Los bonos soberanos argentinos operaron con marcadas bajas este miércoles por crecientes dudas de los inversores sobre el futuro de la economía doméstica, pese al reciente acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para reestructurar una abultada deuda.
Los bonos Globales -en dólares con ley extranjera- resignaron un 1,8% en promedio, para acumular en marzo una pérdida próxima al 7 por ciento.
En el mismo sentido, el riesgo país de JP Morgan, que mide la brecha de tasas de los títulos emergentes respecto de sus pares de EEUU, subió 23 unidades para Argentina, a 1.810 puntos básicos.
El directorio del FMI se reunirá el viernes para votar sobre la reprogramación de deuda por unos 45.000 millones de dólares avalado recientemente por el Congreso argentino.
Por otra parte, el gobierno de Alberto Fernández logró el martes un “puente de tiempo” con el Club de París para pagar vencimientos por USD 2.000 millones por las gestiones realizadas en Francia por el ministro de Economía, Martín Guzmán.
“El nuevo acuerdo del FMI se basa en cimientos inestables y dudamos que conduzca a una mejora sostenible en la dinámica de la deuda pública de Argentina”, estimó un informe de Capital Economics.
Añadió que “esto sugiere que el contexto económico seguirá siendo desafiante y es probable que los riesgos de incumplimiento persistan, por lo que los bonos en dólares argentinos probablemente se negociarán en territorio en dificultades durante algún tiempo”.
Los bonos soberanos negociados en el Mercado Abierto Electrónico (MAE) perdieron un 1% en su promedio en pesos, en una plaza apática ante la falta de tomadores genuinos, para arrastrar un derrumbe del 2,3% en las últimas cuatro sesiones operativas.
“Los inversores anticipan que podría ser necesaria una nueva reestructuración en unos años, más aún ante los postergados compromisos con el organismo con los que se amontonarían”, comentó Gustavo Ber, economista del Estudio Ber.
Los indicadores de Wall Street terminaron con francas bajas de 1,3%, en una rueda alcista para el petróleo, a USD 114,26 el barril de Texas (+4,6%), debido a la rotura de un oleoducto clave en Rusia y la incertidumbre por nuevas sanciones comerciales de los EEUU.
El índice accionario S&P Merval de la Bolsa de Buenos Aires terminó con una perdida marginal de 0,1%, a 91.040 puntos, , en un contexto global con inversores seguían pendientes del conflicto en Ucrania.
El BCRA volvió a vender divisas
El dólar libre se sostuvo ofrecido a $201 para la venta este miércoles, con una brecha cambiaria de 82,5% respecto del dólar mayorista, a 110,18 pesos.
En el mercado mayorista se operó un monto de contado (spot) de unos USD 309,1 millones, mientras que agentes privados estimaron en unos USD 29 millones las ventas efectuadas por el BCRA para atender la demanda de divisas.
En marzo el BCRA conserva un saldo a favor de unos USD 437 millones por su participación cambiaria, precedido de cuatro meses con saldo negativo, entre noviembre y febrero.
“A partir del próximo mes y hasta agosto se concentra el período de mayor liquidación de divisas del sector agroexportador. Disipada la expectativa de un salto brusco en el tipo de cambio oficial y considerando los altos precios de las commodities, se esperan buenos ingresos, aún a pesar de la sequía”, señaló el agente de liquidación y compensación Neix.
La entidad monetaria, que en la víspera subió su tasa de referencia en 200 puntos básicos a 44,5% anual para el plazo de 28 días, no descarta un nuevo incremento ante la alta inflación que golpea la economía, dijo una fuente a Reuters.
Este último incremento representa una tasa efectiva anual (TEA) del 54,8%, frente a una inflación estimada entre analistas privados que podría trepar a entre 55% y 60% en 2022. “Una tasa por debajo de la inflación no atrae inversores”, afirmó a Reuters un agente bancario.
El dólar “contado con liquidación” a través del Global 30 (GD30C) terminó con mínima baja, a $201,10, mientras que el dólar MEP operado a través del Bonar 30 (AL30D) alcanzó los $200,50 para hilvanar una racha de siete alzas consecutivas.
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