“Mi hotel en Moscú me pidió que liquidara la factura antes porque no están seguros de si las tarjetas de crédito funcionarán una vez que entren en vigor las sanciones de SWIFT”, tuiteó a las 20: 00 de Argentina Rafael Sánchez, corresponsal de NBC News en Moscú, la capital rusa.
La medida era un pedido de los últimos días, desde que los tanques de Vladimir Putin cruzaron la frontera de Ucrania, y hoy fue anunciada. Estados Unidos, Reino Unido, Europa y Canadá decidieron hoy bloquear el acceso de Rusia al sistema internacional de pagos SWIFT como parte de otra ronda de sanciones contra Moscú, mientras continúa su asalto contra Kiev o otras ciudades ucranianas.
La medida, se dijo, será aplicada a algunos bancos rusos y también incluirá restricciones sobre las reservas internacionales del banco central ruso, que se harán efectivas “en los próximos días”, dijeron las naciones en un comunicado conjunto.
“Nos comprometemos a asegurar que un cierto número de bancos rusos sean retirados de SWIFT”, dijo Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, el ejecutivo de la Unión Europea, en un comunicado a los medios. “Esto hará que estos bancos queden desconectados del sistema financiero internacional y perjudicará su capacidad de operar a nivel mundial”, agregó.
SWIFT es la columna vertebral del sistema financiero global. Significa Sociedad para las Telecomunicaciones Financieras Interbancarias Mundiales, funciona desde 1973 y lo usan 11.000 bancos en 200 países o territorios para poder hacer transferencias. Impedir el acceso de bancos rusos significa desconectarlos financieramente del mundo.
Von der Leyen de la Unión Europea aseguró que la desconexión de los bancos rusos del sistema les impedirá realizar la mayoría de sus transacciones financieras en todo el mundo y bloqueará efectivamente las exportaciones e importaciones rusas. Agregó que los aliados impedirán que Rusia “utilice su cofre de guerra”, paralizando los activos de su banco central, congelando sus transacciones e imposibilitando que el banco central liquide sus activos.
“Por último, trabajaremos para prohibir que los oligarcas rusos utilicen sus activos financieros en nuestros mercados”, refirió.
“El impacto será amplio, aunque hay que ver cómo será la implementación. podría ser sólo sobre los bancos nacionales rusos. Es la respuesta no bélica más importante que se pueda tener contra Rusia. Se verán afectadas las importaciones y las exportaciones y ahí está la clave de esta sanción. Si quedan afuera de todo, ¿cómo cobrarán su exportaciones y pagarán sus importaciones? es algo muy relevante porque entre esas exportaciones está el gas que recibe Europa, algo difícil de suplantar”, explicó el analista financiero Cristian Buteler.
Roberto Cachanosky, economista y columnista de Infobae, recordó que una mediada similar fue tomada con Irán en 2012. “Se frena todo y eso será igual a impacto directo en el PBI ruso, que hoy se estima en 5 por ciento. Serán costos que tendrá que pagar occidente y se esperan subas inmediatas del precio de los commodities”, destacó.
“La velocidad y la unidad para tomar esta acción financiera sin precedentes harán que Putin se detenga”, le dijo a Bloomberg Josh Lipsky del Atlantic Council. “El movimiento de SWIFT se esperaba en gran medida, pero la decisión de incluir al Banco Central repercutirá en Moscú y más allá”.
“Es probable que sancionar al banco central de Rusia tenga un efecto dramático en la economía rusa y su sistema bancario, similar a lo que vimos en 1991″, dijo Elina Ribakova, economista jefe adjunta del Instituto de Finanzas Internacionales, también a la agencia de noticias de EEUU. “Es probable que esto conduzca a corridas masivas de bancos y dolarización, con una fuerte liquidación, drenaje de reservas y, posiblemente, un colapso total del sistema financiero de Rusia”, agregó.
La exclusión del SWIFT también tendrá costos para los clientes occidentales afectados por la imposibilidad de gestión de cobro por parte de los bancos rusos alcanzados, porque de inmediato los proveedores rusos involucrados dejarán de enviarles sus bienes o servicios. Se trata de un aspecto sensible para Alemania, cuya provisión de gas depende en un 57% de Rusia, proveedor irremplazable a corto plazo, en especial en los meses de invierno, por los volúmenes involucrados. De ahí la selectividad de la exclusión.
De qué se trata
SWIFT, acronismo de Society of Worldwide Interbank Financial Telecommunication) fue creado en 1973, originalmente por 253 bancos, una décima parte de los 2.400 que detenta actualmente, con una red de más de 11.000 entidades sucursales que envían más de 10.000 millones de mensajes por año y procesan más de 36 millones de operaciones financieras por día, entre transferencias de dinero y operaciones con bonos y acciones, con una fuerte predominancia del dólar (41% de las operaciones están nominadas en la moneda norteamericana) y el euro (36%), menos de 2% nominadas en renminbi, nombre oficial de la moneda china, y el resto en una miríada de otras monedas, sin que ninguna de ellas acuse en la balanza más del 1% del valor de las operaciones.
Ante esta dominancia del sistema de pagos y transacciones, Rusia lanzó en 2014, después de la anexión de Crimea y en prevención de posibles sanciones occidentales,, su propio tubería financiera y de pagos, conocida como SPFS, como una alternativa a SWIFT. Según el Banco Central de Rusia tiene unas 400 entidades asociadas, pero poco se conoce de ella y de hecho los bancos rusos siguen usando SWIFT. A su vez, en 2015, China creó el sistema CIPS (Cross-Border Inter-Bank Payment Systems), compañía a la que asignó la misión de “facilitar la compensación y ejecución de operaciones transfronterizas en renminbi”. La propia página del CIPS informa sin embargo que tiene solo 53 “participantes directos” (ninguno en Sudamérica) y 1.137 “participantes indirectos”. Muy poco en comparación al alcance de SWIFT.
Con información de Reuters y Bloomberg
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