La disparada de la inflación puede cambiar las reglas de juego del mercado cambiario

Las operaciones de ayer tuvieron una prueba a medias que podría consolidarse hoy: un salto inesperado del costo de vida ayudó a la recuperación de los dólares libres

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(Foto: Franco Fafasuli)
(Foto: Franco Fafasuli)

El dato de la inflación de febrero de 4,7%, cambió las reglas del juego. Fue bastante más elevada que los cálculos privados más pesimistas y disparó al dólar. El “blue” no se vio afectado por la noticia, porque el mercado cierra a las 15, dos horas antes que los demás, y el dato de la inflación se conoció una hora más tarde. De esta manera, el billete en la plaza libre quedó en el mismo precio del día anterior, $ 200, después de haber operado casi toda la rueda en $ 199.

En tanto, la fuerte baja de los bonos AL30D y GD30D, que se utilizan para operar los dólares financieros, ayudó a la recuperación. Las divisas habían empezado con precios calmos, pero tras el dato de la inflación aparecieron los compradores y el dólar MEP subió $ 2,40 (+1,39%) a $ 188,06 y el contado con liquidación $ 1,30 (+0,4%) a $ 189,22. A pesar de la recuperación, estos dólares siguen por debajo del solidario que cotizó a $ 189,32.

Los bonos argentinos no acompañaron el rebote de los títulos de la deuda en países emergentes -el índice EEM, el ETF de emergentes, subió 0,10%- y tuvieron bajas de más de 1%. Por eso el riesgo país aumentó 21 unidades (+1,20%) a 1.828 puntos básicos.

Las acciones tampoco imitaron el mejor humor del mundo y el S&P Merval, el índice de las acciones líderes, perdió 1,06%. En dos días cedió más de lo que ganó la semana pasada tanto en pesos como en dólares.

Los negocios fueron 30% menores. Se operaron $ 952 millones. Las mayores caídas fueron las de Cresud (-3,97%), YPF (-2,76%) y Pampa Energía (-2,66%). La baja de las petroleras va de la mano del derrumbe del precio del crudo en el mundo porque hubo esperanzas de que los bandos en guerra tuvieran un acercamiento que no se produjo. De todas maneras, la reunión fue un shock que hizo reaccionar a los que sobredimensionaron el precio del petróleo y lo ubicaban en una línea de USD 200 en un futuro cercano. No contaron con detalles, como el adecuamiento del mundo a la crisis y la caída de la demanda de China por el rebrote del Ómicron.

Tras el cierre de los mercados, el petróleo en las cotizaciones overnight se mantenía estable por debajo de los USD 100 por barril. Cabe recordar que hace pocos días cotizaba a más de USD 130. El ETF del crudo (USO) perdió en la rueda de ayer 5,8% y el de energía (XLE), 3,7%.

Los ADR’s -certificados de tenencia de acciones que cotizan en las Bolsas de Nueva York- tuvieron una rueda negativa donde lo sobresaliente fue la suba de más de 7% de MercadoLibre. Las bajas más importantes correspondieron a Tenaris (-3,74%), YPF (-3,56%) y Cresud (-3,14%).

Para hoy el panorama es complicado. El dólar deberá ratificar que el despegue no fue una reacción momentánea. En el mercado de futuros, hubo alzas generalizadas en todos los plazos de hasta 0,12%. El “blue”, un mercado de escaso volumen reflejará en sus precios lo que no pudo mostrar ayer. Los bonos y letras que ajustan por el CER quedaron sin cambios porque ya descontaron en los días previos que la inflación era mayor a la esperada.

Según Nicolás Rivas, de Buenos Aires Valores (BAVSA), “hay que estar atentos a la licitación (de hoy) porque si bien se licitan Letras de Descuento, hay una canasta de dos Lecer que vencen en diciembre próximo y agosto de 2023, que tienen una tasa de descuento de 0,5% anual que se resta a la inflación. Creo que será la más buscada por el mercado”.

Cabe aclarar que esta canasta tiene precios de adhesión, es decir que hay que aceptar los valores que impone la Secretaría de Finanzas. Otro de los bonos CER que puede atraer a inversores es el TX23 que vence en febrero de 2023.

También se licitan fuera de la canasta dos BONCER, que en la licitación de la semana pasada no tuvieron tanta aceptación por lo largo de sus plazos. Estos Boncer vencen en julio de 2024 y noviembre de 2026, es decir caen en la agenda de preocupaciones del próximo Gobierno.

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