Es difícil entender que, en uno de los pocos países donde el dólar baja, el riesgo país bate récords desde que salió del default. La caída de los bonos que más influyen en la confección del Embi+ de J.P. Morgan alcanzó a 4,85% como fue el caso del GD29 y de 4,65% en el GD41. Ambos títulos que nacieron en agosto de 2020 con la salida del default tienen ley extranjera.
El desmoronamiento elevó el riesgo país a 1.975 puntos básicos. Subió 47 unidades (2,5%). En lo que va del año el riesgo país aumentó 16% pero 7% lo lleva acumulado en una semana de marzo. Es decir que la mitad del riesgo país se alcanzó en apenas 4 ruedas porque hay que recordar que hubo dos feriados por el carnaval.
Pero los bonos argentinos no cayeron en soledad. El riesgo país ruso aumentó 103 unidades a 3.485 puntos básicos. En América Latina, Brasil subió 4 unidades (+1,17%) a 347 puntos básicos. Perú aumentó una sola unidad a 185 puntos básicos. Angola bajó su riesgo país 2% y los bonos ucranianos alcanzaron su piso de USD 20 dólares. Antes del conflicto su riesgo era cero porque cotizaban a USD 100. Por eso, el actual riesgo ucraniano, que ayer subió un 5% a 4.929 puntos básicos, es una cifra de default.
La diferencia es que Rusia pronto saldrá de este índice porque J.P. Morgan no va a tomar en cuenta sus bonos. Es una forma de expulsarlo del mundo financiero y dejarlo en manos de China que, por efecto contagio, está viendo como caen sus títulos de la deuda.
La caída de los bonos argentinos de 2,5% se la puede comparar con 3% de los bonos rusos que, además, ayer asistieron a otra hecatombe del rublo que cotizó a 143 por dólar, es decir que se devaluó 50% desde que comenzó el conflicto. En ese momento el dólar cotizaba a 77 rublos.
Los grandes fondos de inversión ahora tienen un abanico de activos derrumbados y pueden elegir pensando en el futuro. Los fondos que se especializan en distressed bond, títulos que están sometidos a presión no tienen precisamente en su radar a la Argentina. Ven posibilidades de comprar bonos en otros países donde rinden una elevada tasa por la caída de sus precios con menor riesgo de default.
A todo esto, el dólar en el mercado mayorista sorprendió no por su precio, que aumentó 31 centavos a $108,45, sino porque fue tan elevada la oferta de los exportadores que el Banco Central pudo comprar USD 300 millones, la cantidad diaria más elevada de los últimos dos años. De esta manera, elevó sus reservas en USD 194 millones a USD 37.330 millones.
En el mercado de dólares financieros, el derrumbe de los bonos con los que se opera opacó las menores restricciones para negociar que rigen desde ayer. La baja del AL30 de 2,08% y del GD30 de 2,49% hizo que el MEP perdiera 32 centavos y baje a $197,28. El contado con liquidación, que llegó a estar a $199, sobre el final de la rueda logró cerrar a $200,10 un valor inferior en $ 1,04 al del viernes. El “blue” se mantuvo en $201.
Con este panorama, aumentó la demanda de bonos atados al costo de vida por una particularidad: “El mercado cree que la inflación va a ser más alta que la del REM, que estimaron las consultoras privadas, y que la que espera el Ministerio de Economía” según Nicolás Rivas, operador de Buenos Aires Valores (BAVSA). Por eso el TX 22 subió 0,57%. La particularidad es que estos títulos al estar con valores sobre la par “tienen una tasa negativa de 7,5% anual para los que vencen a fin de julio y de 9,5% anual para los de agosto”, agregó Rivas. La diferencia entre el precio de las Letras que indexan por el CER (LECER) con las letras de descuento (LEDES) que ajustan por tasa, marca la inflación. Por eso, hay tanto arbitraje para lograr tasa entre ambos títulos del Tesoro.
Las acciones se sumaron a los bonos para mostrar la peor cara del mercado. El S&P Merval, el índice de las acciones líderes, perdió 1,75% pero con grandes caídas de algunos papeles, en especial de los bancos que, al tener bonos en sus carteras, auguran malos balances por la caída de los precios. Las principales bajas en un mercado que operó $1.761 millones, un volumen elevado que le dio consistencia a la caída, fueron las de Banco Francés (-5,37%), Banco Galicia (-4,67%) y Cresud (-4,35%). Cabe aclarar que este papel padeció una toma de ganancias después de haber subido 27% en las últimas ruedas impulsado por la suba de los granos en el mundo.
Si Estados Unidos inicia el embargo de petróleo y gas, la situación del mundo será crítica porque el empobrecimiento alcanzará a todos. Los salarios medios no alcanzarán para pagar las tarifas de energía, combustibles y precios de los alimentos
Los ADR’s -certificados de tenencia de acciones y ETF’s que cotizan en las Bolsas de Nueva York- tuvieron un día tan negativo como el del mundo. Mercado Libre fue el certificado que más bajó con 9,27%. Entre los ETF los ganadores fueron los asociados a la energía. En el caso del petróleo (USO) subió 3,7%. Los ETF son índices que reproducen indicadores de precio de materias primas, acciones y bonos, entre otros activos. Los más maltratados fueron los de las Bolsas de Nueva York. El ETF del Nasdaq (QQQ) perdió 3,7%. Brasil (EWZ) y países emergentes (EEM) bajaron 3,8%. Las cotizaciones de medianoche en el mercado de futuros no presagiaban un día positivo.
Los índices de las Bolsas de Nueva York y Europa, estaban en rojo al igual que los de Asia. El oro trepaba por encima de los USD 2.000 por onza y el petróleo estaba 1,21% arriba. El WTI marcaba USD 120 por barril y el Brent, USD 124,40. El níquel tenía un aumento de nada menos que 67%. Los minerales como el litio también subían y se alejó la posibilidad de que pudieran sustituir a los de combustibles convencionales. El aumento de los minerales para las baterías incidirán negativamente en el precio final del vehículo.
Hasta ahora no hay avances en la resolución del conflicto en el terreno bélico. El arma más letal es el mercado y ahora está derrumbando a China, uno de los soportes de Rusia. Si Estados Unidos inicia el embargo de petróleo y gas, la situación del mundo será crítica porque el empobrecimiento alcanzará a todos. Los salarios medios no alcanzarán para pagar las tarifas de energía, combustibles y precios de los alimentos. El convenio con el FMI se vuelve más difícil de cumplir antes de firmarlo.
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