El mundo entero entró en vilo luego de que Rusia decidiera invadir Ucrania, comenzando así un conflicto armado que podría traer consecuencias no solo para Europa, sino también para las naciones del resto de los continentes, ya que, según los especialistas, podría provocar una inflación a escala global de diferentes bienes y servicios.
Este efecto podría afectar incluso a la Argentina, según advirtió este jueves el economista Hernán Lacunza durante una entrevista para el programa Verdad-Consecuencia, que se emite por TN, en la que señaló algunos de los problemas que podría tener el país en el corto plazo.
De acuerdo con su visión, uno de los potenciales impactos en el mercado local podría darse en el sector del gas, debido a que “la política energética de los últimos años” ha obligado a “ser importadores” de este producto y a “depender de los valores internacionales”.
“Hay dos efectos comerciales sobre la Argentina, que es importadora de gas, pero también exportadora de alimentos, y lo que provoca una guerra de este tipo es que todo suba. El efecto neto es negativo porque lo que va a pegar en el gas va a ser mayor de lo que va a pegar en alimentos. Vamos a vender más cara la soja, pero no va a compensar lo que vamos a tener que pagar por el gas”, explicó Lacunza, que fue ministro de Economía de la Nación entre el 20 de agosto y el 10 de diciembre del 2019.
En este sentido, el ex funcionario remarcó que “la zona del conflicto es la que produce un sexto de lo que se exporta a nivel mundial de maíz y un cuarto del trigo, por lo que, seguramente, serán los granos más afectados” y los que más aumento de precios registrarán en el plano internacional.
“El problema de estos conflictos es que uno sabe dónde empieza, pero no dónde termina. La segunda guerra mundial empezó con la invasión a Polonia y terminó en una catástrofe. Esto podría afectar todo el comercio mundial, que se genere un cuello de botella y que haya más inflación a nivel global”, analizó.
De hecho, las operaciones en el mercado de Chicago, referencia para las materias primas agropecuarias, se volvieron frenéticas luego de que fuerzas rusas lanzaran el ataque contra Kiev, la capital de Ucrania.
La soja, cuyo contrato vence en marzo próximo, cotizó por la mañana de este jueves a USD USD 618, para alcanzar su nivel más alto desde 2012, como consecuencia de las preocupaciones con relación a los suministros mundiales, también a las subas registradas en los mercados de aceites vegetales y a las proyecciones de menor producción en los Estados Unidos.
No obstante, Lacunza aclaró que “la Argentina está hoy en una situación crítica” y remarcó la importancia de que los países se “preparen” porque “suele haber contingencias de todo tipo, por suerte las guerras son infrecuentes, pero si no es eso, es una pandemia o una sequía”.
”Uno se tiene que preparar para estos momentos, si no te preparaste bien en la época de abundancia o de paz, bueno, te agarra este escenario desnudo de reserva. Si yo fuera ministro de Economía no hubiera esperado a que llegara este momento, cuando el Presidente (Alberto Fernández) anunció el pre acuerdo con el FMI (Fondo Monetario Internacional) y dijo que era eso o un feriado cambiario el lunes siguiente, quizás inconsciente de sus palabras, reveló que estábamos en crisis”, cuestionó.
Al respecto, el ex titular del Palacio de Hacienda opinó que a la situación económica en el que está actualmente la Argentina “se llegó por una serie de improvisaciones” y lamentó que “ahora estemos discutiendo el apoyo político del oficialismo al acuerdo (con el Fondo), algo que parece un poco surrealista, y si las cuentas dan para garantizar lo prometido”.
“Esto indica que el preacuerdo que se celebró con bombos y platillos fue más fruto de un volantazo de último momento que de una decisión con el consenso político y con la consistencia técnica adecuada”, consideró.
Por último, Lacunza criticó la gira que realizó semanas atrás Alberto Fernández a Rusia y sostuvo que “en estos contextos de incertidumbre hay un pecado que no se puede perdonar, que es la imprudencia”.
“La mayoría del mundo occidental está mirando qué hace con uno de sus deudores, que va y estrecha lazos con China y Rusia. No es inocuo eso y tampoco es irrelevante (para alcanzar un acuerdo formal con el FMI)”, cerró.
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