Después de años de ser azotada por la hiperinflación, Venezuela está empezando a ver una mejora significativa en sus números de precios al consumidor. Si bien el fenómeno es reciente, respecto de un año atrás los precios aumentaron 246%, los últimos datos ubican a la situación monetaria de ese país en condiciones mejores a las de la Argentina por primera vez. En febrero, según una de las dos mediciones principales que se utilizan en Venezuela, el índice de precios al consumidor subió 1,7% frente al 3,9% que esperan los especialistas sea el dato oficial argentino. Y en el acumulado del año, siempre según la misma medición, Venezuela suma 6,6% en dos meses frente a un proyectado 7,9% argentino.
En diciembre pasado el Gobierno de Venezuela anunció que había superado el período de hiperinflación tras cuatro meses seguidos de inflación de un dígito. Se considera que entró a ese estado en 2017. En el último trimestre de ese año se registró una inflación mensual de 56,7%, superando así el umbral. Ese año, según el BCV, la inflación anual fue de 862,6%.
Al año siguiente, la tasa cerró 130.060% y recién a partir del primer trimestre de 2019 el alza de los precios se fue desacelerando,.
La última vez que Venezuela registró una variación mensual por encima del 50% fue en diciembre de 2020. Ahora, tras más de doce meses de inflación mensual por debajo del 50%, entonces, la situación pasó a ser considerada de alta inflación.
La medición de febrero, el 1,7%, surge del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), una instancia independiente integrada por expertos alternativa a la oficial. El índice que publica el Banco Central de Venezuela (BCV) fue publicado dos días antes y, aunque fue más alto, también estuvo por debajo del número esperado para febrero en la Argentina. El BCV midió un 2,9% de inflación en febrero y un acumulado del 9,79% en los dos primeros meses de 2022.
En febrero, según una de las dos mediciones principales que se utilizan en Venezuela, el índice de precios al consumidor subió 1,7% frente al 3,9% que esperan los especialistas sea el dato oficial argentino
La inflación mensual registrada en febrero por el OVF es la sexta consecutiva de un dígito, un resultado que, según los expertos que integran el ente, se explica “exclusivamente por la apreciación del bolívar respecto al dólar”, según se desprende de un comunicado publicado en su página web.
Venezuela aplicó en los últimos años una importante reducción de gastos por parte del Estado, restricciones al crédito bancario y un menor gasto en bolívares para mantener la estabilidad del tipo de cambio. En 2017, el déficit era del 20% del PBI. También decidió terminar con el subsidio a la nafta, aflojar el control de precios y abrir el mercado cambiario. Esto dio lugar al ingreso de importaciones y facilitó en algún nivel la producción local.
También intervenciones en el mercado cambiario para conducir una flotación sucia.
La desaceleración de precios en febrero se dio “exclusivamente por la apreciación del bolívar respecto al dólar” explica el OVF. “La política de intervenciones del BCV durante febrero se reflejó en una caída del tipo de cambio del 3,3 por ciento. De esta manera, el BCV perdió reservas internacionales en febrero por un monto 36 millones de dólares, a pesar de los elevados precios del petróleo”, agrega.
Mientras tanto, la inflación en la Argentina no muestra ningún síntoma de desaceleración. Aunque lejos de coquetear con las cifras estratosféricas que supo registrar Venezuela, el umbral del 3% mensual parece muy difícil de perforar para el Índice de Precios al Consumidor que elabora el Indec. Y el dato de febrero no sería la excepción.
Argentina aún no está en condiciones de amenazar la posición de Venezuela como la economía de más alta inflación del mundo
El último Relevamiento de Expectativas de Mercado del Banco Central de la República Argentina mostró que el consenso entre los analistas espera que la inflación haya sido del 3,9% el mes pasado. Mismo número que en enero. Así, el acumulado llegaría al 7,9% en el primer bimestre de 2022.
Con todo Argentina aún no está en condiciones de amenazar la posición de Venezuela como la economía de más alta inflación del mundo. Según el mismo BCV, 2021 cerró con una inflación acumulada anual de 686,4% que está lejos de los registros argentinos, e incluso de los pronósticos más pesimistas.
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