El derrotero del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) no termina con la sanción en el Senado. Por el contrario, resta el paso final: el debate en el directorio del FMI para que, aprobación mediante, todo lo discutido y acordado efectivamente se empiece a poner en práctica y llegue el desembolso para cubrir el vencimiento de USD 2.800 millones que opera el martes próximo. El propio Martín Guzmán fue taxativo cuando visitó a principios de semana la Cámara alta al advertir llanamente que la Argentina “no tiene los dólares” para cubrir el pago.
Lo cierto es que difícilmente se logre saldar el vencimiento en tiempo y forma. Será seguramente cuestión de horas o días apenas, aun cuando el board le imprima máxima celeridad al tratamiento del caso argentino y se reúna de urgencia y fuera de agenda el lunes 21. Ese nivel de altísima prioridad no está aún plasmado en la agenda oficial del directorio del organismo, en la que no se encuentra todavía un espacio dedicado a la Argentina durante la próxima semana. En principio, la agenda de hoy ya está bloqueada. Si bien en algún momento se apuntó a la reunión de hoy como la ocasión para tratar el caso argentino, eso nunca fue confirmado y ahora desde el Gobierno apuntan al lunes. Sin embargo, tampoco sobre esta fecha hubo ratificación oficial. El vocero del organismo, Gerry Rice, aseguró ayer que no hay aún fecha para la votación. Toda la expectativa del Gobierno, apunta entonces a que hoy el Fondo anuncie la fecha para la discusión del entendimiento técnico alcanzado por el ministro de Economía.
Por el momento, el lunes, la última oportunidad antes del vencimiento que debería cancelar la Argentina para evitar el default, se dedicará el encuentro del Directorio Ejecutivo a la revisión del artículo IV de Zimbabue mientras que el martes la reunión de los representantes de los distintos países discutirán la aprobación de la primera revisión del acuerdo de facilidades extendidas al que accedió Surinam en abril del año pasado.
Difícilmente se logre saldar el vencimiento en tiempo y forma. Será seguramente cuestión de horas o días apenas, aun cuando el board le imprima máxima celeridad al tratamiento del caso argentino y se reúna de urgencia y fuera de agenda el lunes 21
En cualquier caso, la falta de pago por falta de tiempo para resolver las cuestiones operativas, que significaría que el país ingrese en un “arrear” (atraso), es una instancia que el mercado ya descuenta desde principio de semana, por lo que no traería mayor inestabilidad. Por un lado, porque el mercado de bonos argentinos nunca reaccionó bien al contenido del acuerdo, con lo que las cotizaciones se mantuvieron a la baja y el riesgo país en alza.
En contrapartida, el mercado cambiario sí reaccionó positivamente al acuerdo, con una baja notoria en el precio del dólar libre en todas sus variantes. Al punto que, hace una semana, el dólar Bolsa cerró en torno a los $187, valor por debajo de la cotización del dólar solidario. Eso, sin embargo, cambió a partir de la difusión del dato de inflación de febrero y ayer, nuevamente, tanto el contado con liquidación, como el dólar MEP como el blue sostuvieron una tendencia alcista a la espera de la reacción del Banco Central.
Si bien se espera que sea una reunión caliente entre los representantes de los distintos países, la aprobación por parte del board es un paso que también se da por descontado. Sin embargo, el contexto para esa discusión es inédito. En principio porque es la primera vez que el apoyo al acuerdo con el FMI se discute en el Congreso, lo que terminó dejando expuesto la falta de total apoyo político dentro del propio Gobierno al programa. “Con la discusión legislativa, se abrió un riesgo innecesario. Sería inédito que el acuerdo no pase el directorio, pero es evidente que la movida fue muy perjudicial”, aseguró el economista Nicolás Gadano, experto también en energía, sector que presenta otro desafío de cara a la discusión en el Directorio del FMI. Es que la suba del costo del gas y de los combustibles en todo el mundo plantea ahora esfuerzos también para los países desarrollados sentados en esa mesa que deben aprobar números laxos para la Argentina cuando también tienen, puertas adentro, reclamos por el golpe al bolsillo
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