlo? Son algunas de las preguntas que Infobae le hizo a los expertos consultados.

Sin crecimiento sostenido no va a bajar la pobreza. No hay esquema redistributivo que alcance si la economía no crece. Hoy en día no están dados los requisitos para crecer, Argentina necesita estabilizar, reducir la inflación y volverse una economía ‘normal’”, dijo Tornarolli.

“Sabemos que el 35% de los hogares nunca dejaron de ser pobres desde 2019 hasta el momento, por lo que encontramos un nuevo núcleo de pobreza crónica en la Argentina, que es muy fuerte” (Salvia)

“Si uno mira la historia de nuestro país, no es esperable que podamos alcanzar un sendero largo de crecimiento a tasas muy altas, pero ya creciendo unos 15 años a un promedio de 2/3% anual ayudaría a reducir significativamente la tasa de pobreza”, proyectó.

Por su lado, González Rozada dijo que “para poder mantener en el tiempo una disminución en los niveles de pobreza se necesitan políticas que implican trasformaciones estructurales que produzcan un marco de crecimiento sostenible del país”, opinó. “Estas políticas requieren abandonar la idea de que la pobreza se puede reducir usando principalmente políticas asistencialistas y enfocarse en garantizar un contexto macroeconómico estable que permita desarrollar y consolidar un crecimiento económico que genere empleos de calidad en el sector formal de la economía”, aseveró.

Voluntaria entrega una ración de
Voluntaria entrega una ración de guiso a personas de escasos recursos en un recipiente de plástico en un comedor social organizado en la casa de Aida Mariela Unayche, en Manzanares (REUTERS/Agustin Marcarian)

“En el marco de este crecimiento económico se requieren políticas específicas complementarias que promuevan la educación de los niños, niñas y adolescentes que viven en hogares pobres para que en el futuro se encuentren en mejores condiciones para incorporarse al mercado de trabajo y se evite la transmisión intergeneracional de la pobreza”, completó el econometrista.

Por último, Agustín Salvia reflexionó que “la salida no está solo en cuánto debe crecer sino cuánto empleo genera ese crecimiento”. “No de los grandes sectores o exportadores, sino cuánto empleo de baja y mediana calificación podría crear una recuperación económica, en sectores como la construcción, economía de cuidado, servicios comunitarios y comerciales. Es decir, un conjunto de sectores que reclaman, necesitan y pueden precisar trabajadores de baja calificación”, amplió.

“Sería crucial que se incorporen lo más formalmente posible. Y no solo en el sector privado sino también en la economía popular, que debería mejorar su capacidad productiva. Todo esto requiere conjunción de políticas para sectores más pobres, que se fortalezca una línea de trabajo en las micro empresas familiares, mejorar sus remuneraciones y su protección social, todo eso bajo reglas laborales que permitan impulsar esa demanda de trabajadores excluidos del mercado”, completó el sociólogo.

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