“Guerra” contra la inflación: los economistas aseguran que el plan que presentará el Gobierno no frenará la disparada de precios

Los expertos coinciden en que las medidas aisladas que prepara el presidente Alberto Fernández son recetas que ya han mostrado su falta de efectividad en otras oportunidades

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El presidente Alberto Fernández y
El presidente Alberto Fernández y el ministro de Economía, Martín Guzmán.

“Son las mismas viejas ideas y van a producir los mismos resultados”. “Estas medidas no contribuyen a bajar la inflación”. “Falta el eje de coordinación”. De esa forma, en diálogo con Infobae, economistas locales opinaron sobre el plan que presentaría el presidente Alberto Fernández este viernes con el objetivo de frenar la disparada de los precios en Argentina.

“Espero que esta semana podamos empezar a poner orden al tema de la deuda tremenda que heredamos. Y el viernes empieza la guerra contra la inflación en la Argentina; vamos a terminar con los especuladores”, deslizó el martes pasado el mandatario al encabezar el acto de inauguración de la renovada estación Tortuguitas de la línea del ferrocarril Belgrano Norte, en el partido bonaerense de Malvinas Argentinas.

Luego de las declaraciones del Presidente se conoció que la inflación de febrero en el país fue de 4,7% y acumuló 52,3% en los últimos doce meses.

“Este año vamos a tener una inflación de por lo menos el 60% anual y probablemente el año que viene suba nuevamente” (Etchebarne)

En este marco, Alberto Fernández elabora un paquete de medidas aisladas con las cuales intentará abrir una nueva etapa económica: no descarta fijar precios máximos en comercios de cercanía, establecer la creación de dos fideicomisos a fin de estabilizar los precios de la harina de trigo y las verduras frescas, disponer nuevos valores para los cortes populares de la carne e incrementar las retenciones para los derivados de la soja.

“Son las mismas viejas ideas y van a producir los mismos resultados”, expresó Agustín Etchebarne, economista y director general de la Fundación Libertad y Progreso. “Todos los años anuncian ‘combates contra la inflación’, con las mismas personas e ideas. Einstein diría que es uno de los síntomas de la locura hacer lo mismo pensando que te dará resultados diferentes: la realidad es que vas a tener los mismos resultados. La inflación sigue subiendo, del 30% de inflación anual pasaste al 50%. Este año vamos a tener una inflación de por lo menos el 60% anual y probablemente el año que viene suba nuevamente porque siguen teniendo las mismas ideas, las mismas medidas económicas, los mismos controles de precios y los mismos retrasos tarifarios”, resaltó.

Con una visión similar, el economista Rodrigo Álvarez sostuvo que con este plan “claramente el Gobierno está tratando de responder a una medida que lo está sobrepasando. Todos contábamos que este año iba a haber más inflación que el año pasado porque se iban a soltar algunas anclas como son fundamentalmente las tarifas, y que el tipo de cambio iba a estar más dinámico”. “En términos de credibilidad y de capacidad para anclar la política y las expectativas, el Gobierno tiene muy poco margen. No hay espacio para confiar en que se va a implementar una política antiinflacionaria consistente”, acotó el especialista, quien a su vez consideró que el Gobierno busca demostrar en el corto plazo que está haciendo algo. Sin embargo, según su impresión, la sociedad y los economistas “no vamos a comprar que esto vaya a cambiar sustancialmente la dinámica de los precios ni mucho menos”.

Tras subrayar que con los últimos datos de inflación, se consolida un primer semestre con una suba de precios en promedio del 5%”, el experto indicó que la cifra inflación anual quedará “muy comprometida”. En ese sentido, estimó que es “muy probable” que el 2022 cierre con un 60%. “Es muy difícil pensar en un escenario de recuperación del poder adquisitivo con esta inflación. En este marco, creo que el Gobierno quiere demostrar que está haciendo algo, pero todas estas recetas ya demostraron que no funcionan y la sociedad ya lo sabe”. dijo.

“En términos de credibilidad y de capacidad para anclar la política y las expectativas, el Gobierno tiene muy poco margen” (Álvarez)

Para Guido Lorenzo, economista y director de la consultora LCG, en un contexto de inflación alta como en Argentina “esos acuerdos se pueden mantener durante tres, seis meses. El kilo de pan a $250 puede quedar congelado durante medio año”. Sin embargo, cuando los precios están creciendo al 5% mensual, pasan tres meses y ya te atrasaste en el precio más de un 15%, precisó. Y en ese eje enfatizó: “para el régimen de inflación actual no lo veo”.

De acuerdo con su perspectiva, “falta el eje de coordinación”: mesas de discusión donde se traza un sendero de inflación, tipo de cambio, salarios, distintos precios claves de la economía donde haya sinceridad. “Y con sinceridad me refiero a que no estemos todo el tiempo pensando en que se ponen metas y objetivos que son poco plausibles”, puntualizó.

Álvarez insistió en que “estas medidas no contribuyen a bajar la inflación”. Y al respecto manifestó: “Los acuerdos de precios, los precios máximos, ya sabemos que no funcionan y no sorprende a nadie. Me da la impresión que el Gobierno está buscando reaccionar ante una realidad que me llama la atención que a ellos los sorprenda”.

Para Sebastián Menescaldi, economista de Eco Go, volver a usar recetas que incluyen precios máximos a comercios o la aplicación de retenciones, no son la solución. En ese sentido, dijo a Infobae que “lo que está faltando hoy es generar expectativas y explicar hacia dónde van los precios y por qué”.

“Hace falta alguien que guíe, algo que no han hecho desde el Banco Central ni del Ministerio de Economía. Sobre todo teniendo en cuenta que con el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional se pierden las anclas que se utilizan para que no suban los precios y que son el tipo de cambio y las tarifas. Solo queda la tasa de interés como instrumento pero no tiene mucha efectividad”, consideró el especialista.

En ese marco, afirmó: “Creo que un plan monetario tendría mayor efectividad para bajar la inflación que todas estas medidas de las cuales se está hablando”.

“Para que los efectos sobre la inflación sean duraderos hay que operar sobre las expectativas de los agentes y para eso se necesita de una credibilidad que hoy el gobierno no tiene ni es capaz de construir. ¿Los sindicatos van a reducir sus pretensiones salariales por un plan de estas características?” (Moll)

Cabe recordar que el presidente Alberto Fernández convocó este miércoles a los sectores empresariales y gremiales para empezar a acordar un paquete antiinflacionario, tras conocerse un alza de precios del 4,7% durante el mes pasado y luego de rubricar con esos sectores, en Casa de Gobierno, un incremento del 45% del Salario Mínimo Vital y Móvil.

Si bien desde el arco político coinciden en la necesidad de bajar imperiosamente la inflación, lo cierto es que los economistas coinciden en que las medidas que busca implementar el gobierno no funcionaron en el pasado ni funcionarán en el futuro.

En ese sentido, Gabriel Caamaño, economista de la consultora Ledesma dijo a este medio que el Gobierno sigue aplicando un enfoque que “fracasó hasta acá” y añadió que en el medio “le suman medidas que tienen un corte netamente fiscal como la suba de derechos de exportación”.

“Lo cierto es que si quisieran que la inflación baje dentro de unos meses de forma sostenible deberían haber aprovechado el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional para lanzar un plan de estabilización. Y no lo hicieron. Ahora, solo queda hacer que hacen, haciendo más de lo mismo”, opinó.

Para Caamaño, estas medidas terminan siendo contraproducentes para la economía y suman más problemas que alimentan comportamientos que profundizan la inercia inflacionaria.

Lo cierto es que si quisieran que la inflación baje dentro de unos meses de forma sostenible deberían haber aprovechado el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional para lanzar un plan de estabilización. Y no lo hicieron. Ahora, solo queda hacer que hacen, haciendo más de lo mismo (Caamaño)

“Era el momento de un plan integral del cual lo monetario era condición necesaria primera en el contexto del acuerdo con FMI. Un acuerdo con un frente fiscal, monetario y una normalización cambiaria progresiva”, aseguró.

Comprender que es la inflación

Etchebarne afirmó que lo más importante es comprender primero qué es la inflación. Según su definición, la inflación es un mecanismo de transferencia de riqueza de pobres a ricos “porque no es que todos los precios suben lo mismo”. Y amplió: “Los salarios, las jubilaciones, incluso la AUH sube menos que la inflación. En cambio, la inflación les permite por ejemplo a los empresarios tener créditos a tasas de interés que son menores a la inflación”. Entonces, se está “regalando” plata para los créditos subsidiados.

En cambio, en el Gobierno “siguen creyendo que la inflación es un fenómeno multicausal, que los culpables son los empresarios y los que suben los precios. Y eso es un error, porque la inflación no es otra cosa que el deterioro del poder adquisitivo de la moneda”, explicó el director general Libertad y Progreso. Y resumió: “Hay que entender qué es la inflación para poder combatirla. Si siguen diciendo las mismas cosas, proponiendo las mismas medidas antiinflacionarias y siguen deteriorando el valor de la moneda, el resultado seguirá siendo el mismo: vas a seguir teniendo inflación. A lo sumo le vas a agregar algunos problemas adicionales, porque si ponés un control de precios efectivo entonces vas a tener desabastecimiento”.

Otro especialista, el director de Ecolatina, Federico Moll, consideró que “en condiciones normales” la batería de medidas propuesta por el Gobierno “tendría un efecto acotado en el corto plazo y nulo en el mediano”. En este contexto, señaló que “la capacidad de reducir la inflación de esta manera es, incluso en el corto plazo, inexistente”.

“Para que los efectos sobre la inflación sean duraderos hay que operar sobre las expectativas de los agentes y para eso se necesita de una credibilidad que hoy el gobierno no tiene ni es capaz de construir. ¿Los sindicatos van a reducir sus pretensiones salariales por un plan de estas características?”, se preguntó Moll.

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