El regreso a las aulas universitarias de manera presencial luego de más de dos años tras el paréntesis de la pandemia hizo que en CABA se produzca una demanda muy fuerte de estudiantes por departamentos de 1 y 2 ambientes, que hicieron agotar casi el stock disponible entre febrero y la primera quincena de marzo.
Muchos padres o los propios estudiantes procedentes del interior o, en menor medida, del exterior, debieron recurrir a acuerdos por propiedades que se ofrecen dentro del alquiler temporario y se pagan en dólares.
En marzo de 2020 muchos de los estudiantes dejaron de concurrir a la universidad ante las restricciones por COVID-19 y rescindieron los contratos de los departamentos que habitaban. Ahora, los que están cursando y los que inician debieron volver a la ciudad y buscar un departamento.
Esa demanda hizo achicar más aún las pocas posibilidades de encontrar unidades bien ubicadas para familias o personas que necesitan un hogar para residir y que desde que entró en vigencia la Ley de Alquileres N° 27.551 encuentran obstáculos para poder hacer una operación locativa por la escasez de viviendas ofrecidas en alguiler desde hace un año y medio.
“Muchos unidades no llegaron a publicarse, dado que fue tan alta la consulta que se elaboraron listas de espera y ante nuevos departamentos no era necesario, y se reservaban en el día” (Bryn)
“Por la baja oferta que existe hoy de alquileres tradicionales -febrero fue el mes que menos departamentos hubo en oferta en Buenos Aires-, los pocos que había en cartera se ocuparon muy rápido. Incluso, muchos no llegaron a publicarse, dado que fue tan alta la consulta que se elaboraron listas de espera y ante nuevos departamentos no era necesario publicarlos, era cuestión de hablar con estas personas que las reservaban en día”, explicó a Infobae Daniel Bryn de Bryn Real Estate.
En casos puntuales, los departamentos no eran ni siquiera visitados por los interesados, se reservaban directamente con transferencias bancarias y documentos firmados electrónicamente, luego al arribar a CABA se firmaban los contratos y se entregaban las llaves.
Entre esos casos se encuentra el que vivió y relató a Infobae Magdalena Ancurio, docente de Neuquén, que envió a su hijo a estudiar la carrera de Derecho en la Universidad de Belgrano. “Después de ser realmente complejo buscar y conseguir, logramos cerrar por un departamento de 2 ambientes en Belgrano C”, contó.
Debieron dejar una seña de USD 300 y la comisión inmobiliaria y gastos del acuerdo demandaron $30.000, y así consiguieron el departamento en un sólo día. Tiene 2 ambientes por el que deben abonar $70.000 y expensas por 15.000 pesos.
“Firmamos el contrato sin ver el departamento, fue una odisea. Hasta llegamos a señar otro en Belgrano y la dueña se arrepintió y no lo quiso alquilar pero nos devolvió el dinero. Y a todos los amigos de mi hijo que se mudaron de Neuquén a distintas ciudades donde hay facultades les pasó algo similar”, contó Ancurio.
Otro situación es la que tuvo que atravesar Enrique Torres, que tiene dos hijos. La mujer cursará presencial en Medicina UBA, luego de hacer el Ciclo Básico de manera remota hasta fin de año. Y él hará lo propio en la Facultad de Ingeniería.
Tuvo contratiempos, pero tras varios intentos para alquilar a través de algunas inmobiliarias y no poder conseguir departamento empezó a buscar en enero en dueño de la zona de Zárate y Campana que tienen unidades en Buenos Aires. “Leyendo diarios locales y boca en boca, finalmente dimos con un aviso que salió en un medio periodístico de la zona, un sábado a la mañana, y apenas el dueño directo me envió un video de la propiedad, la alquilamos”, dijo Torres a Infobae.
Realizaron un acuerdo por un departamento de 3 ambientes, muy luminoso ubicado en Balvanera, por $45.000 por mes y fue sin intermediarios. Torres contó que si bien al departamento le faltaba mantenimiento, pintura, algo de instalación eléctrica y entre otros detalles “nos pusimos de acuerdo con el propietario para acondicionarlo. El contrato es a tres años y para ingresar se pagó un mes de garantía y otro mes por adelantado”.
Escasez
En septiembre entre todas las tipologías, en CABA, habían cerca de 9.000 departamentos en alquiler y hoy solo se encuentran 6.000, la mayor caída se dio en unidades chicas. Y dentro de ese abanico hay muchas del tipo temporario.
Los barrios más demandamos resultaron ser Palermo, Recoleta, Barrio Norte y Cañitas, siempre en zonas de universidades, cerca de la UB, como de Medicina, Derecho, Ciencias Económicas (de la UBA) o en otros casos de la Argentina de la Empresa (UADE) más cerca del centro.
Bryn aseguró que “los valores aproximados que se pagaron por los departamentos de 1 ambiente fueron de $50.000 y de 2 ambientes $60.000, en casos puntuales varios estudiantes se unieron para compartir departamento y alquilaron 3 ambientes a $70.000 aproximadamente y dependiendo el valor del barrio puntual”.
Los estudiantes no solo buscan la cercanía a la universidad sino también la proximidad al movimiento nocturno, bares, restaurants, shoppings, entre otras opciones.
Temporarios en acción
En algunas situaciones, dada la urgencia de los estudiantes para mudarse y empezar el ciclo lectivo, frente a la imposibilidad de encontrar un alquiler tradicional se inclinaron por el modo temporario y estar allí por un tiempo hasta que encuentren otro departamento.
“Respecto a los valores, si los calculamos mensualmente llegamos a precios que se acercan al doble de los valores de alquileres tradicionales, pero hay que tener en cuenta que los departamentos están 100% amueblados, listos para mudarse e incluyen todos los servicios (Internet, expensas, por ejemplo)”, detalló Bryn.
Los acuerdos se realizaron directamente en plataformas de alquileres temporarios como Airbnb, y en algunos casos se pagaron por adelantado por un par de meses en dólares billete.
Finalmente, sobre los extranjeros que vienen a cursar a Buenos Aires, Bryn, concluyó: “Son pocos, en su mayoría son estudiantes oriundos de Brasil y Colombia que mayoritariamente vienen a cursar a la Facultad de Medicina de la UBA. Luego hay algunos casos aislados pero no son muchos”.
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