Una larga cadena de factores encadenados desde septiembre de 2021 provocó la suba de la inflación en el comienzo de 2022, según explicó el Banco Central en su Informe de Política Monetaria (IPOM), un reporte que la entidad publica dos veces al año para explicar su visión sobre la coyuntura económica y sus proyecciones. La argumentación del BCRA explicita el carácter multicausal de la inflación, en línea con el acuerdo con el FMI. No obstante, en el informe el Central admitió también que se prepara para las recetas habituales: subir las tasas y reducir la emisión.
El BCRA puntualizó que la inflación promedio mensual del cuarto trimestre de 2021 fue del 3,3% mientras que en el primer bimestre de este año saltó a 4,3%. La suba inflacionaria, agregó, se inició en el marco de la recuperación económica post-pandemia: “El mayor dinamismo de los precios desde septiembre de 2021 se verificó en un contexto de recomposición de los márgenes de comercialización de ciertos sectores, reapertura de las paritarias salariales y de expectativas de inflación más elevadas como resultado de las mayores presiones cambiarias típicamente asociada a los procesos electorales”.
Para el Central, en esa etapa previa a las elecciones “el sector privado suele acentuar su patrón de dolarización financiera, a lo que se sumó la incertidumbre financiera generada por entrar en una etapa de definición de la negociación con el FMI por un nuevo acuerdo sobre la deuda con el organismo”.
Para completar su diagnóstico de la suba de precios, concluyó: “Al escenario de elevada inercia inflacionaria, se sumaron desde enero las desfavorables condiciones climáticas domésticas y el significativo aumento de los precios internacionales de las materias primas agrícolas, la energía y las manufacturas globales, que presentaron una aceleración ante el conflicto entre Rusia y Ucrania, lo cual plantea un escenario desafiante, especialmente para el próximo bimestre”.
Más allá de esta descripción para explicar la suba de los precios, el IPOM detalla cuál es el camino a seguir para combatirla: subir la tasa de interés, acumular reservas y reducir la asistencia financiera al Tesoro, aspectos incluidos en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
En el primer punto, el informe destacó que “el incremento en la tasa de interés de política monetaria busca propender hacia retornos reales positivos sobre las inversiones en moneda local, de modo de impulsar la demanda de pesos. Es por ello que, de cara al futuro, las novedades en materia inflacionaria se verán reflejadas en la calibración de tasas de interés por parte de la autoridad monetaria.”
De ese modo, el BCRA anticipa que volverá a subir las tasas de referencia, tal como ya lo hizo en enero (del 38 al 40%) y en febrero (del 40% al 42,5%), en la búsqueda de que los ahorristas puedan cubrir sus pesos frente a la inflación. La aceleración del IPC lo obligará a que las subas sean más fuertes de lo que fueron hasta ahora si quieren cumplir ese objetivo.
En relación a la acumulación de reservas, la consideró “una condición necesaria para reducir los niveles de inercia inflacionaria” que ayudará a disipar “los riesgos de crisis de balanza de pagos y saltos abruptos del tipo de cambio, anclando de este modo las expectativas cambiarias”.
“Con el objetivo de fortalecer la posición de reservas internacionales, se modificó el ritmo de depreciación para llevarlo gradualmente a niveles más compatibles con la tasa de inflación doméstica”, agregó el informe para explicar el proceso que viene llevando desde fines del año pasado: que el dólar oficial suba al ritmo del IPC. Durante casi todo 2021, la devaluación del peso fue menor al alza inflacionaria.
El Central destacó además en su informe que la expansión primaria del sector público en 2021 fue “sensiblemente menor” a la de 2020 y que siguió absorbiendo liquidez a través de sus instrumentos de regulación, los pases y las Leliq. “La Base Monetaria finalizó el año con una expansión del 40%, lo que implicó una contracción en términos reales, y el saldo de pasivos remunerados se ubicó en torno a 9,7% del PBi”.
Sobre la preocupación de que los pases y las Leliq crezcan hasta niveles riesgosos, señalada por muchos analistas, en el IPOM se anticipa una reducción: “Dado el crecimiento proyectado de la demanda de base monetaria, se estima que, por cada 1 p.p. de aumento de tasas de interés de política monetaria, los pasivos remunerados aumentarían en 0,07 p.p. del PBI. Aún contemplando este efecto, en un contexto de menores necesidades de esterilización, durante 2022 los pasivos remunerados se reducirán en relación con el PBI”.
“Es esperable que el esfuerzo de esterilización monetaria se vaya reduciendo. Ello favorecerá que la demanda de base monetaria sea provista por los intereses asociados a los pasivos remunerados del BCRA y, potencialmente, por una reducción de su stock”, agregó el informe.
El Banco Central considera que las causas que elevaron la inflación fueron “transitorias” y que la baja en los índices llegará gracias a la estabilidad del dólar y la suba de tasas: “Se espera que cedan los factores transitorios que presionaron sobre el nivel general de precios y que la inflación retome un sendero de desaceleración gradual y sostenida. La estabilización del tipo de cambio real en su nivel actual, el cual preserva la competitividad externa de la economía, y la calibración de las tasas de interés para reflejar las novedades en materia inflacionaria, de manera de garantizar un retorno positivo sobre las inversiones en moneda local, contribuirán a estabilizar las expectativas, favoreciendo al proceso de desinflación.”
También se adviritió que la emisión del BCRA en favor del Tesoro, viabilizada a través de la distribución de utilidades y los adelantos transitorios, será menor que en el pasado: “Luego de dos años en los que el Banco Central asistió excepcionalmente al Tesoro para enfrentar las necesidades derivadas de hacer frente a la pandemia, sin acceso al financiamiento externo y con un mercado de capitales doméstico en reconstrucción, los avances logrados por el Gobierno Nacional en la normalización del mercado de deuda en pesos y las perspectivas de financiamiento externo por parte de los organismos multilaterales y bilaterales plantean un escenario con una reducción significativa de la asistencia financiera al Tesoro”.
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