La estrategia de Argentina de reducir los subsidios a la energía, una parte clave del acuerdo de US$45.000 millones que el país está negociando con el Fondo Monetario Internacional, podrían verse afectados por el aumento de los precios de la energía, dijo el ministro de Economía, Martín Guzmán.
De este modo, confirmó las preocupación oficial que había trascendido ayer, como informó Infobae.
Los altos precios petróleo y el gas podrían traducirse en diferentes velocidades en la reducción de los subsidios a la energía, declaró el ministro de Economía, Martín Guzmán, el miércoles a la prensa en Houston, donde participó en la cumbre CERAWeek by S&P Global, según informó la agencia Bloomberg.
Guzmán, que viajó en medio del complejo trámite parlamentario para que se apruebe el acuerdo con el FMI, aclaró que si bien el incremento de los precios del gas natural licuado puede traducirse en alzas en las facturas de la electricidad, también aumentará el atractivo de los proyectos de gas en el país, indicó la agencia.
El Gobierno pretende reducir los subsidios a la energía este año en un 0,6% del producto interno bruto como parte del acuerdo a nivel staff del FMI anunciado la semana pasada y también señaló en el acuerdo que las consecuencias de la invasión de Ucrania aumentan significativamente la incertidumbre en torno a los objetivos del programa.
Tal como indicó este medio, el aumento sostenido en los precios internacionales de la energía asoma, días después del anuncio del acuerdo técnico y cuando recién empezó su paso por el Congreso, como el primer factor relevante de riesgo en el cumplimiento de metas y de compromisos asumidos por el Gobierno ante el Fondo Monetario Internacional. Algunos cálculos privados estiman que la situación global de valores de la energía impedirá el recorte de 0,6% del PBI en la cuenta de subsidios y que el Poder Ejecutivo podría necesitar otras estrategias para cumplir con la meta fiscal comprometida.
La cuestión de los subsidios fue el último tema que trabó la resolución del programa técnico definitivo entre Buenos Aires y Washington. Sucede que las condiciones internacionales que determinan el costo que tiene la generación de la energía y, por lo tanto, el gasto público necesario para cubrirlo, cambiaron abruptamente en plena negociación. Solo como referencia, el 28 de enero cuando el ministro de Economía Martín Guzmán anunció el primer entendimiento con el FMI, el barril de crudo internacional valía 90 dólares. Cuando se cerró la letra chica cinco semanas después ya costaba 118, más del 30% de aumento.
El tira y afloje entre los funcionarios de Economía y los técnicos del FMI incluyó salvaguardas que abren el paraguas de condiciones internacionales que perjudiquen la viabilidad de algunos objetivos del programa. La guerra en Ucrania impactó de tal forma en la economía global que el día de la invasión rusa un grupo de funcionarios del equipo económico ya comenzaban a hacer cuentas sobre cuántos dólares más para importar gas se necesitarían y, del otro lado, cuántas divisas extra ingresarían por el salto en el precio de los alimentos.
Al respecto, el presidente del Banco Central Miguel Pesce aseguró que esa cuenta da un resultado “neutro”. “Además de los combustibles, también tenemos una variación del precio de los granos. Es una dinámica muy compleja para todas las commodities. La posibilidad de determinar el efecto final es bastante difícil. La semana pasada la última estimación que hizo el Banco Central, el efecto combinado del aumento de granos y de energía daba una cifra similar. No habría pérdida de reservas o pérdida en la balanza comercial por las dos subas”, aseguró en el plenario de comisiones de Diputados en que se debatió el acuerdo con el FMI.
Desde el Ministerio de Economía aseguraron a Infobae que la exposición de factores de riesgo en el programa con el FMI es parte de una negociación como la que encaró la Argentina y que una situación de tensión geopolítica debe ser tenida en cuenta a la hora de diseñar un programa económico a varios años.
“Un acuerdo a 10 o 12 años como este siempre está sujeto a riesgos, es algo usual. Los convenios entre organismos multilaterales y Estados tienen que tener en cuenta imponderables de este tipo”, afirmaron.
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