Desde diciembre de 2019 a enero de este año la deuda pública nacional aumentó en USD 52.427 millones, lo que representa un 19% más que el total desembolsado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) a la Argentina en concepto del crédito stand by, según un informe de la Fundación Libertad y Progreso difundido hoy.
“Del total de la deuda el 69% está en moneda extranjera y 31% en moneda nacional. Esta suba representó un monto 19% mayor al total del préstamo desembolsado por el FMI a nuestro país en el marco del acuerdo de 2018″, destacó el estudio.
En ese sentido, indicó que la suba implicó que la deuda, medida en dólares, creció a un ritmo promedio de USD 2.016 millones por mes, lo que equivale al tipo de cambio Contado Con Liquidación (CCL) actual a $409.250 millones.
Asimismo, detalló que con esto, el total de deuda de la Administración Central llegó a USD 365.727 millones, lo que equivale a 8,3 veces el monto de la deuda con el FMI.
De acuerdo al informe, las subas en el stock de deuda fueron especialmente pronunciadas desde septiembre de 2021, lo que coincide con el período electoral y de aceleración del gasto público. Desde esa fecha la deuda aumentó en USD 23.106 millones, explicando 44% de la suba total.
Para Aldo Abram, director de la Fundación, lo notable es que, a pesar de que en septiembre, diciembre y enero se le cancelaron al FMI casi USD 4.500 millones, la deuda haya crecido tanto. “Eso está explicado fundamentalmente por la necesidad de ponerle platita en el bolsillo a la gente para las elecciones, lo que hizo ascender exceso de gasto a financiar en el segundo semestre”, consideró el economista.
Y agregó: “Con esta tendencia al endeudamiento no debería extrañar que los bonos que entregamos en canje por la reestructuración y que implicaron hacer una quita a los viejos pasivos, coticen a valores que indican que quienes lo compran y venden consideran que volverán a entrar en cesación de pagos en unos años”.
A su turno, Eugenio Marí, economista Jefe de la Fundación Libertad y Progreso dijo que “no sorprende que la deuda pública haya crecido en la proporción que lo hizo ya que es el reflejo del desequilibrio en las cuentas fiscales que ha habido en los últimos años”.
Para el economista, el déficit total de los últimos años ha sido realmente importante, 8,5% del PBI en 2020 y 4,5% en 2021, incluso habiendo pospuesto los vencimientos de deuda con privados y organismos internacionales.
“Con la deuda creciendo y los niveles actuales de déficit fiscal Argentina está gestando un nuevo default en los próximos años. En el mientras tanto, el Estado deberá apuntar a pagar cada vez una tasa más alta para poder financiarse, lo que puede dificultar el roll over de la deuda”, añadió.
Con esta tendencia al endeudamiento no debería extrañar que los bonos que entregamos en canje por la reestructuración y que implicaron hacer una quita a los viejos pasivos, coticen a valores que indican que quienes lo compran y venden consideran que volverán a entrar en cesación de pagos en unos años (Abram)
Diego Piccardo, economista de la fundación, remarcó: “Las necesidades de financiamiento surgen como consecuencia de tener a las cuentas públicas en desorden. Para financiarse, o bien se toma deuda por encima de los vencimientos existentes, o bien se llama al Presidente del Banco Central para pedirle que transfiera pesos al Tesoro. Así, la situación macroeconómica se vuelve cada vez más insostenible, con una deuda que se vuelve una bola de nieve impagable, y una inflación insoportable para el desarrollo de la economía”.
En tanto, el informe destacó que las condiciones necesarias para solucionar el problema de la deuda argentina, ya sea con el FMI o con los demás acreedores, “pasa por generar un contexto adecuado para que el sector privado progrese e impulse el crecimiento”. En ese sentido, concluyó al afirmar que las reformas deben ser “integrales, estructurales y simultáneas”.
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