La tasa de inflación en Brasil se elevó en febrero desde el 10,38 % hasta el 10,54 % interanual, impulsada por la suba de los alimentos y la educación, un alza que podría acelerarse en los próximos meses por los efectos de la guerra en Ucrania, según los datos divulgados este viernes por el Gobierno.
De este modo, la inflación acumulada en el país en los últimos 12 meses es la más alta desde noviembre de 2021 (10,74 %), de acuerdo con el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
En febrero, el índice de precios al consumidor aumentó un 1,01 %, 0,47 puntos porcentuales más que en enero (0,54 %), lo que supone el incremento más alto para ese mes desde 2015 (1,22 %).
Los principales impactos que contribuyeron a la suba del mes pasado vinieron del sector educativo (5,61 %), coincidiendo con el inicio del año lectivo, y de los alimentos y bebidas (1,28 %).
Este último rubro viene registrando subidas sucesivas desde enero de 2020, con la única excepción de noviembre de 2021 (-0,04 %), y acumula un alza en los últimos doce meses del 9,12 %.
“El grupo de alimentos sufrió los impactos de los excesos de lluvias y también las sequías que perjudicaron la producción en diversas regiones de cultivo en Brasil”, señaló el IBGE.
De todos modos, en la tasa interanual siguen teniendo un peso decisivo los combustibles, que acumulan un avance del 33,3 %, aunque en febrero presentaron una leve caída del 0,92 %.
Sin embargo, esa tregua en los hidrocarburos podría verse interrumpida por los efectos de la invasión militar rusa en Ucrania, que ha elevado los precios internacionales del petróleo por encima de los 100 dólares.
Al respecto, la petrolera estatal Petrobras incrementó esta semana los precios de la nafta casi un 19 % y del diesel, un 25 %, algo que se empezará a sentir en el índice de marzo.
Los hidrocarburos, que en Brasil varían en función del mercado internacional, ya fueron un factor determinante para la disparada de la inflación del año pasado, al elevarse alrededor de un 50 %.
En este sentido, el Congreso brasileño busca ahora contener la subida de los combustibles por medio de varios proyectos de ley que crean una serie de reglas para estabilizar los precios, unificar algunos impuestos y repartir subsidios para los trabajadores más afectados.
Luego de cerrar 2021 en el 10,06 %, la mayor tasa desde 2015, el mercado financiero proyecta una inflación para este año del 5,65 % en Brasil, aunque en el último mes ha elevado sus previsiones de forma progresiva ante los posibles de la guerra en Ucrania.
La meta establecida por el Banco Central de Brasil para este año es de 3,5 % con un margen de tolerancia de 1,5 puntos porcentuales, con lo que el techo es de un 5 %.
Para tratar de contener esta tendencia alcista de la inflación, el órgano emisor ha venido elevando progresivamente la tasa básicas de intereses desde marzo de 2021 y hoy se sitúa en el 10,75 %, su nivel más alto desde mediados de 2017. Todo ello en un contexto de frágil recuperación económica, en el que Brasil consiguió crecer en 2021 un 4,6 % y sobreponerse a la caída del 3,9 % de 2020, primer año de la pandemia de coronavirus. Aunque los agentes financieros esperan un fuerte frenazo de la economía brasileña este año, para el que proyectan un leve crecimiento del 0,4 %, en un año en el que también influirá la incertidumbre generada por las elecciones presidenciales, legislativas y regionales, indicó EFE.
En la Argentina el IPC se conocerá el próximo martes y se espera que ronde el 4%, similar al registro de enero; para 2022 los analistas prevén una suba de precios del 55%, aunque algunos se estiran hasta el 60 por ciento, luego del 50,9% registrado en 2021. En tanto, el Gobierno admitió en el acuerdo con el FMI que la inflación podría llegar hasta el 48 por ciento.
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