La tripulación a bordo del superyate de un oligarca ruso en Noruega está pescando y haciendo un asado mientras los negocios locales se niegan a cargarle combustible a la embarcación, lo que la que ha provocado que quedara varada, dijo el capitán del barco a The Wall Street Journal.
Se cree que la embarcación, Ragnar, es propiedad de Vladimir Strzhalkovsky, un antiguo agente del KGB que tiene vínculos con el presidente ruso Vladimir Putin, pero que ha evitado las sanciones, informó el medio financiero de Estados Unidos.
El Ragnar, valuado en 85 millones de dólares, según SuperYacht Fan, “lleva más de un mes bloqueado en el puerto de Narvik (Noruega) porque los proveedores de combustible se niegan a hacer negocios con Strzhalkovsky”, el hombre que –como lo definió el New York Times- pasó de perseguir especuladores a hacer fortunas en el mundo de los negocios.
Si bien Strzhalkovsky no se encuentra entre los oligarcas rusos afectados por las sanciones occidentales, los proveedores de combustible noruegos declararon la semana pasada a la emisora pública noruega NRK que no querían ayudar a ninguna entidad asociada con Rusia, luego de la invasión a Ucrania, indicó The Business Insider.
Según el sitio Supeyatch Fan, “fue viceministro de Economía y dirigió un departamento gubernamental para promover el turismo antes de ser nombrado Director General de Norilsk Nickel en 2008″.
“En 2011 dejó la empresa con una indemnización millonaria de 100 millones de dólares. Luego compró la famosa bodega italiana Scarpa y en 2015 se convirtió en vicepresidente del Consejo de Administración del Banco de Chipre. También es presidente del club Dínamo de Moscú”.
Estados Unidos, el Reino Unido y la Unión Europea han impuesto sanciones a los oligarcas considerados cercanos a Putin, lo que ha provocado la incautación de yates y aviones privados.
En algunos países, la gente ha protestado contra productos y entidades rusas que no han sido sancionadas. Por ejemplo, los estibadores del Reino Unido se negaron este mes a manipular cargamentos de gas natural ruso, a pesar de que las sanciones del Reino Unido permitían en ese momento la importación de la mercancía.
“Sin nadie que quiera cargar el barco y sin ningún lugar al que ir, la tripulación del Ragnar ha estado haciendo una barbacoa con bacalao recién capturado”, dijo Rob Lancaster, el capitán del yate, a The Wall Street Journal.
“No nos dimos cuenta de por qué había tanto problema con nosotros”, dijo Lancaster a The Journal. “Sucedió tan rápido”, se lamentó.
Lancaster dijo a NRK la semana pasada que los 16 miembros de la tripulación a bordo eran de países occidentales y “no tienen nada que ver con el propietario del barco”.
“Aunque el Ragnar no está sujeto a sanciones, varios yates de oligarcas han sido incautados en Europa. Un yate de 75 millones de dólares perteneciente al empresario ruso Dmitry Pumpyansky fue incautado el lunes tras atracar en Gibraltar, según informó el gobierno local a The Business Insider.
Este hecho se suma a la detención en España de un superyate de 153 millones de dólares vinculado al magnate armamentístico Sergey Chemezov, a la incautación en Francia de una embarcación de 120 millones de dólares vinculada al hombre de confianza de Putin, Igor Sechin, y a la incautación en Italia de una embarcación de 578 millones de dólares vinculada al oligarca Andrey Melnichenko.
Por otro lado, el oligarca Roman Abramovich, dueño del club Chelsea de Gran Bretaña, ha movido sus barcos de varios puertos para que no sean embargados.
El Solaris lleva más de una semana navegando sin destino y ha actualizado su situación por primera vez desde que salió del puerto, según muestran los datos de seguimiento de buques, lo que sugiere que el barco no tiene intención inmediata de atracar.
Como un buque fantasma, el barco de 140 pies y valorado en 600 millones de dólares, “se encuentra actualmente frente a la costa suroeste de Turquía y se dirige hacia el oeste, según el sitio web de seguimiento Marine Traffic.
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