En los últimos 5 meses en nuestro país, los mejores para edificar obras de viviendas entre la primavera y verano, empezó a ganar terreno un revestimiento para el hogar que es empleado en otras latitudes y se basa en una técnica milenaria con origen en Japón.
Se trata del método de conservación de la madera denominado Shou Sugi Ban, que significa “tabla de cedro quemada”, en donde se carboniza la superficie de este material noble y sustentable que adquiere un acabado decorativo que permite emplearse tanto para el interior como el exterior del hogar.
Es compatible con todos los sistemas constructivos aportando detalles estéticos y decorativos con texturas originales.
“Todas las terminaciones soportan sin mantenimiento los elementos y plagas. La madera tratada se convierte en un nuevo producto, más resistente, repele el agua e insectos. Realza la identidad, refleja la luz regalando diferentes tonos. La razón de ser del tratamiento es la conservación donde permanece inalterable por muchos años también retardando su combustión”, detalló a Infobae Máximo Reffino Mallo, fundador de Shou Sugi Ban Argentina.
“Las terminaciones soportan sin mantenimiento los elementos y plagas. La madera tratada se convierte en un nuevo producto, más resistente, repele el agua e insectos” (Reffino Mallo)
La metodología ofrece tres grados de terminación: veta, un carbonizado leve que resalta la identidad de la madera marcando nudos y vetas; betún, carbonizado fuerte con cepillado que alisa la superficie, y piel de cocodrilo, carbonizado que logra texturas decorativas.
Junto con profesionales
En todos los casos se trabaja a la par con los estudios de arquitectura y profesionales de la construcción y diseño desde la concepción hasta la materialización de cada uno de los proyectos de vivienda.
La madera a través del Shou Sugi Ban se somete a un tratamiento térmico de carbonizado a altas temperaturas por tiempo controlado para lograr el acabado óptimo. “Se puede utilizar en pisos, revestimientos de interior/exterior para revestir una pared, empalizadas y mobiliario. La madera se modifica molecularmente y no necesita mantenimiento”, detalló Reffino Mallo.
Actualmente se trabaja también con maderas de Eucalipto y Elliotis. Y a su vez, hacen recuperación de la madera de obra. Labor que se basa en aprovechar aquella madera que se convierte en desecho de obra y transformarla para ser reutilizada en la misma vivienda con la técnica de carbonizado de Shou Sugi Ban.
Reffino Mallo, explicó lo siguiente: “Transformamos los desperdicios de madera utilizada para encofrados, que habitualmente son descartados en cada obra haciendo un trabajo de recuperación y convirtiéndolos en revestimientos, deck, siding, objetos decorativos, entre otros usos”.
Cómo se instalan y precios
La colocación de los revestimientos exteriores e interiores es sencilla y no requiere de obreros con calificación extra. Simplemente quién se encarga de armar encofrados cuenta con las habilidades para instalarlos de acuerdo al requerimiento en cada caso.
Y pueden emplearse en terminaciones desde Tiny Houses (casas ultra pequeñas) hasta en edificios con varias plantas. Actualmente se trabaja con este material en una casa ubicada en la urbanización Pilará, cuya obra es llevadada adelante por el arquitecto Carlos M. Nougués de CMN Arquitectura y Diseño.
El valor del m2 en madera de Eucalipto es de USD 19, y en Elliotis, en 28 dólares.
“Los revestimientos para una vivienda media alcanzan los 250 m2 y el tiempo de producción es entre 4 o 5 días, y su colocación demora 5 días”, concluyó Reffino Mallo.
“Hermana” de otra metodología nipona similar
Esta técnica, al igual que el Yakisugi, tiene sus orígenes en el siglo XVI y consiste en quemar la madera. Su nombre proviene del “yaki” (significa quemado) y “sugi” (ciprés). Es posible aplicarlo en techos, pisos, paredes, revestimientos, muebles, accesorios y en todo tipo de proyectos.
Daniel Lassalle, gerente de la Cámara Argentina de la Madera (Cadamda), explicó a Infobae, que, “Yakisugi es un procedimiento tradicional japonés de preservación de la madera. Y va de la mano del Shou-Sugi-Ban, donde debemos remarcar que cedro fue la esencia más extendida y utilizada en Japón para la construcción de estructuras y productos de madera”.
El procedimiento de Yakisugi consiste en la confección de una chimenea con tres tablas de pequeño espesor de madera de ciprés (hoy se pueden utilizar tilo, pino, arce o roble) atadas entre sí. Hecho este pasos, se prende hasta conseguir una hoguera que se extienda a lo largo de ellas, carbonizándolas a la profundidad que se requiera (puede durar entre 7 a 10 minutos). Apagado el fuego, las piezas se rocían con agua y se dejan enfriar sugiriéndose un cepillado posterior para un mejor acabado. Es habitual realizar actualmente el proceso con hornos o con soplete industrial, informan expertos.
Este tratamiento la protege de posibles ataques de organismos corrosivos, repele el agua y reduce el daño solar, además de retardar el fuego, convirtiéndolo en una opción para revestimientos al exterior. Se estima que su uso demanda entre USD 300 y 400 por m2 en nuestro país.
Su aplicación de estilo minimalista está ganando terreno en construcciones edificadas en ciudades y el campo, centros comerciales, shoppings, galerías, terrazas, patios, bares, islas de cocina, barras de tragos, sillas, asientos, entre otras propuestas.
SEGUIR LEYENDO: