Mañana se conocerá la inflación de febrero. Las consultoras la estiman por encima de 4%. La mayoría habla de entre 4,3% y 4,5%, más allá de las distorsiones que traen las políticas de acuerdo de precios que hacen ingresar a la canasta productos que están ausente en las góndolas de los supermercados y que no rigen para el resto de los comercios. Además, calculan en 5% o más la inflación de marzo.
Es un dato vital para inversores y para el Gobierno. De hecho, una inflación de esa magnitud obligaría al Banco Central a una nueva suba de tasas porque las actuales están casi un punto por debajo de la inflación esperada. Mayor tasa, mayor recesión. Por eso, Miguel Ángel Pesce, el titular del Banco Central, llamó a una reunión para tratar este tema.
Si la inflación fuera menor a la esperada, sería un golpe para los bonistas que adquirieron títulos que ajustan por la inflación y los sobrevaluaron pagando por encima de la par a un precio con tasas negativas de hasta 10% anual.
Los bonos CER y los depósitos UVA son los más buscados para el “carry trade”, apostar a pesos para más adelante tomar las ganancias en dólares, a pesar de que en los plazos indexados hay que inmovilizar el dinero 90 días.
La baja de la divisa en los mercados alternativos se justifica porque no son pocos los argentinos que traen dólares del exterior para hacer esta apuesta al peso que se ha mostrado como una de las monedas más fuertes ante el dólar después del 27 de enero. En ese lapso, el dólar MEP perdió 16% de su valor. El que vendió 1.000 dólares ese día y los puso en un plazo fijo lleva ganado USD 277 dólares, es decir que su patrimonio en divisas aumentó 27%, una tasa imposible de ganar en cualquier parte del mundo y supera o iguala a los Cedears -certificados de tenencia de acciones que cotizan en la Bolsa de Nueva York- que más subieron en ese plazo.
Las ganancias, ahora disminuyeron y aumenta el riesgo porque los que quieren entrar a un “carry trade” deben desprenderse de dólares a precios más bajos, pero todavía hay quienes creen que queda margen para hacerlo porque el dólar seguirá en precios bajos tras el acuerdo con el FMI. Nadie duda que el Senado o aprobará.
Si la tasa de interés sube esta semana, el “carry trade” tendrá más seguidores, no hay duda y, al mismo tiempo, aumentará la demanda de letras y bonos indexados, aunque la licitación del viernes pasado para un canje de la letra del Tesoro que vence este viernes, el TX22, no fue precisamente un éxito, porque a los inversores privados no les interesó entregar ese bono a cambio de otros
cuyos vencimientos variaban entre 2024 y 2028. Solo se pudo renovar 51% de lo ofrecido y la mayoría fue adquirido por entes públicos.
Los bonos CER más cortos, siguen siendo los más tentadores. De hecho, los bonos TX22 que no entraron al canje aumentaron 0,69% y los que vencen en 2023 y 2024, 0,57%.
Por cobertura, aunque no se ve a la vista una gran devaluación, los bonos atados al precio del dólar (linked dollar) subieron 0,20%.
Por otra parte, el mercado está a la espera de una decisión clave para las petroleras que piden que las dejen exportar al precio del dólar financiero para aumentar la producción local y reducir la salida de divisas por energía.
La Bolsa sigue atenta a las novedades y en la semana subió 5,5% en dólares, por eso funciona con autonomía y no está atada a la volatilidad negativa de los mercados del exterior.
Los bonos de la deuda, tras el acuerdo con el FMI, tuvieron una fuerte recuperación en particular el AL30, uno de los títulos que más se utiliza para hacer operaciones de dólar MEP, que subió en la semana de USD 29 a USD 33. El riesgo país bajó en la semana 179 unidades (-9%) debido a la suba de los bonos en dólares con ley extranjera. El riesgo 4 días antes había llegado a un techo cercano a los 2.000 puntos.
En medio de una crisis donde nada ha cambiado, el acuerdo con el FMI con un alto costo político para el oficialismo, transformó un oso en un toro, los animales que son los símbolos de la baja y el alza en el mundo financiero.
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