La brecha de precios entre los almacenes y autoservicios y las grandes cadenas de supermercados existió siempre. En promedio, el canal moderno históricamente tuvo una diferencia a su favor de entre 6 y 7 puntos respecto de los precios del canal tradicional, más allá de algunos rubros puntuales, como los vinos, en donde los comercios de proximidad -autoservicios chinos, especialmente- hacían una diferencia. Esta situación empeoró notablemente desde la pandemia, cuando el Gobierno impuso precios máximos que fue dilatando en el tiempo; ese gap llegó a ser de 20 puntos.
¿Qué sucedió durante los primeros dos meses de este año, en los que la inflación se aceleró, en parte por la guerra entre Rusia y Ucrania que provocó una disparada en el precio de los commodities? La brecha se amplió aún más: mientras que en febrero los aumentos de un grupo de alimentos treparon 3,1% en las grandes cadenas, en los autoservicios esos mismos artículos aumentaron 4,5 por ciento.
Los datos componen un índice (Índice de Precios de Productos Empaquetados) que realiza la consultora Scentia en la que compara la evolución de los valores en góndola de los mismos 2.200 artículos en ambos canales. Esta lista incluye algunos ítems que integran el programa Precios cuidados, pero no representan más del 15%, remarcó el director de la firma Osvaldo del Río. Si fueran muchos, ahí podría estar la explicación de por qué los super grandes inflacionan menos, ya que los precios cuidados casi ni se encuentran en los autoservicios y almacenes. Pero la principal explicación de esta diferencia se encuentra en que los pequeños comercios compran más caro, ya sea de forma directa o a través de distribuidores y/o mayoristas.
“El gap de precios promedio es de 20 puntos, pero dentro de esa lista de 2.200 productos, algunos pueden tener diferencias de entre 60 y 70% -más caros en los negocios de barrio-, y otros que están igual o mínimamente más baratos en los autoservicios”, afirmó Del Río, sin mencionar ejemplos.
Pero quien sí dio algunos fue la representante de los autoservicios de origen asiático, Yolanda Durán, al remarcar que algunas grande marcas “les venden mucho más barato a las cadenas que a nosotros. Y muchas veces, al precio que nos quieren vender, supera el que encontramos en las cadenas”.
Si bien la brecha viene ampliándose desde los últimos dos años, el control en estos casos se hace inviable. Son tantos los comercios de proximidad que existen en el país y, a su vez, hay tanta disparidad de precios que no hay programa que funcione en este canal. De hecho, “Súper cerca”, lanzado el año pasado por la ex secretaria de Comercio, Paula Español, no llegó ni a implementarse.
El actual secretario, Roberto Feletti, señaló recientemente que aunque “siempre existen diferencias entre los valores en comercios de proximidad y grandes cadenas de supermercados, los relevamientos que se hacen desde la Secretaría detectaron en febrero aumentos mayores. Esta vez, ese rango trepó mucho”, indicó. Y agregó que esa diferencia “en parte, está dada por una política de algunas empresas alimenticias -no todas- de canalizar por los lugares menos controlados, menos regulados, ciertos desvíos de precios mayores que lo que la Secretaría viene pautando”.
Como medida paliativa de esta situación, el funcionario lanzó esta semana una nueva canasta de proximidad -similar al fracasado Súper cerca- conformada por 60 productos que tendrán precios acordados con las empresas productoras de consumo masivo. Incluye bienes en los rubros de almacén, bebidas, frescos, limpieza y perfumería, y estarán en los comercios de cercanía de todo país a partir del 7 de abril, el mismo día en que se renueva Precios cuidados. Sin embargo, y tal como publicó Infobae este jueves, el Gobierno aún no se reunió con los mayoristas y pequeños comerciantes para discutir la cuestión de los márgenes, clave para garantizar el funcionamiento del programa. Según denunciaron en reiteradas oportunidades, el precio al que deben comprar es igual o mayor al valor pactado para ser vendido al público, por lo que les resulta imposible cumplir en ese caso.
De todos modos, los representantes de los autoservicios y almacenes aún no fueron convocados por el Gobierno. Lo que sí dejaron claro, en diálogo con este medio, es que quieren competir en igualdad de condiciones con los supermercados grandes; no tener precios más caros. Ocurre que una de las propuestas que Feletti les había hecho era que puedan vender esos productos a un valor entre 10 y 15% más caro que las cadenas -ya que los 60 productos integran Precios cuidados-, pero obtuvo resistencia por parte de los comerciantes.
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