La recta final de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional podría encontrar en la invasión a Ucrania un elemento inesperado de fricción en el tira y afloje de los equipos técnicos de Buenos Aires y Washington. Un incremento en los precios globales de la energía podría implicar un mayor gasto público para cubrir el costo de abastecimiento durante el invierno. El volumen de subsidios es en la actualidad el factor que separa al Gobierno y al organismo de un acuerdo definitivo.
En el Poder Ejecutivo aseguran que por estas horas continúa la negociación técnica con el staff del organismo y admiten que el punto en que aún no hay consenso es en el ritmo que deberían tener los aumentos tarifarios, de manera tal que preparen el terreno para una reducción sostenida en el presupuesto para subvenciones (una prioridad para el Fondo) y el cumplimiento de la meta fiscal.
Los analistas y el propio Gobierno consideran que la escalada bélica en el este europeo redundará en picos de precios internacionales de los alimentos y la energía. En despachos oficiales ligados a la conducción económica hacían por estas horas cálculos para determinar el saldo “neto” del doble impacto: uno positivo por exportaciones agrícolas con valores más altos, y por otro el gasto adicional en importación de energía durante los meses de mayor demanda.
En el Poder Ejecutivo aseguran que por estas horas continúa la negociación técnica con el staff del organismo y admiten que el punto en que aún no hay consenso es en el ritmo que deberían tener los aumentos tarifarios
Este último factor atraviesa de lleno las conversaciones con el Fondo Monetario. En el oficialismo consideran que la negociación técnica ya está en zona de definición, más allá de que cedió el optimismo de hace algunos días, cuando consideraban que el cierre del acuerdo técnico completo era cuestión de horas. El horizonte más cercano para concretar el memorando de entendimiento y enviarlo al Congreso se ubica en un tramo que va desde este fin de semana hasta luego del discurso de Alberto Fernández en la apertura de sesiones ordinarias, el martes próximo.
La discusión sobre las tarifas y los subsidios aparece, en ese marco, como la cuestión aún sin saldar en la pulseada con el Fondo Monetario. Los técnicos del FMI endurecieron su postura en los últimos días y consideran que el reajuste tarifario que debería hacer el Gobierno para cumplir con una reducción sostenida en esa cuenta y para cumplir la meta fiscal es muy superior al 20% que planteó el Poder Ejecutivo.
Una energía más cara como consecuencia del enfrentamiento armado entre Rusia y Ucrania impactaría por una doble vía: mayores necesidades de divisas para importar el gas necesario que abastezca la demanda y un gasto mayor en subsidios para afrontar el costo de ese combustible más caro, explicó a Infobae el economista Camilo Tiscornia, director de la consultora C&T Asesores Económicos.
Para Héctor Torres, ex representante argentino ante el directorio del Fondo Monetario, “por el aumento de precios internacionales hidrocarburos, va a ser difícil mantener los subsidios locales. El FMI no presta dinero propio sino que es dinero prestado de sus miembros, es decir de los contribuyentes de los demás países. Va a ser más difícil aún convencerlos de que los contribuyentes van tener que pagar los subsidios argentinos. Probablemente haya que aceptar pagar más por el costo de producción y distribución”, consideró en diálogo con Infobae.
De todas formas, ni en el Gobierno ni los analistas consideran que una fricción adicional por la cuestión de las tarifas sea suficiente razón para que el acuerdo se demore, a menos de un mes del próximo vencimiento de deuda con el organismo. En el Poder Ejecutivo consideraban en estas horas que la discusión sobre los subsidios continuaba pero que “no debería ser un problema” para cerrar en los próximos días la letra chica del programa.
“El FMI no presta dinero propio sino que es dinero prestado de sus miembros, es decir de los contribuyentes de los demás países. Va a ser más difícil aún convencerlos de que los contribuyentes van tener que pagar los subsidios argentinos” (Torres)
Torres, por su parte, consideró que “el directorio normalmente se reúne tres veces por semana y tiene que estar accesible 24 por 7. Va a tener muchos temas para resolver, entre ellos la propia Ucrania con el que tiene un programa vigente. No es una razón para demorar el programa si esta aprobado por el staff”, explicó.
“No creo que el acuerdo se pueda demorar. Si el foco actual de discusión son los subsidios, la situación de suba de precios internacionales debería hacer revisar la cuenta, pero no creo que, en el estado en que están las negociaciones se pongan a reparar en esta sutileza. De los dos lados tanto el Gobierno como el FMI no deben querer hacer más olas con este tema”, mencionó Tiscornia por su lado.
El secretario de Energía Darío Martínez anticipó que el conflicto bélico en Ucrania provocará un aumento en el costo de importar gas natural licuado (GNL) durante el próximo invierno. “El valor estaba en USD 25 y con el conflicto vaya a saber en cuánto puede terminar”, señaló este jueves en declaraciones a Radio 10..
Para satisfacer el abastecimiento de gas en el mercado interno durante los meses de invierno el Gobierno deberá importar GNL a través de los barcos que ingresan por el puerto de Bahía Blanca o Escobar, donde se produce el proceso de regasificación para luego inyectar el combustible al sistema local.
Este invierno se va a requerir de la importación de unos 69 buques de GNL por un costo estimado de USD 3.860 millones, de acuerdo a fuentes cercanas a la operación. Con un posible incremento en los precios internacionales del GNL para los próximos meses, el monto final podría ser mucho más alto.
El año pasado, de acuerdo a la información publicada por Ieasa (ex Enarsa), se importaron 56 buques —a través de cinco licitaciones— por un total de USD 1.096 millones a través de los puertos de Escobar y Bahía Blanca y con un precio promedio de USD 8,33 por MMBTU. Por lo tanto, el costo estimado para 2022, antes del conflicto con Ucrania, ya triplicaba al de 2021.
“La situación de suba de precios internacionales debería hacer revisar la cuenta, pero no creo que, en el estado en que están las negociaciones se pongan a reparar en esta sutileza. De los dos lados tanto el Gobierno como el FMI no deben querer hacer más olas con este tema” (Tiscornia)
“Va a subir la factura energética, somos importadores netos de energía. Hoy amanecí con angustia. Pensé que el conflicto iba a estar focalizado pero parece que va a generalizarse. Este año vamos a importar mucho más GNL, 75 barcos respecto a los 56 del año pasado, a tres veces en relación con el año pasado”, dijo este jueves el ex secretario de Energía Daniel Montamat en declaraciones radiales, que estimó una cuenta de USD 3.900 millones.
La brecha entre el precio internacional y el local que regula la Secretaría de Energía es cada vez mayor y las empresas ya se lo hicieron saber al Gobierno en las últimas horas. “Las empresas van a plantear que afuera les pagan 100 dólares por barril y acá solo 60 dólares, y van a buscar poder exportar más o compensar esa pérdida de otra manera”, indicaron fuentes del sector. A principios de febrero YPF aumentó los valores en los surtidores en un 9 por ciento.
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