Los precios siguieron subiendo el mes pasado en los Estados Unidos, para impulsar a un nivel clave el índice de inflación, en sus cifras más altas desde enero de 1982.
El índice de precios al consumo, que mide una canasta de bienes y servicios en el país norteamericano, se situó en el 7,9% en el periodo de doce meses que terminó en febrero, sin ajustes estacionales, según informó este jueves la Oficina de Estadísticas Laborales. Esta cifra estuvo en línea con las previsiones de los economistas.
La elevada inflación, que deteriora los ingresos y el consumo, motiva a la vez un cambio en la política monetaria, con tasas más altas para absorber dinero del mercado y enfriar el avance de los precios. Ambos factores tienen consecuencia directa sobre la actividad, con una previsible desaceleración de la economía e, incluso, riesgo de recesión.
Las presiones inflacionarias van a hacer más rápida la suba de las tasas y, en consecuencia, el mundo va a tener una clara disminución de su actividad (Luis Palma Cané)
Este proceso inflacionario, que por diversos motivos es extensivo a todos los países y no solo a los EEUU, tiene efecto en varios frentes:
1) Dilema para la Fed. El presidente de la Reserva Federal (Fed) de EEUU, Jerome Powell, adelantó ante el Congreso norteamericano que su objetivo es subir las tasas de interés el 0,25% durante la reunión que el banco central estadounidense mantendrá este mes.
“Me inclino por proponer y apoyar una suba de 25 puntos base”, afirmó Powell ante el Comité Financiero de la Cámara baja estadounidense. La elevada inflación en los EEUU y la invasión rusa a Ucrania apuran los tiempos para el endurecimiento monetario, pues el conflicto dio envión a un encarecimiento adicional para las materias primas y la consecuente presión inflacionaria.
Diego Martínez Burzaco, Head of Research & Strategy en Inviu, explicó a Infobae que “Estados Unidos puede tener una nueva ronda inflacionaria por el aumento de las commodities. Creo que esto no le pega solo a los EEUU, sino a nivel global. Diría que de alguna u otra manera, la Reserva Federal tiene que subir la tasa de interés. El tema es si el conflicto bélico en Ucrania se prolonga más de la cuenta, si empieza a jugar negativamente sobre las expectativas de crecimiento global, incluso una recesión global, que matizaría un poco la inflación. De corto plazo vamos a tener una inflación alta y persistente en el mundo, al menos en el primer semestre y eso implica que la Fed tiene que tomar cartas en el asunto”.
2) Peligra el crecimiento global. El analista financiero Luis Palma Cané expresó que “esta suba de precios de materias primas, mientras más grave sea la invasión (rusa a Ucrania), más profunda va a ser, provoca mayores presiones inflacionarias en el mundo que las que se están produciendo en este momento. Y al aumentar las presiones inflacionarias va a aumentar la velocidad con la que los bancos centrales van a hacer su política antiinflacionaria. Quiere decir esto que van a hacer más rápida la suba de las tasas de interés y, en consecuencia, el mundo va a tener una clara disminución de su actividad global, porque a mayor tasa de interés y mayor inflación, no hay que ser muy preclaro para saber que esto va a provocar una caída del nivel de actividad global”.
La inflación en los EEUU aumentó a 7,9% anual en febrero, el nivel más alto desde enero de 1982
3) Se encarecen productos de primera necesidad. Los precios de los combustibles, los alimentos y la vivienda -que son gastos necesarios y no discrecionales- impulsaron la subida de precios de febrero en los Estados Unidos.
Los precios de febrero subieron un 0,8%, ajustados por las oscilaciones estacionales, más que en enero. Solo los precios de las naftas subieron un 6,6% y contribuyeron a casi un tercio del aumento global de la inflación. Mientras, los precios de los alimentos, en tanto, subieron un 1% el mes pasado, el mayor incremento mensual desde abril de 2020.
4) Inflación “importada” por la guerra en Ucrania. Si bien es cierto que la iniciativa más directa para combatir la inflación es la suba de tasas, como anticipan en EEUU, en las últimas semanas la inflación se aceleró por la suba de los precios internacionales de las materias primas como el petróleo, el gas natural, y los granos y sus derivados industriales. Como estos aumentos se vinculan con la crisis geopolítica detonada por la agresión rusa, es relativa la eficacia de una suba de tasas para combatir el alza de estos productos puntuales, que además, sería un golpe para la reactivación económica.
La CNN informó que alrededor de un tercio del aumento de 24 centavos de dólar por galón en el precio de la nafta regular en los EEUU se produjo en los últimos cinco días de febrero, después de que Rusia invadiera Ucrania, según los datos recopilados para la AAA (American Automobile Association) por el Servicio de Información de Precios del Petróleo. Pero ya entrado marzo, los precios se siguieron disparando desde entonces, con un galón de gasolina regular que sumó 71 centavos de dólar en los surtidores, o alrededor del 20%, solo desde finales de febrero para situarse en USD 4,36 el galón este jueves.
Si el conflicto bélico en Ucrania se prolonga más de la cuenta, si empieza a jugar negativamente sobre las expectativas de crecimiento global (Diego Martínez Burzaco)
“En el mundo hay aumento de las materias primas agrícolas y también aumento de los productos energéticos, básicamente petróleo y gas, porque Rusia le exporta el 40% del gas que consume Europa. El gas ya triplicó su precio, el petróleo está sobre USD 100 el barril y, por lo tanto, tenemos suba de precios en el sector agrícola y suba de precios en el sector energético. Y también va a haber suba de precios en los commodities industriales como cobre, níquel, paladio, que son producidos por Rusia en gran parte”, apuntó Luis Palma Cané.
5) El “búmeran” de la inflación reprimida. Durante 2020, los EEUU inyectaron dinero para apuntalar la economía, en medio de las medidas de aislamiento contra la pandemia de COVID-19, políticas expansivas que de un modo u otro aplicaron todos los países. Pero liberadas las restricciones no solo se normalizaron los niveles de actividad, sino que esa masa monetaria volcada se tradujo en evidentes presiones inflacionarias ante un recalentamiento del consumo postergado.
Jen Psaki, la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, aseguró esta semana que esta “cifra alta de inflación” era esperada, debido al “aumento de los costes de la energía, que se han disparado desde que comenzó el conflicto entre Rusia y Ucrania”, pero también reconoció “un aumento de los precios en los sectores relacionados con la pandemia, como los viajes y la construcción”, a medida que EEUU se recupera de la oleada del coronavirus Ómicron.
El desplome de los índices bursátiles revela la expectativa negativa del mercado sobre los niveles de actividad
6) Temor en los mercados. Los índices de Wall Street atraviesan históricas caídas en este inicio del 2022. Esta abrupta toma de ganancias desde los máximos históricos alcanzados el año pasado se vinculan con expectativas pesimistas acerca del nivel de actividad económica en los EEUU, frente a la creciente inflación, un anticipo a la suba de tasas y la incertidumbre por la guerra en Ucrania.
“Wall Street reanuda la cautela ante las preocupaciones que despiertan las tensiones geopolíticas, así como sus implicancias económicas, entre ellas la desaceleración económica y las presiones inflacionarias”, aportó el economista Gustavo Ber. En lo que va del año, el S&P 500 de Wall Street perdió un 11%; el Dow Jones de Industriales, un 9%, y el panel tecnológico Nasdaq, un 17%, en la peor baja para los índices desde el arranque del año desde 2009.
SEGUIR LEYENDO: