El Gobierno busca tender puentes con el sector privado respecto a una discusión habitual en un contexto de bajas reservas y de controles cambiarios: la disponibilidad de divisas para importar. El presidente del Banco Central Miguel Pesce se reunió este miércoles con el titular de la Unión Industrial Argentina (UIA) Daniel Funes de Rioja para discutir sobre los últimos cambios en el sistema de autorizaciones al mercado oficial para empresas que busquen insumos de bienes o partes en el exterior.
“La evolución de la situación económica, la actualidad de los instrumentos financieros orientados a la producción y el sistema de pagos de las importaciones fueron algunos de los ejes tratados durante el encuentro”, explicaron desde la entidad que nuclea a las cámaras fabriles de todo el país. “Al inicio de la reunión, las autoridades de la UIA y Miguel Pesce abordaron el contexto económico y las proyecciones para 2022″, mencionaron.
“En relación a los cambios registrados para el acceso al mercado de cambios para el pago de importaciones se coincidió en la importancia de articular mecanismos de trabajo e información que solucionen aquellas dificultades que puedan afectar la actividad del entramado productivo. La UIA compartió con los representantes del BCRA la información sobre este tema, que surge del relevamiento que realiza junto a las cámaras regionales y sectoriales”, afirmaron desde la UIA en un comunicado.
El presidente del Banco Central Miguel Pesce se reunió este miércoles con el titular de la Unión Industrial Argentina (UIA) Daniel Funes de Rioja para discutir sobre los últimos cambios en el sistema de autorizaciones al mercado oficial para empresas importadoras
Hace algunos días el Banco Central había anunciado su incorporación al Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (SIMI), el esquema que atraviesa distintas áreas del Estado y que se encarga de evaluar cada solicitud de importación, y en el que también participan la AFIP y el Ministerio de Desarrollo Productivo. A partir de ahora, el BCRA asignará una categoría a cada pedido para acceder a los dólares para pagar la importación.
Al mismo tiempo, el BCRA informó que también dispuso “mantener hasta fin de año las condiciones de acceso al mercado aplicables a pagos de importaciones, la conformidad previa para cursar pagos de endeudamientos financieros del exterior con acreedores vinculados y las normas en materias de refinanciación de pasivos externos”.
En algunos despachos oficiales consideran que la reunión con la UIA fue constructiva y que hay, puertas adentro, más coincidencias de lo que parece hacia fuera. El Gobierno busca plantearle al sector privado que el acuerdo con el FMI implicará una normalización de la macroeconomía, que desalentaría la especulación cambiaria. Uno de los diagnósticos oficiales es que el cepo a los importadores fue ajustado porque, afirman, detectaron que algunas empresas pedían más dólares a precio oficial de las que necesitaban para realizar los pagos al exterior, en un comportamiento anticipatorio de una eventual devaluación. En los primeros dos meses del año, argumentan, hubo más importaciones que en esos mismos meses de 2021. En enero fueron 35% superiores y en febrero 55%, estimaron.
Esta última medida del BCRA llegó un día antes de la confirmación del acuerdo a nivel de staff -es decir, previo a la aprobación del directorio- con el Fondo Monetario Internacional. Uno de los memorandos consensuado entre el organismo y la Casa Rosada plantea una serie de aspectos técnicos que regirán el programa. Pero también hay algunos compromisos explícitos que hace el Poder Ejecutivo ante el FMI.
Uno de ellos tiene que ver con la administración de las divisas. “De conformidad con los compromisos en los acuerdos del FMI, evitaremos: imponer o intensificar restricciones cambiarias, introducir o modificar Prácticas de Múltiples Monedas (MCP), concluir acuerdos de pago bilaterales que sean incompatibles con el Artículo VIII; y imponer o intensificar restricciones a la importación por razones de balanza de pagos”, algo que es considerado un “criterio de desempeño continuo”, para los funcionarios del Fondo. Esto es: no tiene una fecha puntual en la que deberá cumplirse sino que atraviesa temporalmente el programa.
“Continuaremos reforzando la eficacia y equidad de nuestro régimen de gestión de flujos de capital. Si bien no puede ser un reemplazo de las políticas macroeconómicas requeridas, las medidas de manejo de flujos de capitales seguirán siendo un componente básico de nuestro conjunto de herramientas y habrá que recalibrarlas en función de la evolución de las circunstancias”, fue otro de los mensajes que planteó el Ejecutivo en el acuerdo, a la hora de presentar su intención de elaborar una “hoja de ruta” de salida del cepo.
En uno de los memorandos con el FMI, el Gobierno se comprometió a no”imponer o intensificar restricciones a la importación por razones de balanza de pagos”
“En este sentido, en comunicación con el personal del FMI, recientemente redujimos ciertas regulaciones que limitan la negociación de valores en moneda extranjera. Cabe señalar que, a medida que se normalicen las condiciones, procuraremos flexibilizar las regulaciones sobre pagos de importaciones para respaldar la recuperación económica”, aseveraron, aunque sin mayores especificaciones.
“Tenemos previsto trazar una hoja de ruta estratégica para relajar paulatinamente los controles cambiarios describiendo las condiciones necesarias y los objetivos, también en vista a apoyar el restablecimiento gradual del acceso al mercado internacional a partir de 2025 (...) La estrategia consistirá en converger hacia un sistema de regulaciones macroprudenciales que propicie los flujos de capital estables y sostenibles”, explica el anexo. Se espera que ese paso sea completado hacia fin de año.
El ministro de Desarrollo Productivo Matías Kulfas ya había adelantado en diálogo con Infobae hace algunas semanas la intención de relajar algunos controles. Queremos llevar la absoluta tranquilidad de que estamos en un nivel de importaciones significativo, con rubros de mucho crecimiento. No faltaron los dólares, y no van a faltar. Las normas restrictivas fueron muy puntuales y acotadas. Un aspecto positivo del acuerdo con el FMI es que el sector privado amplíe su capacidad de financiamiento de sus importaciones”, remarcó.
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