Dos superyates del oligarca ruso Roman Abramovich escapan hacia el este luego de que el Reino Unido sancionara al multimillonario por la invasión rusa a Ucrania.
Según Business Insider, entre las sanciones que se le impusieron, el gobierno británico informó que los activos de Abramovich estaban congelados, lo que significa que sus yates y aviones privados corren el riesgo de ser confiscados.
En este contexto, la embarcación de Abramovich, Solaris, de 460 pies de eslora, fue localizada el viernes frente a la costa oriental de Italia, según el sitio de seguimiento de barcos Marine Traffic. Había salido de un astillero en Barcelona, España, el martes, donde había estado atracado desde finales de 2021 para ser reparado, según la agencia de noticias Reuters.
“No está claro hacia dónde navega el Solaris. Marine Traffic dice que no se reconoce el destino de su puerto. El Solaris tiene un precio de 600 millones de dólares, según SuperYacht Fan”.
Mientras tanto, el yate de Abramovich, Eclipse, de 533 pies de eslora, “navega hacia el este desde San Martín, en el Caribe, desde el 21 de febrero”, según los datos de Marine Traffic.
El barco, que cuesta 700 millones de dólares, según SuperYacht Fan, “fue localizado el viernes cerca de la costa occidental de África”, según Marine Traffic.
Al igual que el Solaris, “no hay ningún puerto de destino para el Eclipse en el sitio web de Marine Traffic, por lo que no está claro dónde va a atracar el superyate”.
De este modo, el valor de ambos yates ronda los USD 1300 millones.
Tras la invasión de Ucrania, “los oligarcas rusos sancionados, como Abramovich, han tratado de trasladar sus yates y aviones privados por todo el mundo en un intento de proteger sus activos”.
Los efectos sobre el Chelsea
Cabe recordar que Abramovich, que tiene un patrimonio neto de 13.700 millones de dólares, según el Índice de Multimillonarios de Bloomberg, es el propietario del Chelsea FC. La semana pasada había anunciado que iba a vender el club, pero las sanciones del Reino Unido le impiden seguir adelante con la venta.
El Chelsea podrá seguir compitiendo durante la presente temporada que finaliza en mayo próximo, pero sólo gracias a una licencia especial emitida por el gobierno inglés, que de todos modos limitó tanto sus movimientos económicos que tendrán una dramática consecuencia deportiva en un futuro cercano.
Estas medidas tomadas por el gobierno de Boris Johnson, justo en el día del 117 aniversario de la fundación del club de Stamford Bridge, se deben a que se considera que los movimientos económicos de su dueño tienen una estrecha relación con su compatriota, el mandatario Vladimir Putin, y que hasta podría estar involucrado con capitales en la fabricación de tanques para la guerra contra Ucrania.
Entre las consecuencias que acarrearán las medidas tomadas desde Downing Street 10 se encuentra la prohibición de vender el club (como ya tenía previsto su dueño, el ruso Román Abramovich), jugar a puertas cerradas como local (con la única presencia de los que compraron abonos anuales, que ni siquiera podrán estar en los partidos de Champions League), se limitarán radicalmente los gastos de traslado cuando deba jugar como visitante, y no podrá contratar ni pagar las cláusulas definitivas de préstamos de jugadores, lo que cambia absolutamente el panorama del actual campeón de Europa.
El gobierno de Boris Johnson tiene caracterizado a Abramovich como un “oligarca pro-Kremlin asociado con una persona que está o ha estado involucrada en la desestabilización de Ucrania y en el debilitamiento y la amenaza de la integridad territorial, la soberanía y la independencia de Ucrania a través de Vladimir Putin, con quien ha tenido una estrecha relación por décadas”.
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