Los dólares paralelos, tanto el libre como el contado con liquidación o el MEP, experimentaron una sensible baja en las últimas semanas. Desde el último pico marcado el 27 de enero, momento en que las dudas respecto a la concresión de un pago al FMI inquietaron al mercado, el contado con liquidación retrocedió 16,9%, el MEP 15% y el blue perdió 9,7 por ciento. Están en su menor nivel de cuatro meses y, aunque las razones para la baja son varias, los inversores encontraron una manera de empujarla aún más al tiempo que obtienen ganancias. El carry trade volvió a ser una estrategia viable.
En medio de expectativas por un acuerdo con el FMI, mejores liquidaciones de divisas del agro por los precios récord marcados por la guerra en Ucrania, previsiones de alta inflación y las primeras subas de tasa en pesos luego de más de un año de inmovilidad los fondos y particulares más deseosos de adoptar apuestas de riesgo se lanzaron a aumentar sus colocaciones en pesos con el objetivo de obtener ganancas en dólares.
Una bicicleta financiera que está lejos de garantizar ganancias pero que para un mercado acostumbrado a los shocks e intentos de estabilización del tipo de cambio no es una estrategia desconocida.
“La carrera de retornos de 2022 parece una secuela de 2021, pero con dos tendencias potenciadas: 1) sigue siendo muy complejo ganarle a la inflación, y 2) esto no impide que se pueda obtener resultados en dólares muy abultados con inversiones en pesos. Salvo Globales y Bonares, el resto de los activos permitió, gracias al recorrido en moneda local más la apreciación del tipo de cambio (carry trade), obtener ganancias de hasta 17% en moneda dura”, escribió Nery Persichini en su informe semanal de GMA Capital.
La apuesta por la inflación
¿Cómo es que los operadores locales hicieron sus apuestas contra el dólar? Lo más común fue la opción por activos ajustados por la inflación. La falta total de indicaciones de que la inflación vaya a ceder en el corto plazo y el agregado de la guerra en Europa que suma presiones extra por el avance de las materias primas permitió a los fondos fundamentar apuestas respecto a que nada le va a ganar al avance de los precios. Ni siquiera el dólar.
En ese sentido, los bonos ajustados por el Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER) fueron la herramienta favorita. Boncer y Lecer, según datos de GMA, acumulan ganancias en dólares del 16,2% y el 16%, respectivamente. Esto es por el avance de los propios papeles y la baja de las cotizaciones financieras.
El problema es que, en cierto punto, la estrategia de carry en bonos ajustados por CER está algo sobrepoblada. Fue tal la demanda que varios de los bonos que vencen en el corto plazo ofrecen rendimientos negativos, dado que el rendimiento es inversamente proporcional al precio de un papel y la mayor demanda hizo subir esos precios.
Por eso, en menor medida, el mercado está usando también otros instrumentos para hacer girar la bicicleta.
Tasas en pesos
El abandono de la política de tasas congeladas por parte del Banco Central también permitió algo hace poco impensado: ir a por la tasa en pesos.
“La mayor parte del carry fue por CER, los volúmenes de bonos CER y bonos a tasa Badlar -N. de la R.: la tasa de plazos fijos de más de $1 millón- no se comparan. Pero incluso en los Badlar se vio un aumento relativo después de la suba de tasas del Banco Central”, dijo Francisco Mattig de Consultatio.
El Banco Central subió dos veces la tasa de referencia este año, la última a mediados de febrero, cuando la dejó en el 42,5% anual. Una decisión a la que se resistía. El memorando de entendimiento con el FMI confirmó lo que se sabía respecto a que las subas respondían al acuerdo alcanzado con el staff del organismo. Es uno de los pocos objetivos pre acuerdo y ya fue cumplido.
Con los dólares financiaros hacia abajo, sin embargo, el carry trade se mudó también a otros instrumentos menos comunes. Cauciones en pesos, una especie de plazo fijo en la Bolsa de 1 a 7 días de plazo, fue una opción. Y hasta el humilde ahorrista de plazos fijos jugó en la misma dirección que el carry, ya sea de manera consciente o involuntaria.
Riesgos
Hacer tasa con el fin de ganar en dólares no es un seguro de cambio ni hay garantía de éxito. Es una estrategia de riesgo. Eso no es raro, ni siquiera negativo, en el mercado de capitales. Tomar riesgo es lo que permite aspirar a obtener ganancias. Para que una estrategia de carry trade sea exitosa, salir a tiempo es clave. Y nada fácil.
Con menos trabas para operar contado con liquidación y dólar MEP, desde el 7 de marzo se eliminaron los límites a cantidad de bonos nominales que se pueden operar y se removió el tiempo de espera pasa pasar de bonos ley local a bonos ley extranjera, los operadores locales juegan contra esas cotizaciones. En algún momento tienen que deshacerse de sus colocaciones en pesos y comprar dólares financieros otra vez para cerrar el trade.
La pregunta entonces es qué tanto tiempo queda para seguir pedaleando antes de que la brecha cambiaria deje de achicarse y las ganancias en moneda dura con títulos en pesos llegue a su fin. Algunas lecturas creen que todavía queda tela para cortar.
“Esta etapa de tranquilidad se ve reflejada en los dólares financieros, aún en descenso y así achicando la brecha hasta el 75% -en línea ya con el ¨dólar solidario- por la contribución de los arbitrajes a favor del carry trade. Dicha dinámica podría extenderse en el tiempo hacia una próxima escala en el 60% en caso de lograr avanzarse con éxito en la implementación de las estrategias acordadas camino a una convergencia en los desequilibrios macro, crucial para un clima de mayor confianza”, sostuvo el analista Gustavo Ber.
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