El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ordenó al Departamento del Tesoro que estudie la creación de un dólar digital, un movimiento con el potencial de cambiar la forma en que se mueve y usa el dinero en todo el mundo.
Antes de que su pedido resulte efectivamente en un dólar virtual, habrá numerosos impactos importantes y riesgos a considerar. A continuación, cinco preguntas y respuestas para entender el cambio de paradigma financiero que puede significar esta emisión:
1) ¿Qué forma tomaría un dólar digital?
Seguiría siendo un dólar emitido por la Reserva Federal (Fed o banco central de los EEUU) como todos los billetes y monedas norteamericanos que se usan ahora, pero en una forma digital accesible para todos, no solo para las instituciones financieras.
A diferencia del dinero depositado en una cuenta bancaria o gastado a través de aplicaciones como Venmo y Apple Pay, se registraría en las cuentas de la Reserva Federal, no en un banco.
Para los analistas, un diseño eficaz puede hacer al dólar digital preferible para uso doméstico que una criptomoneda
Al mismo tiempo, el dólar digital valdría lo mismo que su contraparte en papel, una divergencia de las criptomonedas que actualmente tienen cotizaciones altamente volátiles.
No obstante, algunas preguntas clave aún siguen sin respuesta, como si un dólar digital se basaría en tecnología blockchain como el Bitcoin o si estaría vinculado a algún tipo de tarjeta de pago.
Si el gobierno de los EEUU decide seguir adelante, podrían pasar “varios años” antes de que sea posible usar un dólar digital; las autoridades tendrán que explorar, por ejemplo, qué tecnología usar, dijo a la AFP Darrell Duffie, experto en monedas digitales de la Universidad de Stanford en California.
2) ¿Por qué lanzar un dólar digital?
Reduciría o incluso eliminaría los costos de transacción, ya que los intercambios ya no pasarían solo por bancos, tarjetas bancarias o aplicaciones que cobran comisiones en cada pago.
Los defensores de la idea afirman que ayudaría a las personas sin cuentas bancarias, alrededor del 5% de los hogares en Estados Unidos, y podría facilitar el pago de beneficios sociales.
El dólar digital eliminaría costos y facilitaría transacciones, pero para algunos también sería una avanzada de gobierno sobre la privacidad de las operaciones
Hay riesgos como una falla del sistema o un ataque cibernético, y también hay dudas sobre la privacidad, ya que el gobierno teóricamente podría tener acceso a todas las transacciones.
El sistema bancario también podría verse socavado, ya que los bancos actualmente usan los depósitos de los clientes para dar préstamos a otros, y con un dólar digital podrían tener menos dinero a su disposición.
3) ¿Cómo se verán afectadas las finanzas globales?
Las transferencias internacionales, a menudo lentas y caras de realizar, podrían facilitarse enormemente. Una operación que actualmente tarda dos días en ser validada podría hacerse en una hora, explicó a la AFP Marc Chandler, experto en divisas de la corredora Bannockburn.
Para Chandler, el papel geopolítico del dólar estadounidense no se vería alterado por la introducción de la versión digital. Un dólar digital representaría “una evolución natural más que una revolución”, apuntó, y recordó que ya se intercambian en forma electrónica cada día más de 6,5 billones de dólares en el mercado cambiario.
Incluso si China lanza un yuan digital a gran escala, afirmó que no cree que eso cambie el papel de Beijing en la economía mundial ya que “siempre habrá cuestiones de confianza, transparencia, (y) profundidad de los mercados”.
Si el uso del dólar digital se hace extensivo, podría arruinar el sistema monetario de los países pequeños cuya gente dejaría de utilizar la moneda local
Sin embargo, para Duffie de Stanford, si Estados Unidos quiere continuar beneficiándose del estatus del dólar como moneda dominante en las reservas de bancos centrales y los pagos internacionales, es esencial que el gobierno actúe con cautela.
"Estados Unidos necesitará asegurarse de mantenerse en una posición de liderazgo en los foros internacionales que discuten estándares para hacer pagos transfronterizos con monedas digitales", señaló.
4) ¿Puede Estados Unidos ponerse al día?
Otros países ya están trabajando en versiones digitales de sus propias monedas, desde la eurozona hasta la India, pero “no hay evidencia que sugiera que ser el primero en el mercado proporcione ventajas significativas o materiales”, puntualizó Jamiel Sheikh, fundador del centro de reflexión CBDC Think Tank.
Por el contrario, la falla debido a consecuencias no deseadas, debido a su funcionamiento y uso u otros problemas pueden socavar la fe en la institución emisora, señaló.
“El dominio abrumador del dólar le da a Estados Unidos el lujo de aprender de otros países”, coincidió el profesor de la Universidad de Cornell Eswar Prasad.
5) ¿Dólar o criptomonedas?
Si se diseña adecuadamente, un dólar digital podría ser preferible para uso doméstico que una criptomoneda, opinó Duffie. Sin embargo, para las transferencias internacionales, se mostró “escéptico de que los grandes bancos centrales como la Fed o el BCE, los de China o Japón, concedan cuentas en un banco central a personas de todo el mundo”.
Si Estados Unidos lo hiciera, señaló, podría arruinar el sistema monetario de los países pequeños cuya gente preferiría usar el dólar digital en lugar de la moneda local.
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