Ante la escalada de la inflación, el Banco Central volvió a subir la tasa de interés y la llevó al 44,5%

Es la tercera vez en el año que el BCRA eleva la tasa de referencia, que en el comienzo de 2022 estaba en 38%. La medida apunta además a cumplir uno de los compromisos con el Fondo Monetario: que los depósitos rindan por encima de la inflación

Peatones pasan frente al edificio del Banco Central de Argentina en Buenos Aires.. Foto de archivo. REUTERS/Enrique Marcarian

El Banco Central volvió a subir la tasa de interés de referencia y la llevó al 44,5% anual. Se trata de la tercera oportunidad en el año en que el BCRA sube la tasa de sus instrumentos de deuda, las Leliq. El 6 de enero, tras haber estado más de un año sin ningún movimiento, la había subido del 38% al 40%; el 17 de febrero dispuso otro movimiento del 40% al 42,5%.

La nueva tasa de referencia implica que se eleven también las tasas para plazos fijos para personas físicas, cuyo nuevo piso será de 43,5% anual para los depósitos a 30 días hasta 10 millones de pesos, lo que representa un rendimiento de 53,3% de tasa efectiva anual (TEA).

“Para el resto de los depósitos del sector privado la tasa mínima garantizada se establece en 41,5%, lo que representa una TEA de 50,4%. Las tasas de interés activas se mantienen en niveles favorables, en especial para la inversión y la producción, y el sector MiPyME. Adicionalmente, el BCRA seguirá regulando ciertas tasas claves para el consumo de las familias”, señaló el BCRA en un comunicado.

La única mención del comunicado del BCRA a los elevados índices de inflación señaló que “la economía mundial enfrenta un shock de oferta que se traduce en subas de los precios” de todas las commodities, materias primas e insumos que afectan directa e indirectamente a los precios en la Argentina. “El Gobierno nacional se encuentra desarrollando medidas tendientes a mitigar el impacto en los precios locales de este shock internacional”, concluyó el BCRA.

La decisión del Banco Central se enmarca en dos factores bien marcados: el primero es la disparada que el Indice de Precios al Consumidor mostró en sus últimos tres registros: 3,8% en diciembre, 3,9% en enero y 4,7% en febrero. El segundo, es el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que incluye como uno de los compromisos centrales para alcanzar las metas monetarias y financieras que los depósitos tengan tasas reales positivas, es decir, que tengan un rendimiento superior al de la inflación.

El Informe de Política Monetaria (IPOM) dado a conocer ayer por el Central, uno de los documentos más relevantes que emite la autoridad monetaria, ya había advertido sobre este movimiento e incluso sugirió que no será el único alza. “El incremento en la tasa de interés de política monetaria busca propender hacia retornos reales positivos sobre las inversiones en moneda local, de modo de impulsar la demanda de pesos. Es por ello que, de cara al futuro, las novedades en materia inflacionaria se verán reflejadas en la calibración de tasas de interés por parte de la autoridad monetaria,” puntualizó el documento del BCRA.

Por otra parte, el Banco Central también necesita tasas más altas para cumplir con otro de los objetivos incluidos en el acuerdo con el Fondo: acelerar la suba del tipo de cambio oficial como parte del plan para achicar la brecha con el dólar “blue” y los dólares financieros. Durante 2021, en particular durante el período preelectoral, el dólar oficial subió en promedio a un ritmo del 1% mensual frente a una inflación superior al 3%, esa evolución favoreció la consolidación de la brecha, hoy alrededor del 75%.

Sin una suba de tasas, cerrar esa brecha se vuelve una tarea imposible. Para que la suba del dólar oficial se acerque a la suba de la inflación, los plazos fijos deben tener un rendimiento positivo. De lo contrario, los inversores tendrán incentivos a seguir dolarizando sus carteras. Asimismo, el mercado cambiario está ingresando en la etapa de mayor liquidación de divisas por parte de los agroexportadores. Las tasas más altas favorecerán a que se queden en pesos una vez que hayan vendido sus dólares.

El acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que incluye como uno de los compromisos centrales para alcanzar las metas monetarias y financieras que los depósitos tengan tasas reales positivas, es decir, que tengan un rendimiento superior al de la inflación

Como contrapartida, la suba de la tasa de referencia implica que el Banco Central tendrá que pagar un costo mayor por absorber dinero del mercado y, con eso, evitar que genere una inflación aún más elevada a la actual. Las Leliq y los pases son los instrumentos que usa para cumplir ese cometido y para eso paga millonarios intereses a los bancos. El stock total de ambos instrumentos es de 4,7 billones de pesos, que a partir de ahora pagarán una tasa más alta.

En su comunicado, el BCRA destacó que a fines del año pasado había advertido que quedaría atrás “el periodo de políticas excepcionales generado por la pandemia y retomaba los lineamentos enunciados en enero de 2020. En ese sentido, se produjeron las subas de tasas en enero y febrero y ahora se ajusta dicha estrategia con el objeto de establecer un sendero de tasa de interés de política de manera de propender hacia retornos reales positivos sobre las inversiones en moneda local y de preservar la estabilidad monetaria y cambiaria”.

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