Un pequeño empresario correntino con larga tradición familiar dedicada al negocio agropecuario se preparó durante 15 días para enfrentar al fuego que se ensaña con su provincia. Cuando el fuego finalmente llegó, lo enfrentó durante dos días completos junto con empleados, familiares, vecinos y voluntarios. Pero finalmente todos los recaudos y esfuerzos no pudieron con la furia del incendio. Su campo de 100 hectáreas dedicadas al agroturismo en el que trabaja desde 2010 se quemó completamente. Y aunque la pelea lo haya agotado y descorazonado al punto de hacerlo romper en llanto, asegura que hoy empezó de nuevo. “Vamos a seguir adelante porque somos gente de coraje. Gente de huevos. Esto es lo que somos, es nuestro proyecto de vida”.
El que habla es José Viscaychipi, correntino nacido en Virasoro hace 42 años en una familia dedicada a la ganadería. Cuando la crisis de la actividad dejó a la explotación de sus padres casi sin animales, allá por fines del siglo pasado, tanto él como su familia se empezaron a dedicar al ecoturismo. La cercanía de los Esteros del Iberá generaban la oportunidad y el amor por la zona que atrae a miles de turistas cada año hacían del emprendimiento una solución lógica.
En 2010, Viscaychipi empezó a trabajar en Portal Galarza, en Paraje Galarza, una de las entradas a los Esteros.
“Desde 2010 trabajo en el Paraje Galarza. Hago, hacía, voy a volver a hacer ecoturismo que es una digna forma de quedarse en el pueblo y la actividad rural”
“Encontré mi vocación. Desde 2010 trabajo en el Paraje Galarza. Hago, hacía, voy a volver a hacer ecoturismo que es una digna forma de quedarse en el pueblo y la actividad rural”, dijo en conversacón con Infobae.
Según cuenta el pequeño empresario correntino, desde que su establecimiento fue reducido a cenizas no para de hablar por teléfono, responder mensajes, saludos, deseos de que encuentre la fuerza para seguir adelante y ofrecimientos de ayuda. Esto es porque emocionado y lleno de tristeza por la destrucción filmó un video en el que agradecía todos los intentos de empleados, familiares, vecinos y desconocidos por salvar su campo. Mientras lo hacía, no pudo evitar romper en llanto. Y su relato se transformó en un caso particular dentro de las decenas de historias desgarradoras que se escriben desde hace 45 días en una provincia de Corrientes que está siendo arrasada por el fuego.
“Este es el día después del combate del fuego, al final entró fuego por el sector sur y se nos quemó todo. Todo completo”, dijo en el video que se difundió de celular a celular por toda la provincia. “Fui víctima como cientos de productores que en el último mes han venido sufriendo y para ellos también un abrazo fuerte”, dice en la grabación antes romper en lágrimas en medio de agradecimientos por la ayuda recibida.
En conversación con Infobae, Viscaychipi aseguró que las muestras de apoyo le dieron la fuerza para ponerse a trabajar en reconstruir cuanto antes. “Ayer estaba deprimido y lleno de tristeza. Hoy lloro de alegría. Son impresionantes las llamadas, la colaboración. Hay mucha humanidad y mucha gente buena”, dijo todavía emocionado.
Insiste en que su caso es solo uno más. Así como se quemó su campo, todos los de sus vecinos sufrieron la misma suerte. “Vienen quemándose un promedio de 20 mil hectáreas por día hace 45 días”, dijo.
“Vamos a seguir adelante porque somos gente de coraje. Gente de huevos. Esto es lo que somos, es nuestro proyecto de vida”
Portal Galarza es una vía de ingreso a los Esteros. El establecimiento recibía turistas por el día, ofrecían desayunos camperos, charlas de interpretación, excursiones por las lagunas, asado y caminatas dentro del campo. En 2019 recibió 4.000 turistas durante todo el año. En 2020, pandemia mediante, llegó a atender a 80 antes de que las medidas de distanciamiento social y la interrupción del turismo los sumiera en la más absoluta inactividad. En 2021 la rueda empezó a girar lentamente y 2022 prometía una recuperación.
Hasta que llegó el fuego.
Los incendios no llegaron por sorpresa. Hacía 15 días que Viscaychipi preparaba su campo para darle una chance de resistir. Cortó pastizales, eliminó materiales combustibles tanto como pudo, a través de una perforación sumó 100.000 litros de agua a una laguna de carpinchos con la que cuenta el establecimiento. El agua se utilizó para cargar camionetas de combate al fuego con las que los productores intentan aplacar las llamas. Y cuando los incendios llegaron, pelearon cara a cara.
“Usamos los Fire -N. de la R: las camionetas de combate al fuego-, sopladores para ahogar el fuego, hicimos cortafuegos para evitar que avance. Y peleamos bastante bien, con colaboradores, vecinos, amigos, fueron unos tigres. Pero no se pudo”, dijo.
“A las 48 horas de combate, el problema es que alrededor de Portal Galarza tenías perdigones de fuego por todos lados. No importa para donde cambiaba el viento, siempre te traía fuego de algún lado. Fuimos haciendo lineas de fuego por todos lados. Pero me quedó un monte de eucaliptos que no pude quemar preventivamente porque sino mandaba fuego al Paraje Galarza. Esperé para hacerlo a último momento, si es que ya había fuego en el paraje. Pero cuando entró, entró una bola de fuego de 300 metros de ancho, 500 grados y todo al mismo tiempo. Una explosión fue eso. Salimos porque dijimos ‘o salimos o nos morimos’”, contó.
En Portal Galarza trabajan 3 personas part time, para preparar las comidas y antender a los turistas. También Viscaychipi y su esposa. Van a tener que empezar de nuevo.
“Cuando entró, entró una bola de fuego de 300 metros de ancho, 500 grados y todo al mismo tiempo. Una explosión fue eso. Salimos porque dijimos ‘o salimos o nos morimos’”
“Se me quemaron todos los senderos, carteles. Un glamping -N. de la R.: una instalación para acampar con comodidades extra-, no habilitado para turistas, pero lo estábamos probando como para en un futuro expandirlo. Se me quemó el house con una cocina con 150 platos, 3 baños, 280 metros cuadrados de galería. También una pasarela de 100 metros al costado del canal, bombas, tanques de agua. De todo”, enumeró.
También los Esteros estan sufriendo daños, dijo.
“En Esteros del Iberá el daño es tremendo. Naturalmente un bioma como el humedal se sobreinunda cada 10 años y se quema cada 10 años. Son cosas naturales. Pero el daño en este caso es enorme. Entonces el Estero tienen capacidad de recuperarse. Pero esa capacidad se limita si los humanos no aprendemos a manejar el fuego”, comentó.
“En lo que hay que cambiar es a nivel cultural porque la gente es negligente e ignora que apagar un pucho y no guardarlo puede generar eso. La quema de residuos hogareños, la quema mal planificada de los ganaderos, pescadores que hacen un asadito. Siempre hubo fuego, pero en una provincia plana llena de pastizales y pinos de forestación reciente le sacás 2000 mililitros de agua y lo que tenés es papel seco. Se prende con nada”, lamentó.
“La gente tiene que aprender a manejar el fuego en el campo. Tenemos que aprender de esta tragedia”, concluyó.
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