El conflicto armado que están protagonizando Ucrania y Rusia estalló en la madrugada del jueves cuando el presidente ruso Vladimir Putin ordenó a sus fuerzas armadas que avancen sobre el territorio ucraniano. Ahora, la ofensiva rusa ha llegado a las puertas de Kiev, luego de haber perpetrado una serie de ataques sobre ciudades y bases militares, y tras haber ingresado al país por tres flancos diferentes.
Sin embargo, las tensiones entre ambas naciones datan de hace muchos años y ya en 2014 provocaron una catástrofe que se llevó la vida de 298 vidas inocentes. Se trató de la tragedia del vuelo MH17 de Malaysia Airlines que tuvo lugar el 17 de julio de aquel año.
Aquel día, un Boeing 777 de Malaysia Airlines despegó desde el Aeropuerto de Ámsterdam rumbo a Kuala Lumpur, donde debía aterrizar a las 06:10 (hora local) con los 283 pasajeros y los 15 miembros de la tripulación que transportaba en su fuselaje. Sin embargo, el avión nunca llegó a destino. A las 16:15 horas (CEST) se perdió contacto con la aeronave cuando sobrevolaba las proximidades de Donetsk, una de las regiones de Ucrania con mayor influencia de los separatistas pro-rusos, en ese instante, fue impactado por -como se supo tras las investigaciones- un misil tierra-aire “Buk”.
¿Qué sucedía en Ucrania en aquel entonces?
Al igual que muchos países que pertenecieron a la ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), tras la caída del muro de Berlín, Ucrania transitó una serie de conflictos cívico-militares que, como la historia lo está mostrando en estos momentos, siguen sin resolverse. En aquel momento, la región este del país estaba sitiada por separatistas ucranianos que clamaban por la anexión con Rusia, tras el levantamiento civil que derrocó a Viktor Yanukovich, un aliado próximo a Putin.
Tras un mes de la caída de Yanukovich, Rusia se apoderó de la península ucraniana de Crimea, lo que echó leña al fuego e intensificó las tensiones que mantenían ambos países. A esto, se le sumaron los enfrentamientos armados entre fuerzas separatistas de las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk contra Kiev.
A pesar de la situación descrita, no existía un peligro -o así se pensaba- para que los aviones comerciales de pasajeros sobrevolasen el este de Ucrania, pero entonces, ¿Quién disparó contra el vuelo MH17? Como ya se dijo, fue a las 16:15 horas cuando la torre de control holandesa perdió contacto con la aeronave de forma repentina, los restos fueron encontrados en un radio de 15 kilómetros en la región ucraniana de Shiatktiorsk, a 40 kilómetros de Donetsk, según informaron medios locales.
El hecho fue un escándalo, un avión de pasajeros que nada tenía que ver con el conflicto había sido derribado por un misil en pleno vuelo. A los pocos minutos de saberse la noticia, el por entonces presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, escribió en su Twitter: “Este incidente no es una catástrofe, es un acto terrorista”. Por su parte, los separatistas de Donetsk sostuvieron que ellos no tenían la tecnología militar suficiente para derribar un avión que volaba a 10.000 metros de altura.
Mientras tanto, medios rusos dijeron que el misil había sido lanzado por Ucrania en un intento fallido de derribar otra aeronave en la cual Putin regresaba de una gira por Latinoamérica. Él, a su vez, dijo que “sin duda el Estado sobre cuyo territorio sucedió esto tiene la responsabilidad. La tragedia no hubiera tenido lugar si en esa tierra hubiese paz, si no se hubieran reanudado las acciones militares en el sudeste de Ucrania”.
No obstante, tras una investigación internacional, el misil fue identificado como uno de modelo “Buk” perteneciente a la 53ª Brigada de Misiles Antiaéreos del ejército ruso. Recién 5 años después del incidente, una fiscalía holandesa ordenó la captura de tres ciudadanos rusos (Serguéi Dubinski, Oleg Pulatov e Igor Girkin) y uno ucraniano (Leonid Karchenko), acusados de haber trasladado el artefacto bélico desde Rusia hasta la región de Donetsk para finalmente impactarlo contra el Boeing 777 de Malaysia Airlines. A más de 7 años de la tragedia, sigue sin haber una sentencia firme sobre los presuntos culpables de haber acabado con la vida de 298 personas inocentes.
El impacto de lo sucedido para Malaysia Airlines fue enorme, si bien la empresa no había tenido responsabilidad en el hecho, era la segunda tragedia que protagonizaba en 2014. El 8 de marzo de aquel año, el vuelo MH370 desapareció de los radares cuando sobrevolaba el mar de China y nunca más se supo de él. Ninguna de las exhaustivas búsquedas lograron dar con el avión ni los cuerpos de las 239 personas a bordo, convirtiéndose este suceso en uno de los más grandes misterios de la aviación comercial.
Con estas dos tragedias a sus espaldas, Malaysia Airlines necesitaba cambiar su imagen. Así, el principal accionista de la empresa (69,37% del total), el grupo Khazanah Nasional, lanzó, en agosto de 2014, un plan de reestructuración en el cual se propuso comprar la totalidad de las acciones, y reducir en un 30% la fuerza laboral de la empresa, centrándose en vuelos regionales en vez del transporte de larga distancia. Luego, el 15 de diciembre, se produjo la compra por parte del grupo y en septiembre de 2015, la anteriormente llamada Malaysia Airlines System pasó a llamarse Malaysia Airlines Berhad.
Así, una empresa que fue afectada por un conflicto del cual nada tenía que ver y que protagonizó uno de los hechos más misteriosos y aún no resueltos de la aviación moderna, logró sobrevivir a la mala imagen que estos hechos le provocaron y salir adelante con un modelo de negocios centrado en los vuelos regionales.
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